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Claudio Caballero, Juan Luis Vivas y ángel alonso
Lunes, 21 de junio 2021, 00:20
El Gobierno regional, la Federación de Municipios y los ayuntamientos buscan una solución definitiva para las vías pecuarias (cañadas, veredas y cordeles); unas zonas ... de dominio público que han sido invadidas o están atravesadas por cascos urbanos, edificaciones y naves industriales. Un problema que viene de muy atrás y que la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente quiere solucionar a través de un decreto que modificará seis leyes de carácter medioambiental, entre ellas la normativa sobre Vías Pecuarias.
Pretende ajustar estos antiguos caminos de ganado al planeamiento territorial y urbanístico cuando discurran por suelo urbano o urbanizable. Para ello, quiere reconducir los trazados originales por las calles y avenidas con el fin de que se mantenga la continuidad. La Región cuenta con 3.000 kilómetros de vías pecuarias, de los que 250 discurren por zonas urbanas e industriales, atravesando ciudades. Los municipios consultados ven bien la nueva ley regional porque permitirá «dar seguridad jurídica a los propietarios».
El municipio de Cieza carece de un plan de delimitación y demarcación de sus vías pecuarias, denuncia Ecologistas en Acción. En 2016 presentó alegaciones sobre el polígono industrial, al señalar que no incorpora «el trazado de la colada de Los Prados, una vía pecuaria que lo cruza con una anchura legal de 10 metros».
Otra de las vías pecuarias sin protección, según los ecologistas, que está siendo invadida por explotaciones y naves agrarias, es la denominada Vereda de los Charcos, cercana a la autovía A-30 y la carretera nacional 301. Otras vías sin deslindar en Cieza son la Cañada Real de los Cabañiles, Cañada de La Mancha y Archeneros, Vereda Pinosa o Cañada del Cabezo Redondo.
El concejal de Medio Ambiente de Cieza, Antonio Moya, indica que el Ayuntamiento está trabajando en ese asunto bajo tres premisas: «Clasificar las vías pecuarias, delimitarlas y amojonarlas». Moya señala que ya en 2006, «el Ayuntamiento pidió a la Comunidad una clasificación de las vías pecuarias, y lo volvió a solicitar en 2009. Aún seguimos esperando», dice. Explica que hace unas semanas asistió a una reunión promovida por la Federación de Municipios y Provincias para emprender una iniciativa común.
El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Molina de Segura, Mariano Vicente, considera «razonable» que la Comunidad Autónoma lleve a cabo una adaptación jurídica de las vías pecuarias porque, en el caso del municipio molinense, los planeamientos datan de los años 70. «En muchos casos, se hizo una interpretación somera a través de croquis, pero no de estudios cartográficos», indica. Pero al Consistorio molinense le surgen muchas dudas, dados los precedentes.
Vicente sostiene que deben acometerse procedimientos de deslindes y, si se producen desafecciones, deben implementarse mecanismos de compensación para que las vías pecuarias no pierdan espacios que les corresponden. Para el edil de Podemos Equo es fundamental dotar a este departamento de recursos para evitar colapsos. «En la actualidad, solo hay dos o tres personas destinadas a estas funciones», apunta.
Tres vías pecuarias caballeras, compartidas con otros municipios, atraviesan Molina de Segura. Son 49 kilómetros de recorrido, con una superficie de 1.622 kilómetros cuadrados. Hay dos que han generado pocos problemas, el Cordel de las Pocicas y Cuevas de la Comunión, que atraviesa buena parte de monte, y la Vereda de la Rambla del Carrizalejo, que discurre fundamentalmente por una rambla.
Sin duda alguna, la que más problemas de ocupación ha ocasionado es el Cordel de los Valencianos, que en sus diversos trazados va desde Cartagena hasta Cuenca. Se trata de una vía pecuaria invadida en sus lindes por polígonos industriales, construcciones residenciales y naves agrícolas, entre otras actuaciones. Recientemente, Ecologistas en Acción presentó ante la Fiscalía de Medio Ambiente de la Región de Murcia una denuncia por la roturación llevada a cabo en dicha vía pecuaria, a su paso por la pedanía de Los Valientes Viejos.
Los municipios de Yecla, Jumilla y Caravaca coinciden en calificar como «necesaria» la modificación de la ley para ajustar estas vías a la realidad económica y social de hoy en día. Unas vías que en estos municipios están en desuso desde hace décadas por la falta de la actividad ganadera que antes se basaba en la trashumancia.
En Yecla, las instalaciones de la piscina municipal cubierta y la nueva jefatura de la Policía Local se asientan sobre unos terrenos por donde discurre una vía pecuaria. «Tuvimos que compensar las veredas con otros terrenos marcados por unas anchuras determinadas. También ha habido problemas con un cordel que atraviesa el casco urbano. Algún dueño puede tener problemas a la hora de vender algunas casas porque no está bien definido qué terreno está en el cordel y cuál no», explica el edil de Medio Ambiente, Jesús Verdú. Aplaude la iniciativa regional para adaptar estos trazados. «Hay que dar seguridad jurídica a los propietarios de terrenos y casas colindantes con estas vías. El problema es que no están deslindadas», dice el edil yeclano.
En el casco urbano de Jumilla y sus proximidades hay hasta seis vías de este tipo. Existen bastantes explotaciones ganaderas, pero no se produce el tránsito de ganado que se veía hace años por la periferia y es nulo en el casco urbano. «Se aprovechan ciertos tramos de estas vías por parte de algunos pastores que van a fincas privadas o van a los montes públicos para los pastos», asegura el edil de Agricultura del consistorio jumillano, Juan Gil. Confirma que hay «una inquietud por solventar estos problemas que le vienen sobrevenidos a herederos de casas y terrenos, principalmente. Es una medida acertada la modificación que plantea la Comunidad».
En pleno casco urbano de Caravaca hay trazada una vereda y otra pasa cerca de la localidad. El edil de Agricultura y Ganadería, José Antonio García, confirma que algunos vecinos han tenido problemas a la hora del otorgamiento de licencias de obras municipales, ya que sus propiedades estaban sobre una vereda. «Hasta ahora la Administración regional no se ha puesto las pilas, no ha hecho delimitación ni deslindes».
Cree que la Consejería debería reunirse con las organizaciones agrarias y ganaderas, los grupos ecologistas y todos los sectores afectados, y llegar a un consenso. Además, propone que estas rutas se conviertan en un reclamo para la actividad turística y de ocio, como ocurre con las vías verdes.
La invasión y falta de delimitación de las vías pecuarias genera muchos problemas y conflictos para los ayuntamientos, particulares y empresas, según la Consejería de Agricultura. Se dan casos de propietarios y afectados que se han enterado a través del Registro de que sus viviendas o instalaciones están sobre estos caminos, lo cual les genera inconvenientes a la hora se realizar algún trámite o gestión sobre sus inmuebles o terrenos, añade la Consejería.
El porcentaje de vías pecuarias que no están deslindadas en la Región no llega al 1%, según Ecologistas en Acción, que considera que la Comunidad está a la cola en la demarcación de estos pasos milenarios. Critica que el Gobierno regional renunció en el año 2000 a un convenio estatal para el deslinde, lo que provocó que estos trazados «estén totalmente indefensos ante la acción de las nuevas infraestructuras urbanísticas», señala Rubén Vives, portavoz de Vías Pecuarias de la organización ecologista. Reclama que la Comunidad y los ayuntamientos cumplan la ley. «De la misma forma que se respetan las líneas de costa o de los ríos, debieran acotarse, bajo sanción, las pecuarias», apunta Vives.
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