Hospitalizado el etarra en huelga de hambre por «riesgo vital inminente»

El preso etarra Patxi Ruiz, desde hace unos once días en huelga de hambre para reclamar su excarcelación, fue trasladado en la noche del jueves desde la cárcel de Campos del Río al hospital Virgen de la Arrixaca. Se hizo con autorización judicial y en contra de su voluntad, para que un médico valorara su estado de salud tras su rechazo a ser tratado en el centro penitenciario.

Según explicaron fuentes penitenciarias, Ruiz, que no comunicó a los responsables de la prisión murciana que sigue una huelga de hambre, ha rechazado varias veces que el personal sanitario de la cárcel le visitara. También se negó a ser trasladado a un hospital para su valoración, por lo que la dirección de la cárcel de Murcia II solicitó autorización a un juez para que fuera obligado a ser conducido a un hospital.

Así, según precisaron las citadas fuentes, Patxi Ruiz fue trasladado el jueves al centro hospitalario Virgen de la Arrixaca donde permanece ingresado bajo custodia policial.

En el escrito remitido el jueves a última hora de la tarde al juzgado de guardia de Mula, la prisión solicita el traslado hospitalario «a la mayor brevedad» y tratamiento urgente si procede para Ruiz. Debido a la huelga de hambre que mantiene, su estado físico se ha ido deteriorando progresivamente. De hecho, tras unas analíticas realizadas en prisión en la mañana del jueves, el médico consideró que se debía iniciar un tratamiento médico para estabilizarlo «ante riesgo vital inminente», un diagnóstico que fue trasmitido al interno para su ingreso en enfermería y al que se negó. En el escrito de solicitud al juez de autorización para su traslado obligado al hospital, el médico adjuntó el parte de negativa del interno a firmar su traslado al centro sanitario.

Patxi Ruiz cumple condena de 30 años en la prisión murciana por el asesinato a tiros del concejal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona Tomás Caballero, perpetrado en 1998. Fue expulsado de ETA en 2017 por las críticas públicas del recluso a la estrategia de la izquierda abertzale, a cuyos actuales dirigentes tachó de «liquidacionistas», según informó el propio afectado.