Un molesto vecino favorecido por el cambio climático
El mosquito tigre vive ahora un momento de eclosión, pero su población debería empezar a descender drásticamente a mediados de noviembre. Sin embargo, el aumento de las temperaturas retrasa cada vez más la llegada del frío y, con ello, favorece que el 'Aedes albopictus' siga campando a sus anchas. «Hemos llegado a detectar larvas en pleno mes de diciembre», advierte Francisco Collantes, profesor de Zoología de la Universidad de Murcia (UMU).
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Originario de Asia, el 'Aedes albopictus' o mosquito tigre se fue introduciendo poco a poco en Europa desde los años 80. Se cree que llegó al continente en cargamentos de neumáticos con agua de lluvia acumulada entre el caucho. En España fue detectado por primera vez en 2004, en concreto en Cataluña. A partir de ahí fue avanzando por el litoral, hasta que en 2011 se descubrieron las primeras larvas en Murcia.
Con el 'aedes' llegaron, el año pasado, los primeros cinco casos de dengue autóctono en España, cuatro de ellos registrados en la Región. Los expertos no temen epidemias, pero sí creen probable la aparición de nuevos casos. «En momentos como este hay más riesgo epidemiológico -admite Francisco Collantes-, porque hay más mosquitos y más posibilidades de picadura».
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