Las grandes obras del Ministerio contra las inundaciones siguen sin arrancar en la Región de Murcia

Un ejemplo es la presa de Tabala en Murcia, pensada para evitar avenidas de agua en localidades del municipio como El Raal, Zeneta y Alquerías, y otros territorios como Beniel y Orihuela. La CHS prevé licitar esta importante infraestructura antirriadas entre 2026 y 2027, pero su planteamiento se inició décadas atrás. Tanto la presa como el encauzamiento de la rambla siguen en proceso de redacción del proyecto, que se complica todavía más por la presencia de infraestructuras como las autovías del Reguerón y del bancal y la conexión del AVE. La inversión en la obra se cuantificó hace años en 40 millones de euros, pero lo más probable es que se incremente.

En el Guadalentín, el encauzamiento de la cabecera de la rambla de Biznaga y la construcción de las presas de Nogalte, Béjar y Torrecilla son otras grandes obras que no logran avances para controlar las riadas que puedan originarse al norte de Lorca y Puerto Lumbreras. Las tres infraestructuras han chocado con la evaluación ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica por los impactos que generarían y, hasta ahora, no se ha retomado el proyecto.

Esta comarca del suroeste acumula una larga lista de obras pendientes de la Confederación. La nueva presa de la rambla de Las Moreras en Mazarrón y la intervención en su desembocadura esperan desde hace más de diez años, al igual que las actuaciones para lograr un recrecimiento de la presa de Valdeinfierno (Lorca), un nuevo canal contra avenidas en la diputación del Paretón, en Totana, o el dique previsto en el cauce de Lébor.

En Molina de Segura, falta ejecutar el proyecto para laminar el agua en las cuencas de la Cañada de Morcillo y de Mendoza, cuyas ramblas inundan la localidad cada vez que llueve con intensidad. Algunos de los proyectos pendientes están en estudio, en fase de evaluación ambiental, en consulta pública, a falta de la licitación o en redacción, pero cada paso se prolonga hasta varios años.

Las presas de laminación de avenidas en las ramblas de Balonga, Abanilla, Tinajón, río Chícamo, en la comarca Oriental; el aumento de la capacidad de derivación del canal de la rambla de Abanilla a la presa de Santomera o un dique de grandes dimensiones en el puerto del Garruchal, en Murcia, para la defensa contra inundaciones de la Vega Baja son otras actuaciones de las que poco se sabe. Todas estas obras se incluyen en el segundo plan de gestión del riesgo de inundación en la cuenca del Segura, en vigor hasta 2027.

En Murcia, los vecinos de Espinardo siguen esperando el colector norte que desvíe el caudal de la rambla, del que debe hacerse cargo el Ministerio.

Sobre la cuenca del Mar Menor se han proyectado diques, zonas de laminación o deslindes de cauces aún pendientes de llevar a cabo. Las ramblas de Cobatillas, la Señora, la Pescadería, la Maraña o el Albujón acumulan actuaciones que se encuentran en diversas fases de sus respectivas tramitaciones. La cuenca aguas arriba de San Pedro del Pinatar tiene prevista una remodelación con diques y zonas de almacenamiento controlado para evitar inundaciones en el municipio, sobre todo en El Mojón. A esto hay que sumarle la lentitud en los proyectos de humedales seminaturales y áreas renaturalizadas que debe ejecutar, en este caso, el Ministerio para la Transición Ecológica en su marco de actuaciones para recuperar el Mar Menor, incluida la restauración hidrológico-forestal de la Sierra Minera. En las ramblas mineras al sur del Mar Menor es donde más se ha avanzado, con obras que han conseguido retener escorrentías de la cuenca minera.

Este año, según el plan de contratos de la CHS, no se prevé que se muevan estos proyectos, salvo obras en algunas infraestructuras de contención en Albacete, medidas de prevención en Almería o actuaciones puntuales de mantenimiento en la Región de Murcia. Algo que sí ha culminado este año es la publicación definitiva de los nuevos mapas que marcan las zonas de flujo preferente. Esta cartografía que marca los tramos donde se producen riadas abarcan ahora 11.872 hectáreas en toda la cuenca, a la espera de que se incorporen otras 744 hectáreas pendientes de ser sometidas a consulta pública.

Al margen de este proyecto, la CHS también ha comenzado a elaborar el tercer ciclo de planificación contra el riesgo de inundaciones, que abarcará el periodo 2028-2033. Este proyecto permitirá incorporar diez nuevos tramos al mapa de zonas inundables con alto riesgo que hasta ahora no estaban catalogados como tal por el organismo de cuenca.

La Comunidad tiene pendiente, por su parte, la edificación de un parque inundable en Alcantarilla y varias obras de drenaje, renaturalización y encauzamientos en distintos municipios como Pliego, Lorca o Lorquí. Además, debe desarrollar hasta 2034 un total de 155 medidas en los municipios ribereños del Mar Menor, muchas de ellas relacionadas con la gestión de las aguas pluviales y la construcción de varios tanques de tormentas pendientes.

El diputado de Podemos, Víctor Egío, criticó ayer que de las 58 medidas previstas tras la DANA de 2019 y que se acordaron en Pleno en la Asamblea Regional en octubre de 2020, «el 99% no se han cumplido». Menciona, entre otras, las obras en las ramblas del Guadalentín, Mazarrón o el colector de Murcia. La organización agraria Asaja Murcia reclamó ayer, por su parte, el inicio de la presa de Tabala.