Fachada del teatro municipal de Los Alcázares. Alexia Salas

El Ayuntamiento de Los Alcázares estudia culminar el teatro, abandonado desde 2006

El proyecto de rehabilitación de la Casa de la Cultura, que ocupa la mayor parte del inmueble, está previsto para 2025

Lunes, 2 de diciembre 2024, 01:23

Entrar en el teatro municipal de Los Alcázares, abandonado a medio hacer, es como pisar por la historia de las dos últimas décadas del ... municipio costero. El vandalismo, los grafiteros y el olvido han dejado su huella en el espectacular edificio, igual que marcaron su devenir los cambios políticos, los casos judiciales y las inundaciones. Una pregunta del PP en el reciente debate sobre el estado del municipio puso sobre la mesa el proyecto dormido del teatro, que el gobierno local quiere terminar en los próximos dos años. El concejal de Cultura, Antonio Luis López Campoy, calcula que necesitarán dos millones y medio de euros para culminar esta obra, iniciada en 2006 y parada poco después tras la onda expansiva del 'caso Ninette'.

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Ninguno de los alcaldes de las últimas dos décadas ha reabierto las puertas del teatro, que se ha ido deteriorando con el abandono y los actos vandálicos. Para el próximo año, está prevista la elaboración del proyecto de rehabilitación de la Casa de la Cultura, que ocupa la mayor parte del recinto. «Me imagino todo lo que podremos hacer cuando esté ya terminado y podamos instalar aquí la escuela de baile y demás grupos culturales, organizar exposiciones y programar espectáculos, pero habrá que hacerlo en dos fases», explica el edil.

El edificio de 4.659,45 metros cuadrados conserva en buen estado la estructura, paredes y escaleras, aunque el cableado del sistema eléctrico, los aparatos de aire acondicionado y otros elementos han sido objeto de expolio. Según el concejal, las inspecciones han determinado que el edificio es seguro, aunque habrá que incorporar barandillas a las escaleras, revisar la caja del ascensor y reparar desperfectos. Un patio central, con luz natural a través de un gran lucernario, comunica las dos plantas superiores. Desde este centro neurálgico se distribuyen el acceso a la cafetería, a diversas salas multiusos, a las escaleras a ambos lados y, de frente, al teatro. Más de 20 salas para diversos usos culturales se reparten en las plantas superiores, donde destaca el salón con techo abuhardillado y un gran ventanal al Mar Menor.

Un escenario gigante

En el teatro sorprende la amplitud del escenario, tanto que el concejal no descarta reducirlo para aumentar el aforo en el patio de butacas. Todo un entramado de camerinos, almacenes y espacios multiusos se reparten alrededor del auditorio, que cuenta con dos plantas para el público. Aún queda un valor más a rescatar en el edificio: en el tejado del teatro permanecen las esculturas metálicas atribuidas a Miguel Belchí, artista natural de Alcantarilla, que solía utilizar en sus figuras piezas metálicas, rejillas y formas oníricas. Para que se alzaran sobre el techo del edificio costero, ideó unos dispositivos móviles que giraran con el viento, aunque la mayoría están oxidados por la falta de mantenimiento o rotos por el vandalismo. El conjunto cobra valor plástico con el pavimento a base de mosaicos de colores sobre el que se asientan las esculturas. «Queremos repararlas a imagen y semejanza de los diseños del autor, porque son un distintivo del centro cultural», indica Campoy.

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Investigación judicial

El edificio fue construido a través de un convenio entre el Ayuntamiento y la empresa Monumental Salamanca, por el que la mercantil disponía durante 75 años de una parcela de 5.000 metros para construir y explotar una residencia privada de mayores. A cambio, debía levantar el teatro, que se encuentra en un solar colindante con el cedido para la residencia, que no llegó a construirse nunca por disolución de la compañía. Quien gobernaba por entonces era el exalcalde Juan Escudero, aún pendiente de juicio por su presunta implicación en el 'caso Ninette'. «La obra del teatro no le costó ni un euro a los alcazareños por el convenio con la empresa, que se aprobó en un Pleno municipal», explica Escudero. Añade que «el teatro nunca estuvo paralizado por orden judicial», aunque el juzgado de San Javier llegó a solicitar información sobre el proyecto porque había sido construido por los constructores Garcerán, investigados por las adjudicaciones de obras municipales.

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