Una de las ayudantes personales enseña a un usuario de Ápices a manejar una tablet. Ápices
Acción Solidaria - Fundación 'La Caixa'

Manos amigas que prestan su ayuda en el día a día

La asociación Ápices ha creado un servicio de promoción de la autonomía para personas con problemas de salud mental que necesitan apoyos puntuales en su vida diaria

Beatriz Martínez

Murcia

Lunes, 21 de febrero 2022, 00:03

Los problemas de salud mental son una especie de enemigo invisible. A diferencia de las discapacidades físicas, las personas que padecen estas patologías deben lidiar todos los días con unos síntomas que no se ven, pero que afectan a su vida diaria y les obligan a enfrentarse a prejuicios en una sociedad que recién ha comenzado a visibilizar y normalizar estas enfermedades. Aunque es ahora cuando se pone el foco en ellas, para algunas entidades son ya de sobra conocidas, pues son su razón de ser. Este es el caso de Ápices, una asociación que trabaja en Cartagena y su comarca y que nació en 1991 de la mano de familiares de personas con problemas de salud mental, patologías que son, como recordaba el primer presidente de la entidad, Francisco Morata, con motivo del 30 aniversario de Ápices, «las eternas olvidadas de la sanidad y de los servicios sociales».

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Revertir ese olvido ha sido siempre el 'leitmotiv' de la entidad cartagenera, que hoy suma 90 usuarios de atención directa diaria que participan en algunos de los servicios que oferta (centro de día, atención a familias, vivienda tutelada, ocio y tiempo libre, voluntariado y servicio de mediación hospitalaria, entre otros). A través de todo ello, Ápices tiene el objetivo de incentivar la autonomía de sus usuarios y promover que cada uno de ellos pueda realizar su propio plan de vida.

La dificultad de algunos de estos usuarios para alcanzar una vida independiente fue lo que llevó a la entidad a dar un paso más al frente, innovar y crear el Servicio de Promoción de la Autonomía Personal, que dio sus primeros pasos en septiembre del año pasado y que Fundación 'la Caixa' galardonó en la convocatoria 2020 del Programa de Ayudas a Proyectos de Iniciativas Sociales, dotándolo con 23.990 euros.

Asistentes personales

La iniciativa, para un máximo de 30 personas, va destinada a aquellas con problemas de salud mental que solo necesitan apoyos puntales en ciertas áreas de su vida. «Lo que pretendemos es mejorar las condiciones de autonomía de la persona que entra a este recurso. No queremos hacerlo desde un servicio institucionalizado, con un horario fijo y completo, sino que buscamos facilitar esa ayuda que necesita en un momento concreto para que mejore su calidad de vida y que pueda seguir viviendo en su entorno a pesar de tener un problema de salud mental», resume la responsable de proyectos de la entidad, Cristina Torres, quien enfatiza de la iniciativa «dos conceptos básicos: el empoderamiento y la recuperación. La enfermedad no se cura, pero sí pueden aprender a conocer los síntomas y a vivir con ella de forma óptima», concluye.

Para conseguirlo, cada participante tiene a su entrada en el proyecto una entrevista personal con los profesionales de la entidad, con los que acuerda esas áreas en las que necesita apoyo y elabora un itinerario individualizado «en el que participa de manera activa. Es él quien toma las decisiones desde el primer momento», explica Torres. Posteriormente, a cada uno de los usuarios se le asigna un asistente personal, que será el encargado de acompañarlo y asesorarlo en esas actividades básicas de la vida diaria en las que necesita ayuda, como por ejemplo, «ir a comprar ropa, decidir qué actividades de ocio realizar o mejorar la búsqueda de empleo y las competencias digitales. No es un cuidador, es un facilitador», reseña la profesional.

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El proyecto incluye una evaluación continua mediante entrevistas entre el profesional de Ápices, el asistente personal y el usuario, en las que se ponen en común las metas alcanzadas y los nuevos retos a conquistar, con el fin de mantener los objetivos iniciales del plan o incorporar otros nuevos.

Más común de lo que parece

El Servicio de Promoción de la Autonomía Personal ha conseguido un logro que no forma parte de su listado de objetivos, pero al que también ha contribuido de manera exponencial: normalizar los problemas de salud mental. La pandemia, que ha cambiado la forma de relacionarse de la sociedad, ha sacado también a la palestra estas patologías y ha demostrado que son más comunes de lo que parece. «Los datos estadísticos del Plan de Salud de la Región de Murcia dicen que un 15% de la población de Cartagena ha tenido problemas de salud mental y ha sido tratada», recalca Torres, al tiempo que confirma el aumento de interés por los servicios de la asociación en los últimos dos años.

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Así lo reafirma también la directora de la asociación, María José Hernández, quien considera clave la educación social, «algo en lo que llevamos trabajando muchos años. Cada vez son más entidades las que nos demandan información para tener conocimiento de qué es la enfermedad mental y cómo tratar a la persona que la tiene. La adaptación que se necesita en otras discapacidades es más visible pero en estos casos puede ser simplemente tratarlos con más atención o estar más pendiente de ciertos detalles», apostilla.

Además de contra la desinformación, Hernández pide luchar contra el prejuicio aún latente que etiqueta a aquellos que sufren estas dolencias como individuos «violentos, agresivos y difíciles, cuando la realidad es que el porcentaje de personas que delinquen con trastorno mental es muy bajo en comparación con la población en general. Seguimos teniendo miedo pese a que los datos son evidentes», lamenta.

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Cambio de paradigma

El salto a la palestra de la salud mental ha permitido un cambio de paradigma en las nuevas generaciones, que ya no consideran tabú las visitas a psicólogos y psiquiatras, sino que lo equiparan a ir, por ejemplo, al médico de cabecera. Al respecto, María José Hernández hace responsable de este triunfo a «los programas inclusivos que se están haciendo» y se muestra optimista con un presente en el que «se está trabajando la tolerancia en diferentes dimensiones» y un futuro que será «más inclusivo, un área que todavía no termina de ser una realidad».

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