Una vecina se asoma a la calle, con la puerta tabicada. Antonio Gil/ AGM

«Aquí necesitamos un milagro, pero lo tendremos que hacer nosotros»

Los vecinos se pasaron la madrugada pegados a las ventanas y en guardia, temiendo la crecida por las intensas precipitaciones

Miércoles, 25 de marzo 2020, 02:20

«Esto es agobiante. Te tortura el alma y te agota», contaba ayer María José Gallego en su casa de la calle Adelfas. Al salir el sol vio que su puerta estaba cercada por el agua, como un enemigo silencioso. «A las tres me quedé dormida en la ventana viendo llover, porque ya se nos ha metido el miedo en el cuerpo», cuenta la vecina, harta de que se repita la riada de barro. «Es una arcilla pegajosa que se mete por todas partes; ya tengo miedo de que afecte a la estructura de la casa porque ha llenado la cámara de aire».

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A las seis de la mañana, María José salió de su casa para sacar el coche del garaje y llevarlo a las zonas altas del casco urbano «cuando me avisaron de que podía bajar la rambla». Los vecinos de la 'zona cero' los llevan al entorno del centro de salud. Otros los suben a las aceras. Fue el caso de Raúl Vera, que a las 5.30 de la madrugada estaba arrancando su coche en pleno diluvio después de pasar la noche en vilo.

Un empleado municipal levanta tapas del alcantarillado. Antonio Gil/ AGM

«Vivimos esto de las riadas en alerta, corriendo siempre a tapar puertas», cuenta Raúl, que desde las graves inundaciones de diciembre de 2016 decidió clavar todos los muebles en alto. «En mi casa solo toca el suelo el sofá, y cuando avisan de lluvias, lo subo sobre la cama porque ya perdimos bastante», cuenta con la resignación que ha invadido a los alcazareños. «Yo estoy ya en un ERTE y la situación se ha puesto muy difícil aquí, porque cuando esto acabe tendremos ahí el problema del Mar Menor; son muchos problemas al mismo tiempo y la gente está preocupada», cuenta Raúl.

Recurrirán a Bruselas

La asociación Stop Inundaciones no está dispuesta a tirar la toalla. «Si el Estado no nos da dinero para hacer las obras de contención, iremos a Bruselas, porque necesitamos mantener el equilibrio del medio ambiente, pero también la tranquilidad social», explica Santiago Pérez Blaya, su portavoz.

Ve en las inundaciones de ayer «un calco» de las anteriores. «Si no haces nada, pues te vuelve a pasar», afirma. La inacción de las Administraciones ha sido la opción que menos se esperaban los vecinos. «Si no quieren hacer nada, que no hagan, pero que sean consecuentes con lo que vamos a perder; cinco o seis descargas al año de toneladas de barro y porquería en el Mar Menor es insostenible», advierte el portavoz de los afectados. Pérez Blaya solo ve una diferencia con anteriores riadas. «Como han eliminado más obstáculos, el agua baja sin freno pero más pausada, y seguirá bajando hasta mañana –por hoy– a mediodía», expone. Le reprocha al Estado la falta de medidas para evitar más inundaciones, pero «la Comunidad Autónoma deja mucho que desear en la reestructuración del Campo de Cartagena».

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