Lorena Tristante, en una visita a Washington DC, durante su estancia en Memphis. LT

Lorena Tristante, la mente de las 49 matrículas de honor

La estudiante 'cum laude' obtiene una prestigiosa beca para estudiar en el Colegio de Europa de Brujas, tras terminar el doble grado de ADE y Derecho

YOLANDA SALMERÓN

MURCIA.

Jueves, 21 de julio 2022, 01:57

La excelencia académica de Lorena Tristante Pellicer (San Pedro del Pinatar, 1999) está presente en cada una de sus palabras. La dicción, el vocabulario y el «gracias» siempre por delante la delatan. La personal se intuye en su preocupación por no querer parecer pretenciosa «porque no lo soy». Tanto es así que Lorena insiste en que no hay nada extraordinario en su brillante historia. «No tengo una mente privilegiada, ni tampoco capacidades excepcionales. Soy trabajadora, organizada y constante. Una joven normal, con los ojos abiertos, a la que le gusta exprimir las oportunidades de la vida». De hecho, le provoca cierta ansiedad entrar en la red profesional Linkedin y echar un vistazo a las trayectorias publicadas. «¿De dónde sacan tiempo para abarcar tantas cosas?», se pregunta.

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A sus 23 años, Tristante no se ha quedado corta y a buen seguro que más de uno podría cuestionarse lo mismo refiriéndose a ella. Finalizado el doble grado en ADE y Derecho por la Universidad de Murcia con 25 y 24 matrículas de honor, respectivamente, la última semana de agosto pondrá rumbo a Bélgica para estudiar el Máster de Derecho de la Unión Europea en el prestigioso Colegio de Europa situado en Brujas. Para ello, se valdrá de una de las mejores becas para estudiar posgrados procedente de la Fundación Ramón Areces. «Esta generosa ayuda me permitirá cursar el Máster. Mi familia no me lo podría costear», reconoce agradecida la joven.

Escoger destino para completar los estudios universitarios tuvo su complejidad porque Lorena fue admitida en cuatro relevantes centros. No así decidir grado porque siempre le apasionó el Derecho. Eso sí, renunció por el miedo de su familia y el suyo propio, aunque le cueste admitirlo, a estudiar en Madrid. «Al finalizar Bachillerato me planteé cursar el doble grado de Derecho y Relaciones Internacionales en la capital. Pero me pudo el apego a mis padres y la inquietud por un cambio tan brusco a esa edad. A pesar de todo, no me arrepiento», indica Lorena.

«Hay que echarle valor a la vida y aprovechar cada oportunidad que va surgiendo en el camino. ¡Y salir a buscarlas!»

José Antonio Tristante, comercial de profesión, y Anabel Pellicer, ama de casa desempleada, han tenido que asumir que los intereses de su única hija, y primera en la familia en pisar una universidad, casi con total seguridad la lleven fuera de los límites geográficos de la Región. «Se lo debo todo a mis padres. Son los espejos en los que me miro por luchadores y la educación en valores sólidos que me han proporcionado. Ahora, me apoyan a pesar de no compartir mi espíritu aventurero», explica la joven.

Rompiendo estereotipos

La estudiante pinatarense comenzó a sobresalir a temprana edad en el colegio público Nuestra Señora del Carmen, de Lo Pagán, y posteriormente en el Centro Educativo Concertado San Pedro Apóstol, en el municipio pinatarense. Pese a la manifestación precoz de su talento no se ha sentido rechazada, aunque sí ha ayudado a compañeros a acabar con el estereotipo de que por estudiar y sacar buenas notas no se puede ser la más fiestera del grupo.

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Entre su palmarés académico se encuentra el Premio Extraordinario de la Región en ESO y Bachillerato, etapa que culminó con un10 de media. En selectividad obtuvo un 13,79 y ganó, además, los concursos de divulgación educativa '¿Qué es un rey para ti?', 'Carta a un militar español' y la Olimpiada de Filosofía regional, que le llevó al Campeonato Nacional. Durante su periodo formativo, aprovechó para hacer un Erasmus en la Escuela de Negocios de Trinity College, en Dublín, Irlanda, y disfrutó de una beca para estudiar un semestre en el Rhodes College, en Memphis, Estados Unidos. Por si fuera poco, Tristante domina el inglés y el francés, además del castellano. A la lengua alemana la define como su talón de Aquiles, tras cinco años estudiándola, y en sus ratos libres se adentra en el italiano.

Futuro prometedor

Ahora, recién finalizado su periodo de prácticas en el despacho de abogados Garrigues, pasará en Estonia un par de semanas como monitora de un campamento de intercambio cultural organizado por el Ayuntamiento de Murcia. Ha preferido dejar libre el mes de agosto para despedirse de su gente.

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Tristante afronta el futuro con calma. «Mi prioridad es aprovechar al máximo la estancia en Bruselas. Voy a formarme y aprender lo que pueda para ser una excelente candidata el día de mañana. Espero que se me abran muchas puertas en Derecho de la Unión Europea».

Sin receta alguna para el éxito, al que sitúa más en «estar satisfecha con lo que haces cada día» que en aplausos y reconocimientos, entiende que «hay que echarle valor a la vida y coger cada opción que va surgiendo, incluso buscarlas. Para quien quiere trabajar se abren caminos», insiste Lorena Tristante.

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«Los estudiantes de la Región estamos más y mejor preparados de lo que nos creemos»

Lorena Tristante destaca la capacidad de esfuerzo y tenacidad de los estudiantes de la Región. Unas aptitudes que descubrió y aprendió a valorar estudiando fuera. «Tenemos cierto complejo de inferioridad y no hay nada más que salir al extranjero y conocer otros sistemas educativos para tomar el pulso al nivel. Los murcianos estamos preparados como los que más para afrontar la carrera profesional que nos propongamos. En la Región de Murcia hay mucho talento. Recomiendo a todo el mundo que salga, vea y compare. Es una experiencia increíble. Se regresa con una visión renovada y la autoestima bastante subida», anima Lorena. Asimismo, reconoce que no ha estudiado fuera tanto como en la Universidad de Murcia, donde durante toda su trayectoria encontró un equipo de docentes «profesional y humano de primer orden, al igual que los compañeros». Los amigos que ha hecho también son parte de su aprendizaje. «Descubrir personas de otras nacionalidades, sus culturas y gustos, es enriquecedor. Vivir la diversidad te abre la mente. La gente que dejas en cada puerto es lo más maravilloso de estas experiencias», admite con su característica sonrisa.

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