Ribera pide la «complicidad» de la Comunidad para reducir los vertidos al Mar Menor

Poner freno a la llegada de sustancias contaminantes, tanto de las escorrentías mineras como de la rambla del Albujón, es el objetivo en el que centró su visita este viernes la ministra de Transformación Ecológica, Teresa Ribera, al Mar Menor. A primera hora se reunió con los alcaldes y colectivos como los agricultores, los ecologistas y las plataformas de defensa de la laguna.

Entre las dos principales actuaciones, tanto en el entorno de la Sierra Minera como en la principal rambla de descarga de agua tóxica a la albufera, Ribera calcula que se transformarán 900 hectáreas. «Por eso es importante que la agilización de estos proyectos cuente con la complicidad y el compromiso de la Administración regional», requirió la ministra. Para el Albujón, anunció la creación de «una gran llanura de laminación que permitirá reducir el arrastre de aguas y de sustancias contaminantes». La primera fase se licitará «en breve, aunque necesitamos la mayor complicidad posible con el Gobierno regional, que tiene que intervenir con la ordenación del territorio».

Ribera aseguró que «se están agilizando los planes de ejecución, después de que se aprobaran en febrero como obras de interés general». También confirmó que «los recursos para la modernización del saneamiento ya están transferidos a los ayuntamientos y se ha comprometido un gasto de más de 60 millones de euros». Sobre las tareas de restauración de las ramblas mineras dijo que «probablemente sea el proyecto más ambicioso nunca jamás visto».

En su reunión con los agricultores, Ribera planteó la necesidad de «buscar perspectivas de futuro para los pequeños productores para que puedan seguir con su actividad en un contexto compatible con la restauración del Mar Menor». «Tenemos que trabajar con los agricultores para facilitar el cierre de unas 5.000 hectáreas regadas de forma ilegal, más de 250 desaladoras y la clausura de unos 140 pozos ilegales y buscar una mejor perspectiva de futuro», aseguró.

Entre los proyectos previstos hay uno de un gran importancia para Los Alcázares. La rambla de la Maraña, que tantas pesadillas ha generado con cada tormenta, se convertirá en una de las soluciones de las inundaciones. El Ministerio destinará 16 millones de euros para transformar todo su trazado, desde la autopista AP-7 Cartagena-Alicante hasta la playa. Las toneladas de barro que bajaban por este cauce hasta el Mar Menor se encontrarán varios frenos antes de llegar a la laguna.

El primero será un gran parque verde fluvial junto a la autopista con cuatro canales, que conducirán las aguas a un tanque de retención. Si este se desborda, discurrirían por la rambla, a lo largo de la avenida Muñoz Zambudio, convertida en una vía verde con vegetación, que contendrá otro canal de menores dimensiones para canalizar las escorrentías y evitar que se inunde su cauce. En su penúltimo tramo, que hasta ahora ha sido el parque de las peñas huertanas, se instalarán equipamientos deportivos. En la plazoleta final previa a la playa habrá vegetación bajo una pasarela que evitará el corte de este paso peatonal en caso de lluvias.

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