Temporeros sin hogar son el nuevo perfil de usuarios del albergue de transeúntes de Lorca
Se prolonga la estancia de estos trabajadores agrícolas hasta que cobran su primer sueldo y se pueden permitir alquilar una habitación
El albergue de transeúntes de Cáritas está experimentando un cambio de perfil de los usuarios que necesitan un techo para dormir. Antes atendía de forma mayoritaria a personas que van de paso y el tiempo medio de estancia era de tres días, pero, en el último año, están recurriendo a este servicio, sobre todo, temporeros que llegan a la ciudad sin recursos económicos para trabajar en el campo. El albergue se ha adaptado a esta nueva realidad y la acogida de los jornaleros en esta situación suele ser de un mes, «hasta que cobran su primer sueldo y se pueden permitir alquilar una habitación o acceden a un recurso más estable» facilitado por Cáritas, explica a LA VERDAD Marta López-Tortosa, responsable de personas sin hogar y vivienda de la organización religiosa.
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El albergue de transeúntes tiene 11 plazas y abrió sus puertas en su actual ubicación, en un edificio municipal de la calle Marmolico, en febrero de 2020. Ese año, debido a las restricciones de movilidad por la pandemia, el número de usuarios fue de 333 personas, 271 hombres y 52 mujeres, pero en 2021 el número de usuarios se ha disparado hasta las 596 personas. En la temporada de invierno, la ocupación media es muy alta y oscila entre el 80% y el 100% de su capacidad.
Es el único servicio de este tipo que hay en la comarca, resalta la responsable de Cáritas, por lo que son derivadas al albergue Lorca personas que buscan un techo en las poblaciones de Totana, Aledo, Águilas y Puerto Lumbreras. «Hay coordinación con la Policía», que facilita en muchos casos que personas que están en la calle lleguen hasta el albergue.
«Estamos trabajando en estas nuevas necesidades, estudiando la realidad» de las personas sin hogar para abordar nuevos recursos. «El objetivo de Cáritas es que todo el mundo pueda acceder a una vivienda» y afronta ese cometido con las administraciones regional y local.
El albergue es atendido diariamente por un técnico de Cáritas, pero necesita voluntarios. Lo ideal sería que hubiera uno cada día de la semana para «acercar a la sociedad la realidad de las personas sin hogar», aseguró López Tortosa, que reconoció la dificultad de encontrar esos voluntarios por la «complejidad del horario», ya que abre de nueve de la noche a ocho de la mañana.
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Mantas y bebidas calientes
Cruz Roja tiene preparada su unidad de emergencia social para atender a personas sin hogar en las noches de intenso frío. Equipados con ropa de abrigo, mantas y bebidas calientes, un grupo de seis personas busca a gente que se encuentra a la intemperie o en condiciones precarias y anima a quienes encuentran a que acudan al albergue o a la casa de acogida de El Buen Camino. «No siempre se dejan ayudar», explica a LA VERDAD el presidente de Cruz Roja en Lorca, Martín Ruiz. Lo habitual es que se refugien bajo algún puente, en casetas de obra o en casas abandonadas a las que llegan los voluntarios.
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