Daniel Carbonell y su equipo, esta semana en La Arrixaca durante una intervención a un paciente con crioablación. Guillermo Carrión / AGM

El frío extremo como vía para destruir tumores y malformaciones vasculares

Los radiólogos intervencionistas de La Arrixaca aplican desde hace dos años una técnica de crioablación en algunos tipos de cáncer

Domingo, 24 de agosto 2025, 07:18

Congelar las células tumorales aplicando un frío extremo, hasta destruirlas. Esta es la novedosa técnica que utiliza la sección de Radiología intervencionista de La Arrixaca ... desde hace un par de años para tratar algunos cánceres renales y osteomusculares. Es la crioablación, que también se ha convertido en una eficaz herramienta frente a malformaciones arteriovenosas.

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En total, 39 pacientes con diferentes patologías se han beneficiado ya de la crioablación en Murcia. «Las técnicas de ablación, mediante cambios de temperatura, se llevan tiempo utilizando. En su día fuimos de los primeros hospitales en España en introducir de manera rutinaria la termoablación por microondas, es decir, mediante la aplicación de calor», detalla Daniel Carbonell, jefe de Radiología intervencionista de La Arrixaca. Ahora ha llegado la estrategia opuesta: someter a un frío extremo al tejido que se pretende destruir, ya sean células cancerígenas o una malformación vascular. Para ello se utiliza una aguja de fino calibre, de entre 2 y 3 milímetros de grosor, por la que circula gas argón a muy alta presión, dentro de un circuito cerrado. Cuando ese gas llega a la punta de la aguja, «se libera de forma brusca», generando una temperatura extrema que puede llegar a 40 grados bajo cero en el tejido circundante.

De esta forma, las células que se pretende matar quedan congeladas. Después se aplica una fase de deshielo, sustituyendo el gas argón por un suero dentro de la aguja. Finalmente, se vuelve al frío extremo. El resultado es la destrucción de todo ese tejido. «Mediante esta técnica hemos tratado desde lesiones de apenas un centímetro a otras de once. Para ello utilizamos agujas de diferentes tamaños o incluso un clúster de agujas», explica Carbonell.

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El tratamiento es además muy preciso. Los radiólogos delimitan la zona en la que se aplicará la crioablación guiados por la imagen del TAC, aunque para la planificación previa también se recurre a ecografías en determinados casos.

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La Arrixaca y La Fe de Valencia fueron los primeros hospitales en aplicar la crioablación en malformaciones arteriovenosas. El equipo que dirige Carbonell es una referencia en este campo. «Son congénitas, y pueden aparecer en cualquier parte: brazos, codos, piernas, rodillas. Se trata de alteraciones del desarrollo embrionario que muchas veces pasan desapercibidas hasta que empiezan a dar problemas, afectando a la funcionalidad o provocando dolor», explica el jefe de Radiología intervencionista. En muchos casos, la localización de la malformación complica la cirugía u otras opciones, como la embolización. Los radiólogos de La Arrixaca han comprobado cómo la crioablación es una alternativa muy eficaz.

El equipo de radiólogos intervencionistas. De izquierda a derecha, Antonio García-Alanis, Antonio Ocete, Antonio Castillo y Daniel Carbonell. Guillermo Carrión / AGM

La técnica también se utiliza en algunos cánceres renales. «Con la termoablación por microondas puede haber riesgo de fístulas urinarias o lesión del conducto excretor, lo que no ocurre con la crioablación», subraya Carbonell. La lista de indicaciones continúa con tumores osteomusculares o tumores desmoides. Estos últimos se generan en el tejido conectivo y, aunque son benignos, pueden generar muchas complicaciones. «La crioablación es la salvación para muchos pacientes, porque un desmoide en la espalda, por ejemplo, puede ser muy difícil de operar».

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Lo próximo, próstata

Los radiólogos intervencionistas de La Arrixaca se preparan para ampliar la crioablación a otras indicaciones, como el cáncer de próstata. La técnica «permite preservar las estructuras anatómicas» circundantes gracias a su elevada precisión, y esto es importante en casos como la próstata. Pero también es potencialmente útil para tratar a pacientes derivados desde la Unidad del Dolor. El frío extremo que se aplica mediante este procedimiento puede ser eficaz frente al dolor crónico, al congelar los nervios que lo causan.

La crioablación se va extendiendo paulatinamente porque entre sus ventajas también destaca la rápida recuperación. El frío tiene un efecto analgésico, lo que reduce significativamente las molestias tras la intervención. Generalmente, los pacientes apenas permanecen ingresados entre 24 y 48 horas.

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