La ira del campo bulle por las redes sociales

La ira del campo circula por WhatsApp. Javier Soto, portavoz del grupo que se concentró el miércoles ante la Asamblea Regional -donde unos exaltados zarandearon el coche del presidente López Miras-, explicó que su plataforma reúne entre 400 y 500 agricultores y ganaderos del Campo de Cartagena. Indicó que existen otros colectivos en la Región de entre 800 y 1.000 personas que actúan asimismo en las redes y que deciden en cada momento lo que quieren hacer. No obstante habrá alguien que dé la señal.

Hubo llamadas a algunos representantes del sector para que se unieran a estas protestas, pero declinaron hacerlo porque no estaban autorizadas. Apoyo a las demandas sí, pero salir a las calles sin permiso, no. En medio de esto existe cierta confusión sobre el grado de vinculación de estas protestas con el movimiento 6F.

Quienes mueven estas plataformas las definen como «apolíticas y asamblearias», sin jerarquía ni estructura controlada por personas en la sombra; algo difícil de creer para otros que consideran que estos movimientos no tienen nada de independientes ni espontáneos. Lo cierto es que todo en el sector está mezclado e interconectado: muchos agricultores y ganaderos están asociados a Coag, Asaja y UPA; están vinculados a cooperativas o son miembros de la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena. Existe una múltiple 'afiliación', de ahí que resulte más llamativo que hayan recurrido a otros cauces para movilizarse.

Dicho esto, las organizaciones agrarias convocantes de las tractoradas del día 21 cuentan con que muchos de los que van por libre secundarán también las protestas legales. Los dirigentes de Coag, UPA y Asaja esperan el miércoles una participación récord con sus marchas comarcales que se verán favorecidas por el factor proximidad, amén de un recorrido por la ciudad de Murcia como pretendían desde el primer momento. Ese día será un test para las tres organizaciones agrarias, que podrán comprobar si su grado de liderazgo y representatividad en el sector se mantiene o se ha visto afectado tras las críticas de quienes dicen no sentirse suficientemente representados.

La reunión que tiene previsto mantener mañana la consejera de Agricultura y Agua con los líderes de la concentración no autorizada del miércoles en la Asamblea Regional, fruto del encuentro previo que tuvieron con el presidente, no es bien vista en el seno de la organizaciones agrarias, que se consideran los legítimos interlocutores ante las administraciones, a la vez que defienden su historial de servicios.

Las protestas que recorren España y parte de Europa tienen sus singularidades territoriales, y en este caso agricultores y ganaderos del Campo de Cartagena han aprovechado el momento para reclamar con más ímpetu una revisión de las medidas recogidas en la Ley de Protección del Mar Menor. Una reclamación compartida por grandes empresas de la comarca y por la Fundación Ingenio. Piensan que justo ahora hay que presionar al Gobierno regional para que relaje algunos aspectos de la norma. Esta propuesta la hacen también Coag, Asaja y UPA, que creen que hay que adaptar la ley haciendo compatibles los usos económicos y ambientales. La diferencia es que quienes se movilizan estos días al margen de las organizaciones agrarias se han cansado de esperar.

Una postura que comprenden algunos dirigentes del campo, que recuerdan que presentaron hace más de un año un escrito al Gobierno regional para estudiar, con la experiencia acumulada, los efectos y viabilidad de la ley y los aspectos que hubiera que corregir. «Entendemos la frustración, ya que el Gobierno de López Miras no ha hecho nada al respecto». Los regantes consideran que las medidas cautelares impuestas por la Confederación Hidrográfica resultan más duras y restrictivas que la ley del Mar Menor, aunque son semejantes.

La ley del Mar Menor tiene mucho que ver con los movimientos en el Campo de Cartagena, aunque sus promotores digan que se trata de una reivindicación más. La secuencia de acciones y de variadas ruedas de prensa desde julio de 2020, días antes de la aprobación de la ley del Mar Menor y con actores diversos y conocidos, indican lo contrario.