Greenpeace pide al Gobierno regional y al central que «dejen de pasarse la pelota y tomen medidas» sobre el Mar Menor
Un informe de la organización ecologista señala al Trasvase como «el origen de la extrema situación» que sufre la laguna
la verdad
Murcia
Miércoles, 25 de agosto 2021, 08:34
Tras 10 días de mortandad de peces en el Mar Menor, Greenpeace publicó este miércoles un informe sobre la laguna en el que señala al Trasvase Tajo-Segura como «el origen de la extrema situación» que sufre la laguna. Ante este panorama, la organización ecologista alerta de que «la situación podría empeorar más y es necesario que el Gobierno de la Región de Murcia y el Gobierno central dejen de pasarse la pelota y tomen medidas».
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Según sostiene Greenpeace en un comunicado emitido este miércoles, «las conclusiones del estudio son claras: el exceso de agua, generado principalmente por el aporte de agua a través del Trasvase Tajo-Segura, trajo consigo un desarrollo exponencial de la agricultura de regadío intensiva e industrial, basada en agrotóxicos, y su consiguiente contaminación de las aguas, que ha provocado la muerte de la mayor laguna salada de Europa».
«Es inadmisible que tras varios años viendo mortandades masivas de peces, la última esta misma semana, y una degradación evidente de la laguna, las administraciones implicadas en la conservación del Mar Menor sigan discutiendo entre ellas y evitando tomar medidas», declaró Julio Barea, doctor en Hidrogeología y responsable de la campaña de agua de Greenpeace. «Y es inadmisible también la permisividad de la Comunidad, que es la que ha llevado al Mar Menor al borde del colapso, con su connivencia con las grandes empresas agrarias, las responsables de poner una solución definitiva al problema».
La organización ecologista insiste en que tras más de una semana en la que se han recogido más de 5 toneladas de peces y crustáceos muertos, ni el Gobierno regional ni el central «han tomado medidas reales y efectivas para dar solución al ecocidio de la laguna. Todo lo contrario, han estado realizando acusaciones cruzadas y evitando responsabilidades».
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Greenpeace incide en que «el exceso de agua de riego aplicada a la zona es el mal mayor del Mar Menor. A finales de los años 70 ya había un regadío incipiente en el entorno del Mar Menor, pero utilizaba solo el agua subterránea propia de la zona. Al no existir aportaciones externas procedentes del Trasvase Tajo-Segura, el agua del Mar Menor era cristalina y sus ecosistemas asociados estaban vivos». Como contraste, expone que tras el inicio de la infraestructura, «la superficie agrícola en las proximidades del Mar Menor era 73% de secano y el regadío solo representaba el 12,8%. A finales del primer decenio del presente siglo, el regadío ya se situaba en un 50,24 % del que el 70 % son herbáceos y 20% cítricos. Entre 1988 y 2009 el regadío pasó de unas 25.150 hectáreas a unas 60.700 hectáreas».
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Por todo ello, el informe apunta que «el volumen de aguas subterráneas cargadas de contaminantes que llegan todos los años al Mar Menor es lo suficientemente grave para centrar los esfuerzos técnicos en impedir que lleguen. Esto sería una parte importante de la solución al problema». Y resume que «el exceso de agua y de riego han provocado el arrastre de nitratos y fosfatos al Mar Menor. Todo ello, procedente de los retornos de los regadíos intensivos e industriales asentados en los alrededores de la laguna».
Greenpeace sentencia que «la solución ambiental de la laguna pasa por entender que un 'vertido cero' es, necesariamente, un 'trasvase cero'. La solución pasa por reducir el volumen de agua aplicada al sistema y extraer la que ya hay en el acuífero, deprimiendo su nivel piezométrico para que el flujo subterráneo a la laguna sea prácticamente nulo».
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