Francisca María Ferrando García: «Negar la existencia de la violencia de género es como decir que la Tierra es plana»

–Ha codirigido la edición de la 'Guía práctica sobre medidas de apoyo a las víctimas de violencia de género y abusos sexuales' de la UMU. ¿Qué aporta ese compendio de recursos?

–La Universidad de Murcia cuenta con un grupo de transferencia interdisciplinar en Derecho, Educación y acción social, GT-IDEAS, del que parte este trabajo, codirigido con el profesor Cavas Martínez. Ofrece una visión interdisciplinar, y no solo desde la perspectiva académica, pues recoge también la experiencia de distintos operadores que intervienen en este campo, jurídicos, trabajadores sociales, psicólogos, personas que intervienen desde entidades del tercer sector (Cepaim, Avida, Cermi), quienes han aportado una visión práctica, yo diría, incluso, de trinchera, del problema que supone la violencia de género. Las reuniones previas de trabajo con estos profesionales y asociaciones han permitido al profesorado beber un poco de esta realidad y plasmarla en la obra. Es una guía práctica con una visión integral, y escrita en lenguaje divulgativo.

–¿Qué opinión le merece la negación de la existencia del término violencia de género?

–En mi opinión, es como decir que la Tierra es plana. Es un argumento que no tiene ningún apoyo científico, y hace imposible mantener una conversación inteligente sobre esta cuestión. Un debate serio ha de partir del conocimiento de qué es la violencia de género y de los estereotipos sociales que la provocan.

–¿Es peligroso que personas que niegan la existencia de la violencia de género estén en las instituciones?

–Creo que tiene consecuencias en las políticas de prevención y protección a las víctimas. Yo desde luego apostaría por personas que estuvieran formadas. Todos los profesionales que intervinieron en la jornada de presentación de la guía insistieron en que no es bueno politizar la cuestión. Dejemos a las personas que estudian estos temas desde las distintas perspectivas y disciplinas que nos ayuden a comprender este fenómeno y a poner soluciones.

–¿Como ocurre, o se pretende, con otras cuestiones científicas?

–Es que no cabe negar los hechos. Nadie puede negar que fallecen más mujeres a manos de los hombres. Sin negar que haya casos de violencia doméstica en los que el agresor es la mujer, hay una mayoría de casos en que es al contrario. Creo que es un debate superfluo y que no conduce a atajar el problema.

–La Ley contra la Violencia de Género solo contempla la ejercida en el marco de las relaciones de pareja, pero está presente también en otros ámbitos de la vida...

–La Ley Orgánica de 2004 fue una avanzada en el ámbito europeo y mundial, y puso a España a la cabeza de la lucha contra la violencia de género. Pero planteaba una visión reduccionista del problema, porque la violencia contra las mujeres y contra las niñas no solo se produce en el ámbito de pareja o entre personas que han sido pareja. La violencia también se ejerce en los medios de comunicación, en el ámbito laboral... Sin negar que una parte importante de la violencia de género se manifieste en relaciones de pareja, y seguramente en ese ámbito sea más sangrante, más dura, porque se dan situaciones de dependencia afectiva y económica y en muchos casos en los que esa violencia se ejerce a través de los hijos e hijas, lo cierto es que se extiende más allá. La normativa de Naciones Unidas, del Consejo de Europa, e incluso la última Directiva que se ha aprobado en materia de lucha contra violencia de género y violencia doméstica recoge un concepto más amplio. La ley orgánica ha hecho su papel, pero creo que ha llegado el momento de extender la protección aprovechando recursos, como los juzgados de violencia de género, que cuentan con las personas que realmente están especializadas en esta materia, comprenden estos estereotipos, cómo se exteriorizan socialmente, su impacto psicológico en las víctimas... Mi valoración de la ley es positiva, pero ello no impide que debamos revisar sus carencias de manera sosegada.

–En la guía se hace mucha incidencia en las medidas preventivas y educativas.

–La sociedad se rige por sus propios criterios, pero no siempre es capaz de corregir sus problemas, y para su prevención y corrección está el Derecho. Según la Directiva de la UE, la prevención de la violencia contra las mujeres se basa fundamentalmente en la formación y en la sensibilización desde los primeros años.

–Sin embargo, desde los institutos alertan de un repunte de determinadas actitudes entre los adolescentes...

–La Directiva abunda en esta cuestión de los delitos y de las violencias que se ejercen a través de las TIC. Estas previsiones son muy importantes porque la juventud ahora mismo se comunica a través de las redes que, además, permiten la amplificación de los efectos de estas violencias. No es algo accesorio. Hay que insistir en el respeto al otro género y en un uso correcto de las TIC a través de la formación y la educación. Una vez que una persona ya ha sido educada con una serie de estereotipos tradicionales... es difícil sustituirlos sin que los chicos se sientan cuestionados, porque quizá a veces se generaliza. Por ello, la ONU recomienda esas actividades de formación, sobre nuevas masculinidades, sobre cómo relacionarse de una manera sana con el otro género. También con las niñas y con las chicas, para que comprendan que la persona que más te quiere no es la más celosa, ni la que te impide relacionarte con tus amigos.

–La laboral es otra cuestión relacionada con la violencia de género quizá menos abordada en los medios. Es probable que una mujer víctima haya perdido el trabajo o que no se haya podido desarrollar en el ámbito laboral...

–Hay una cuestión que está muy clara con relación a las víctimas de violencia de género, y es que para poder independizarse del agresor o incluso poder parar esas conductas antes de que lleguen a más, es necesario que la mujer tenga vivienda e independencia económica. Por esta razón, las medidas laborales y de la seguridad social tienen por finalidad ayudar a la inserción laboral de las víctimas, bien estableciendo bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social, bien estableciendo subvenciones económicas, flexibilizar las condiciones de trabajo, permitiendo a la víctima interrumpir su actividad, cambiar de centro de trabajo, cambiar su dinámica, adaptar su jornada o incluso extinguir su contrato, para mantenerse lo más alejada posible del agresor garantizando su protección efectiva. Por otra parte, para compensar la pérdida de ingresos como consecuencia de la suspensión o extinción del contrato, la normativa establece su derecho a la prestación por desempleo. Otras previsiones tienen por finalidad evitar que los períodos sin cotización provocados por esta situación tengan un impacto negativo en futuras prestaciones. Además, se establecen previsiones para evitar que el agresor disfrute de las pensiones de viudedad o gestione las pensiones de orfandad derivadas del fallecimiento de la víctima. En definitiva, las medidas que recoge la norma comprenden la prevención de la violencia y la protección integral de las víctimas desde el primer momento y con una visión de futuro.

–En la guía citan términos como 'gaslight', 'sextorsion'... ¿Deben las niñas conocer todos esos conceptos para ser capaces de identificarlos?

–Sí, pese a las negativas a la formación y la educación en materia de violencia de género...

–¿Se refiere al 'pin parental'?

–Aunque la Ley Orgánica 3/2007 y la Ley 15/2022 señalan que se tiene que educar en igualdad, se está permitiendo a los progenitores una especie de objeción de conciencia en esta materia. Con esta situación ocurre como cuando alguien se niega a que su hijo sea vacunado contra el sarampión; esta decisión repercute en la salud pública. De forma análoga, cuando una persona decide que no va a consentir la educación en igualdad de sus hijos puede provocar una grieta en el escudo social contra la discriminación. En ese escudo social, como en el sanitario, tenemos que trabajar todos y todas, porque a nuestros hijos los estamos formando para convivir en una sociedad según unos valores constitucionales que hablan de igualdad.

–Otros de los argumentos que se manejan son que los chicos tienen que firmar un contrato para tener relaciones sexuales, las denuncias falsas...

–Las denuncias falsas constituyen una excepción, suponen la mínima expresión; extraer de ellas una regla general es parte del discurso. Está destinado a cuestionar la base de las políticas de protección de las mujeres y niñas contra la violencia de género y sexual, restando credibilidad a los testimonios de las víctimas. Y eso hace mucho daño.

–Los casos activos de violencia de género detectados por Interior en la Región han aumentado un 22% en un año. ¿Lo achaca a una mayor concienciación?

–Quizá, a que las víctimas ya reconocen el problema. En segundo lugar, la falta de formación también afecta. Por otra parte, se facilita la denuncia por la víctima, pero estamos destinando pocos medios para proteger a las denunciantes frente a posibles represalias por parte del agresor. Los juzgados de violencia de género también deberían prestar servicio los fines de semana.

–Es catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. ¿Cree que la LOSU, con la aplicación de los planes de contratación de ayudantes doctor, rebajará la precariedad en la Universidad de Murcia?

–Creo que sí. Es un buen comienzo, pero no es suficiente. Obviamente es un alivio para la precariedad laboral en las universidades, pero necesitamos más; es lo de siempre: las normas tienen que ir acompañadas de recursos económicos.

–Uno de los objetivos que se marcó como decana es el impulso al bilingüismo en la Facultad de Derecho. ¿Han avanzado?

–Tenemos un grupo bilingüe, pero ese esfuerzo que alumnos y profesores están realizando no se traduce en un reconocimiento expreso. Los estudiantes quieren que en su título, aparte del suplemento europeo, aparezca una mención, que de cara a su empleabilidad, es importante. Estamos trabajando para lograr ese reconocimiento. También intensificando la internacionalización de algunas asignaturas; acabamos de acordar, a falta de la aprobación por Aneca, una mención sobre estudios jurídicos internacionales con asignaturas muy novedosas, como 'human rights', 'digital law', 'international environmental law', 'international business law'... Queremos formar a buenos profesionales no solo con las miras puestas en el ámbito nacional, sino a que sean los mejores en la Unión Europea.

–El impacto de la inteligencia artificial en los estudios de Derecho será destacado...

–Así es. Por un lado, la inteligencia artificial va a revolucionar el ejercicio de las profesiones jurídicas, porque facilita determinadas tareas, ayuda a redactar escritos y permite realizar análisis predictivos de resoluciones judiciales. Todo esto está muy bien, pero el problema es que la inteligencia artificial puede reproducir todos los sesgos y, todos los estereotipos de sus programadores y presenta riesgos en materia de protección de datos personales, lo que ha planteado un debate importante en la Unión Europea sobre la necesidad de imponer límites para garantizar los derechos fundamentales, aunque ello suponga una desventaja competitiva respecto a países como con Estados Unidos, Rusia y con China.