«Gran preocupación» por la mancha blanca del Mar Menor, que arrasa la pradera
El investigador Juan Manuel Ruiz, del IEO, insiste en que «acaba con la vida vegetal» y Gonzalo González, del Cebas, teme que aumente a largo plazo
Descifrar la mancha blanca del Mar Menor es el desafío más enigmático de todos los que presenta la laguna costera. Con los nuevos sensores ... y dispositivos tecnológicos que aporta el Proyecto Belich, promovido por el Ministerio de Transición Ecológica (Miteco), el grupo de trabajo espera hallar nuevas respuestas a la nube lechosa que surgió en 2022 y cubre ya una superficie de 11 kilómetros, casi un 10% de la superficie de la albufera. Tienen claro que «no es un vertido de tierra, sino un proceso de precipitación de carbonatos registrado dentro de la laguna», explica el coordinador del Grupo, Juan Manuel Ruiz, investigador del Instituto Español de Oceanografía. «Es estática, con algunas fluctuaciones; es elástica, ya que vuelve siempre a su forma anterior; y es turbia, lo que elimina toda la vida vegetal debajo de la nube», explica. De las últimas mediciones, identifican «una correlación entre el nivel freático y la mancha blanca, lo cual nos lleva a su conexión con el acuífero», coinciden los investigadores.
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Impacto del riego en el acuífero
Para el experto en conservación de suelos y agua del CEBAS-CSIC, Gonzalo González, «hay una descarga submarina de carbonatos importante» al Mar Menor. Señala «la concentración de carbonatos en el acuífero, por el riego agrícola constante en un terreno con mucho carbonato cálcico». «Al añadir agua a la vegetación, las raíces generan dióxido de carbono (CO2), que es corrosivo para los carbonatos y aceleran su disolución», explica el científico.
Este fenómeno, conocido en el ámbito científico como 'whiting' genera «una gran preocupación en los gestores», afirma Ruiz, ya que arrasa la pradera marina, que es esencial para el ecosistema marino que depende de la fotosíntesis. Por si fuera poco, los sedimentos acumulados en el fondo permanecerán aunque la mancha se llegue a disolver. El temor a que la mancha crezca es fundamentado. «Puede aumentar a largo plazo», asegura González.
La relación de la mancha con las masas de agua en el Campo de Cartagena hizo que «con los periodos de sequía, la mancha empezara a bajar». Otros factores de consolidación de la mancha son el aumento del PH del agua, más corrosiva, y la subida de las temperaturas. Según Ruiz, «en invierno hay un apagamiento de la mancha, que se vuelve más intensa en primavera, verano y otoño».
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