Un familiar del fallecido por golpe de calor en Mazarrón: «Mi hermano dijo que no podía respirar y cayó»
El familiar del hombre que falleció por un golpe de calor en Mazarrón afirma que nunca trabajaba por la tarde, «pero quiso terminar de recoger la fila de tomates que quedaba»
En el invernadero donde murió El Habib el pasado martes permanecen en la entrada las dos carretillas que estuvieron utilizando él y su compañero para transportar las cajas de tomates que recogieron bajo un calor sofocante. Justo en la puerta del vivero agrícola hay una caja de madera medio llena de tomates podridos, que son ya pasto de las moscas.
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Ese fue el último cajón de frutos que el hombre y su compañero recolectaron. Tenían previsto terminar de recoger los frutos que ya estaban maduros y a mediodía solo les faltaba una hilera de tomates. Los dos hombres habían arrendado la finca de tomates cultivados bajo malla a una familia en el Camino de Cañada Honda de la pedanía de La Majada, una localidad salpicada por invernaderos a ambos lados de la carretera que la une con Mazarrón, a 10 kilómetros de distancia.
«Cuando había producción, mi hermano y su socio alquilaban invernaderos para trabajar como autónomos y recolectar el producto. Cada uno obtenía el 40% de los beneficios de las ventas», confirma Rachid, hermano del fallecido, que recibió ayer a LA VERDAD en la vivienda que ambos compartían en la calle Constitución de Mazarrón.
El martes fue el segundo día que acudían al invernadero. Comenzaron la jornada a las ocho de la mañana y pararon a las 12.30 horas para descansar y comer. «Casi nunca trabajaban más allá de las dos de la tarde, pero querían terminar de recoger una fila de tomates que quedaba para cargarlos todos. Iban a estar media hora como mucho, y reiniciaron el trabajo a las 16.30 horas. Apenas pasaron unos minutos cuando mi hermano comenzó a sentirse mal. Le dijo a su compañero que no podía respirar bien y se desplomó al suelo, dentro del invernadero», relata el familiar de la víctima. Abdlekrim M. salió fuera para pedir ayuda, y una persona que estaba en otra finca trabajando acudió y le ayudó a levantar al afectado, sacarlo y ponerlo en una zona de sombra.
Le quitaron la ropa y lo refrescaban con agua bajo un chamizo, junto a la finca, donde hay una casa abandonada y otra en la que reside un familiar de los dueños de las tierras. A pesar de los intentos por reanimarlo, El Habib no se recuperaba y apenas podía hablar.
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La ambulancia estaba de camino y «llegó cuarenta minutos después del aviso», recuerda Rachid. Los sanitarios comenzaron los trabajos de reanimación.
El Habib estaba en parada cardiorrespiratoria y tras varios minutos consiguieron estabilizarlo. Mientras, los agentes de la Policía Local que acudieron recabaron información acerca de qué actividad estaba realizando el hombre antes de sufrir el golpe de calor.
La ambulancia lo trasladó al hospital de Santa Lucía de Cartagena, donde los facultativos confirmaron el fallecimiento. Acto seguido, la Guardia Civil inició una investigación para aclarar las circunstancias del fallecimiento y su relación con el trabajo que realizaba en el campo como autónomo.
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El día que murió El Habib M., el municipio de Mazarrón estaba en alerta amarilla por altas temperaturas y en el segundo día del episodio de calor que azotó la Región, el martes, la máxima en la localidad fue de 36,5° y la Región estaba en aviso naranja.
Su cuerpo será repatriado hoy
El Habib llegó a España a bordo de una patera en 1996 y años después se instaló en Mazarrón, «donde no dejó de trabajar ni un solo día en el campo», afirma su hermano. El Habib estaba casado y tenía tres hijos. Su familia se marchó a Marruecos hace dos semanas para pasar unos días de vacaciones con el resto de allegados.
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«Mi cuñada está muy mal. No puede creer lo que ha pasado. No habla, no come. De un día para otro ha perdido a su esposo», lamenta Rachid.
Sus familiares tienen previsto repatriar el cuerpo de El Habib este tarde, una vez que se le practicó la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Cartagena, y se confirmó que la muerte se produjo por un golpe de calor, un choque térmico que el cuerpo de jornalero no soportó y se convirtió en la primera víctima mortal por ola de calor de la Región este año.
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