Uno de los encuentros que la Policía vigilaba entre el inspector J. G. (de espaldas) y el investigado Pedro M. lv

Indagan si la trama de presunta corrupción policial exigía a narcos un 14% del valor de la droga para colar alijos

Los investigadores creen que el inspector jefe Juan Carlos C., destinado en Colombia, se embolsó en noviembre 50.000 euros por un envío de cocaína

Lunes, 1 de abril 2024, 00:56

26 de diciembre de 2023. Dos traficantes de droga ultiman, en el interior de un Mercedes Benz clase V, los detalles de un supuesto ... intento de colar en España un alijo de 150 kilos de cocaína. Pedro M. explica a Badr E. la conversación que, supuestamente, acababa de mantener tomando un café con El León, uno de los apodos con los que, explica el grupo de Asuntos Internos de la Policía Nacional, se conoce al inspector J. G., hasta entonces jefe de la unidad antidrogas de la Policía Nacional de Murcia. «Dice déjame tío que estoy solucionándolo (...)», explica Pedro M, respecto a su supuesta charla con el dirigente policial. «Espérate tío que yo los llamo que no sé qué, y le digo ya pero es que yo necesito ya tío. ¡Que me están amenazando y tó (sic.)!».

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En esa conversación, que los investigadores de Asuntos Internos captaban las pasadas navidades en el interior del vehículo del traficante con ayuda de un micrófono, Pedro M. intenta convencer a su interlocutor de que el jefe de la unidad antidroga de Murcia está tratando de lograr la entrega supuestamente pactada de un alijo de cocaína a un grupo de albaneses sin que estos realicen el pago previo de la comisión acordada: un pellizco nada desdeñable de hasta 375.000 euros. Ese montante supone el 14% del valor total que la droga alcanzaría en España, el porcentaje que, según explicó Pedro M. a los agentes tras su detención, era la parte de ganancia que la trama de presunta corrupción policial desmantelada en la Región exigía a los narcos para mirar para otro lado.

El supuesto líder, en Colombia

Este investigado, uno de los pocos que optó por abrir la boca tras ser arrestado, señala como supuesto líder de la trama a Juan Carlos C., el inspector jefe de la Policía Nacional agregado del Ministerio del Interior en la embajada de España en Colombia que fue detenido hace apenas unos días en Vigo en el último movimiento de Asuntos Internos. 'MacMilan', como lo denomina en clave, vive en Bogotá, donde fue enviado hace aproximadamente un año como oficial de enlace para la lucha contra el narcotráfico y, según su versión, dirige una trama de supuesta corrupción policial orientada a introducir alijos de droga desde Colombia. Una actividad al margen de la ley de la que, sostuvo este conocido traficante, el jefe de la unidad antidroga de Murcia estaba al tanto y supuestamente cooperaba.

Los investigadores creen que el inspector jefe Juan Carlos C., destinado en Colombia, se embolsó en noviembre 50.000 euros por un envío de cocaína

En los últimos meses los agentes de Asuntos Internos bucearon en esta trama a través de cientos de seguimientos y de hasta 434 transcripciones de conversaciones captadas a través del 'pinchazo' de teléfonos o de la captación de sonidos en el interior de vehículos. Fruto de esas pesquisas la Policía considera a Pedro M. el encargado de aportar la infraestructura necesaria para el traslado de grandes alijos de droga desde Colombia. En su declaración este sospechoso, afincado en la Región, explicó que había iniciado negociaciones con un grupo de albaneses con la supuesta intención de traer alijos de cocaína desde Colombia a España. El inspector jefe Juan Carlos C., según relató, le había pedido que le dijese a los albaneses que tenían posibilidad de colar droga en algunos puertos de España ya que tenían policías corruptos que facilitarían esa salida y la entrega de los cargamentos a quien correspondiera. Lo harían a través de contenedores marcados –lo que conocían como la lista roja–.

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A modo de señal

Según la versión que Pedro M. ofreció a los albaneses, y que reveló a los agentes de Asuntos Internos, la trama se quedaba un 14% del valor total que la droga alcanzaba en España. A modo de señal, ese policía histórico destinado en Colombia habría exigido, a través de Pedro, unos 40.000 euros a los albaneses, una suma a la que habría que añadir otros 30.000 euros con los que supuestamente se 'untaría' a los policías que debían mover el cargamento.

La Policía, en su informe, asegura que el pasado noviembre este dirigente policial llegó a embolsar 50.000 euros por uno de esos alijos de cocaína. Un movimiento por el que Pedro M. se habría asegurado 8.000 euros.

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Engaño a los albaneses

La investigación acreditó hasta tres viajes de Pedro M. al país suramericano entre octubre de 2023 y enero de 2024. En el primero de esos viajes, según han constatado los agentes a través de las conversaciones 'pinchadas', fue a Colombia para llevar a cabo una carga de cocaína que le habían encargado un grupo de albaneses con intermediación de ese tal Badr, al que la Policía está tratando también de localizar. Ese alijo, de hasta 427 kilos de coca, fue interceptado en la costa andaluza pero no se produjo ninguna detención.

Extracto de una conversación 'pinchada' entre el presunto traficante Pedro M. y el inspector jefe Juan Carlos C., al que apunta como jefe de la trama. LV

Tras este tropiezo, el grupo siguió planeando el envío de otro alijo, en este caso de 150 kilos de cocaína, lo que llevó a Pedro M. a viajar nuevamente a Colombia. Ese segundo cargamento, procedente de Cartagena de Indias, desembarcó en España el pasado diciembre. Ese segundo 'trabajo', explican los investigadores, provoca esos desencuentros entre Pedro M. y los albaneses derivadas del adelanto del pago por la droga y de las «sustanciosas» comisiones que el traficante murciano se echaba al bolsillo.

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Asuntos Internos sostiene que Pedro M., una vez que la droga salía de Colombia, desplegaba sus contactos con miembros de la Policía para lograr que esos cargamentos se incautaran, sin que se produjese, sin embargo, ningún arresto. De esta manera, explican los investigadores, este sospechoso lograba un doble objetivo: por un lado, impunidad, y, por otro, que los albaneses siguiesen necesitando encargar droga. Una maraña, desplegada con ayuda de los funcionarios investigados, que Asuntos Internos trata de aclarar.

  1. Sospechan que el jefe antidroga dio un chivatazo sobre una operación en Almería

El grupo de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía indaga además si el inspector J. G., hasta ahora jefe de la unidad antidroga de Murcia, dio un chivatazo sobre una operación en Almería. En una conversación del supuesto traficante de drogas Pedro M., este charla con otro supuesto narco, Badr, y le explica que «había saltado por ahí abajo». De esta manera, Pedro M. le explica que el inspector J. G. le había alertado de que el nombre de Badr E. había aparecido en una investigación por «un tema de camiones» que, al parecer, otro grupo policial estaba realizando por la zona de Almería, donde parece ser que se encontraba esos días el tal Badr.

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Donativos en el punto de mira

Asuntos Internos considera que el inspector J. G. cometió de esa forma una «clara revelación de secretos en el ejercicio de su cargo» cuya consecuencia fue que Pedro M. advirtiera a Badr E. de que podía estar siendo investigado.

En el registro de la vivienda de Pedro M., los agentes de Asuntos Internos hallaron dos justificantes de ingresos bastante significativos. Ambos van destinados a la celebración del evento del bicentenario de la Policía Nacional española en Colombia. Uno de ellos, de mil euros, procede de una escuela de piragüismo donde la hija del inspector J. G. trabaja como monitora. El otro, de 2.000 euros, de una mercantil perteneciente a Pedro M..

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