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Una alumna de autoescuela accede a un coche de prácticas para comenzar una clase en Lorca. EDU BOTELLA / AGM

Los 'millennials' pasan del coche

El número de conductores de 18 a 34 años cae un 22% en los últimos ocho años en la Región. Desde 2010 la franja de edad mayoritaria ha envejecido diez años y los titulares del carné B de más de 55 han crecido un 89%

Domingo, 3 de febrero 2019, 07:35

La peor parte del envejecimiento del parque móvil en la Región podría estar ocurriendo tras los parabrisas. En los últimos ocho años, la edad media de los titulares de permisos de circulación B se ha elevado de forma continua en la Comunidad, hasta el punto de que los conductores mayores de 35 años suponen ya el 90,7% del total, cuando en 2010 constituían tan solo el 69,5%, según datos del censo de la Dirección General de Tráfico. En el mismo periodo de tiempo, el número de propietarios de carnés de coche entre 18 y 34 años ha caído cerca de un 22%, al pasar de 215.225 a 168.037. Este descenso de permisos en la generación 'millennial' contrasta con la evolución positiva de la cifra absoluta de conductores de turismos en Murcia, que creció más de un 12% desde 2010.

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De los 39 años en adelante, todos los grupos de edad han ido incrementándose de forma imparable desde el mismo año. El número de conductores de entre 35 y 54 años ha crecido un 24,5%, y los de más de 55 años han pasado de 61.029 a 115.356, lo que supone un 89% más. La pregunta en el aire es: ¿están los jóvenes de la Región perdiendo interés por el coche?

Lo cierto es que la situación actual poco tiene que ver con la de hace ocho años, cuando la media de edad más habitual tras los volantes murcianos estaba entre los 30 y los 34 años, con un total de 81.414 conductores. Le seguían los de entre 35 y 39 años (74.176) y los de 25 a 29 (68.577). Al cierre de 2018, el primer lugar del 'ranking' había cambiado de dueño. Lo ocupaba esta vez la franja de entre 40 y 44 años, es decir, diez años más que en 2010. En segunda posición se situaban los de entre 35 y 39 y, en tercer lugar, los de 45 a 49 años.

Entre las claves para explicar el descenso de jóvenes en las carreteras de la Región, una de las primeras en aparecer es la demografía. La población ha envejecido. Murcia tiene hoy un 23,8% menos de población de 20 a 34 años, según el padrón continuo del Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, la correlación entre la pirámide demográfica y la de los conductores no ha evolucionado de la misma forma para otros segmentos de edad. Mientras la población de entre 35 y 54 años ha aumentado un 9,3%, los conductores de esa misma edad lo han hecho un 22%. Lo mismo ocurre con el número de murcianos de entre 55 y 74 años, que ha experimentado un incremento del 18,7%, mientras los permisos B en esta misma horquilla de población se han disparado un 89,9%. De este modo, los 'millennials' se muestran como la nota discordante en el aumento de licencias.

Para el catedrático de Sociología de la Universidad de Murcia (UMU) Pedro Sánchez Vera la explicación se encuentra en una combinación de factores que mezcla demografía, economía y cambios socioculturales. «Hay motivaciones diferentes. Las nuevas generaciones prestan una atención especial a los valores medioambientales que antes no se daba. Además, hay que tener en cuenta la precariedad laboral y la modificación de las prioridades de ocio», asegura. «La nueva actitud hacia los transportes públicos parece importante también. Han mejorado las opciones y los utilizan mucho más», señala.

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'Carless'

Rafa Páez, un joven trabajador murciano de 26 años, es uno de estos nuevos ciudadanos sin coche. «Sí, soy un 'carless'», acepta entre risas. «Creo que no me hace falta. Me apaño con el transporte público para ir a trabajar o si tengo algún compromiso». Para acudir a su lugar de empleo, Rafa debe cruzar a diario desde el barrio del Carmen, en el sur de la capital, donde reside, hasta la zona norte, donde se encuentra la sede de su empresa. Asegura que para moverse le basta con el servicio de autobuses metropolitanos y el tranvía, y que si tuviera que decidirse por adquirir un vehículo en propiedad, no sería un coche: «Me planteo antes comprar una moto». Tras su modo de moverse «también hay una parte de idealismo», señala. «No creo que hagan falta tantos coches. ¿Por qué tiene que haber tres en una familia?», se pregunta.

El sociólogo Sánchez Vera destaca que los 'millenials' prefieren «gastar el dinero en viajar, en tecnología o en ropa de determinadas marcas. Las manifestaciones de estatus también han cambiado, y ahí el coche también ha ido perdiendo importancia».

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Pese a todo, recuerda que «el coche sigue siendo uno de los grandes 'leitmotiv' de nuestras sociedades», y considera que la disminución de jóvenes al volante se debe más a un aplazamiento que a una renuncia. «No nos engañemos: muchos de estos jóvenes terminarán comprando un vehículo antes o después. El momento de la adquisición se está demorando, pero también porque se están retrasando los ciclos vitales. Hay una adolescencia muy prolongada, y la madurez se retrasa, en gran medida por la ausencia de trabajo o por la obtención de puestos con condiciones precarias».

Rubén Fernández, un joven extremeño afincado en Murcia, también ha optado por dejar de lado las cuatro ruedas. «Hoy en día no es necesario tener carné o coche propio para moverse, con todas las alternativas que existen». Entre los motivos principales para decantarse por esta opción cita el dinero. «Pero luego también te das cuenta de que el coche no te hace falta», asevera.

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En su caso, para los desplazamientos metropolitanos prefiere ir a pie o en bici, mientras que para trayectos más largos suele usar el tren. «No tengo planes de tener un automóvil próximamente», aunque «es probable que en un futuro, si se pretende formar una familia o tener independencia plena, se haga necesario», reconoce.

Ciudades sin vehículos

En paralelo a la evolución del pensamiento 'millennial', se ha ido desarrollado lentamente otro gran cambio: el de la fisionomía de las ciudades. Las principales urbes de la Región han apostado en los últimos años por la peatonalización y la promoción de los transportes colectivos y sostenibles. Murcia ha llevado a cabo en los últimos meses una nueva ampliación de carriles bici que han restado espacio al tráfico rodado y plazas de aparcamiento a los turismos, al tiempo que avanza en la realización de la segunda fase de la peatonalización de Alfonso X, que junto a la transformación de la Avenida de la Libertad a finales de 2009, consolidará una gran zona libre de tráfico en el centro de la capital.

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Por su parte, el Gobierno municipal de Cartagena planea expulsar a los vehículos a motor del casco histórico de la ciudad, con la creación de nuevas zonas para peatones que extiendan las completadas en legislaturas anteriores.

A la pérdida de espacio para los turismos, se suman también las restricciones de velocidad en los cascos urbanos que ha promovido la Dirección General de Tráfico. Los problemas de contaminación y la intención de hacer más segura la ciudad para los viandantes han llevado a la DGT a impulsar la reducción del límite a 30 km/h en la mayoría de las calles de España, siguiendo una nueva política de movilidad en línea con las propuestas dictadas por la Unión Europea.

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Mientras la automoción encara la que promete ser la transformación más importante de su historia, con el paso de los motores de combustión a los eléctricos, los fabricantes muestran en los salones del automóvil sus prototipos con conducción autónoma, anticipando un futuro en el que lo extraño, después de todo, tal vez sea conducir.

«Ahora prefieren comprarse un móvil de última generación»

«La prioridad que otorgábamos antes al carné de conducir, que era un símbolo de libertad y de autonomía, ahora no se da», apunta el presidente de la Asociación Regional de Autoescuelas de Murcia (Aramur), Enrique Lorca. «Los medios de transporte han evolucionado mucho: han mejorado las líneas de autobús, el tranvía, los trenes...; en ciudad está también la bicicleta, y hay muchas otras alternativas para moverse, como el transporte colaborativo tipo 'Blablacar'. En las autoescuelas ya no tenemos ese aluvión de alumnos de 18 años que había antes. No hay la misma necesidad», subraya.

Para Lorca, otro de los motivos es que al clásico gasto en el carné de conducir le han salido nuevos rivales: «Ahora prefieren comprarse un teléfono móvil de última generación». Aunque subraya que una de las causas princpales tras el cambio de tendencia sigue siendo la crisis. «¿Existe un descenso del interés en el carné por parte de los jóvenes? Sí, pero también hay una influencia importante de la situación económica. Si los padres van un poco apurados y el joven no tiene trabajo, ese gasto va posponiéndose». Aunque no cree que la inversión se cancele: «Muchos tienen que sacárselo tarde o temprano por exigencias del mercado laboral, donde es un requisito casi imprescindible».

Entre 2007 y 2008, el Gobierno central lanzó una línea de financiación para que los jóvenes pagaran el carné a razón de un euro al día. Actualmente no hay ayudas estatales. A nivel regional se puso en marcha recientemente una subvención de 345 euros para jóvenes que no estudiaran ni trabajaran, pero que estuvieran en búsqueda activa de empleo. Las ayudas se agotaron y desde Aramur aseguran estar ahora en conversaciones con el Ejecutivo para renovarlas.

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