La matriculación de alumnos de origen extranjero mitiga la caída de la natalidad en la Región de Murcia

El curso ha arrancado con más de 44.300 alumnos de procedencia extranjera, que sobre el papal suman 1.500 menos que el pasado año académico. Pero tanto en los centros docentes como en la Consejería de Educación saben que esa cifra no está, ni mucho menos, cerrada.

La escolarización tardía, con el curso ya iniciado, es una constante entre los alumnos de otros países, y en los centros tienen claro que se rebasarán los porcentajes del pasado curso. «La llegada es continua; esta misma semana se han matriculado ocho nuevos, y es así durante todo el curso. Desde que terminó la pandemia, el crecimiento es persistente», explica José García Ros, director del colegio Hernández Ardieta de la pedanía pachequera de Roldán, donde el 70% de los alumnos de Infantil y Primaria son hijos de padres extranjeros. En el colegio, como en otros muchos del Campo de Cartagena, realizan esfuerzos adicionales para atender a los escolares que llegan sin dominar el idioma, pero lamentan que no son suficientes. «Tenemos un aula de acogida, pero solo sobre el papel, porque no está dotada con personal específico. La atienden los docentes del centro y la maestra de compensatoria que nos corresponde 1,5 horas al día», reclama el director.

El aporte continuo de los alumnos de otras procedencias tiene un efecto amortiguador sobre el descenso de estudiantes por la caída de la natalidad que ha comenzado a dejarse notar en las aulas de la Región. Las tendencias demográficas se aprecian claramente en las cifras de alumnos que estudiarán en los centros educativos de la Región el próximo curso: en los niveles que cursan los más pequeños, Infantil y Primaria, descienden las cohortes en 1.615 y 1.247 escolares con respecto al pasado año. En ESO y Bachillerato, etapas que escolarizan a los 'hijos del boom', aumentan en cambio con 1.157 y 1.288.

El descenso imparable de alumnos está llamado a poner en peligro unidades y centros educativos, que de momento se mantienen con solvencia en áreas rurales gracias en buena medida a la matrícula de extranjeros. «Sin esa matrícula no sé cuál sería la situación del centro», admite García Ros, que aprecia de forma visible en sus aulas cómo la tasa de natalidad es muy superior entre las madres extranjeras que entre las nacionales.

La curva que dibujan las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) marca idéntica tendencia a la baja en los dos casos, pero una tasa siempre superior en el de las madres extranjeras. En el último año anotado por el INE, 2021, la tasa de natalidad de las mujeres de otros países quedó en 15,7 (hijos por cada mil habitantes); en el caso de las españolas, se cerró en 8. La caída ha sido acusada en los dos casos en las últimas décadas: en 2007 la tasa entre las madres extranjeras superaba el 20, mientras las españolas quedaban en 11.

En los centros docentes de la Región asumen la educación de los alumnos de otras nacionalidades como un reto y una oportunidad, pero reclaman más recursos para dar la respuesta adecuada a los estudiantes que la precisan. «Si queremos dar garantías e igualdad de oportunidades, necesitamos recursos para poder atender a los escolares», demanda la presidenta de la Asociación de Directores de centros de Primaria, Olga Catasús. Hay que tener en cuenta que un porcentaje muy elevado de alumnos considerados como extranjeros por las estadísticas oficiales son en realidad estudiantes nacidos ya en la Región y, aunque representan la segunda e incluso la tercera generación, siguen incluidos por las administraciones en los listados como extranjeros. En ese caso, los estudiantes no precisan de ningún recurso adicional, ya que su conocimiento del idioma es completo a todos los niveles.

El principal recurso para atender a los alumnos que no tienen conocimientos de español son las aulas de acogida, donde los docentes centran el esfuerzo. La Consejería las está reactivando desde hace cinco cursos: hace dos años funcionaban once; y el pasado aumentaron hasta las 25. Para el próximo curso, Educación ha proyectado tres aulas más, hasta alcanzar las 28. La idea de la Consejería es incrementar el recurso a lo largo del curso en los centros donde sea necesario por la llegada de nuevos alumnos con desconocimiento del idioma.

En el instituto Sabina Mora de Roldán disponen para este curso de un aula de acogida a la que asistirán, de momento, 55 alumnos. «Este año la tenemos dotada desde el principio con una docente; los alumnos van rotando en cuatro grupos por horas, y el resto del horario están en el aula ordinaria», explica el director, Antonio Vicente. Su preocupación pasa porque la matrícula de estudiantes que desconocen el idioma vaya en aumento. «Lo fundamental es que avancen. Muchos estudian después ciclos de FP, y otros llegan a la universidad. Tenemos muchos casos de éxito», se congratula Vicente.

El curso pasado se formaron en las aulas de la Región casi 47.000 estudiantes de otras nacionalidades, la cifra más alta de la serie histórica. En España se rozó el millón de alumnos, un hito incentivado por el final de la pandemia y la reactivación económica. La Región se situó el pasado año académico entre las cinco autonomías que rebasan el 15% de alumnado procedente de otros países. Pero ese porcentaje ya se habría superado, y alcanzaría el 15,7%, según las primeras estimaciones. Así, 16 de cada cien alumnos de los colegios e institutos de la Comunidad son ya de otros países, el porcentaje más alto desde que se tienen registros, y que supone un repunte de cinco puntos con respecto a los años prepandemia.