Federico Steinberg: «Las empresas pequeñas son las que más deben aprovechar los fondos europeos»

-¿Cuáles son las decisiones que las empresas deben tomar en el incierto contexto actual?

-Es difícil, se trata de una situación similar a la que teníamos en pandemia. Lo primero, hay que aprovechar muchísimo los fondos europeos. Sobre todo, las empresas pequeñas, que tendrán más dificultades de información y de acceso. Estas ayudas son importantísimas: 69.500 millones hasta 2023, y luego habrá más. Pero las empresas también tienen que tener bien medido quiénes son sus clientes y cuáles son los riesgos geopolíticos en los lugares donde están expuestas. Si operas mayormente dentro de la UE, no hay mayor riesgo, pero si eres muy dependiente de importaciones de trigo de Ucrania y Rusia, hay que tener cuidado. En definitiva, hacerse un mapa de riesgos y oportunidades geopolíticas que, a lo mejor, en circunstancias normales, uno no tendría por qué mirar.

-¿Están siendo eficaces las sanciones económicas a Rusia tras su invasión a Ucrania?

-Estas sanciones no van a conseguir que se pare la guerra o que haya un movimiento de protesta que tumbe a Vladimir Putin. Pero sí que van a hundir la economía rusa. El FMI ya calcula que este año el PIB ruso se va a desplomar en torno a un 11%. Se han congelado las reservas del Banco Central en el exterior y los bancos rusos están casi todos desconectados del sistema Swift. Se trata de convertir a Rusia en una Corea del Norte grande.

-Y para los ciudadanos de a pie, ¿qué consecuencias pueden provocar a corto plazo mantener las sanciones económicas a Rusia?

-Los ciudadanos pueden esperar un aumento de los precios y una aceleración de la inflación, que ya estaba suficientemente alta. Y eso va a generar un aumento de los tipos de interés que va a frenar el crecimiento. En general, la guerra lo que hace es generar incertidumbre, miedo. Y eso produce más inflación, la gente se queda en casa, no gasta dinero...

-La crisis económica de 2008 derivó en escepticismo por parte de algunos países. ¿Está tomando ahora la UE mejores decisiones?

-Creo que sí. La UE ha ido aprendiendo. La respuesta al coronavirus ha sido muy buena. En la parte de las vacunas, pero sobre todo en la económica, con los fondos 'Next Generation' y una actitud del Banco Central muy determinada. Lo único bueno que tiene este conflicto -lo demás es horrible- es que la UE ha reaccionado mucho mejor de lo esperado, de manera cohesionada. Las divisiones este-oeste no han existido y por primera vez la UE ha enviado 1.500 millones de euros para armamento a un país. Es probable que necesitemos mucha más UE para el mundo que viene. Aunque también hay problemas dentro: Marine Le Pen acaba de sacar más del 40% del voto en Francia, por ejemplo.

-¿Qué hubiese supuesto la victoria de Marine Le Pen en las presidenciales francesas?

-Hubiera sido una catástrofe. No sé yo si la UE hubiera continuado tal y como la conocemos. Afortunadamente, todos estos partidos, según van aproximándose a posiciones de poder, se vuelven un poco más moderados. Le Pen, hace cinco años, planteaba salirse del euro, algo que provocaría la crisis financiera más grande en mucho tiempo. Ahora no planteaba eso, pero sí renacionalizar políticas o recortar la movilidad de las personas.

-¿Puede convertirse en realidad la idea del ejército europeo?

-Hay que tener presente que la UE no es una Unión de seguridad, eso es la OTAN, y por tanto esto no está entre sus cometidos esenciales. Si se materializa, sería complementario a la OTAN. Lo importante ahora es mejorar la interoperabilidad de los distintos ejércitos nacionales, y hacer investigación en términos de temas militares y seguridad de forma conjunta. También aprovechar las economías de escala y preparar a la ciudadanía para destinar más dinero público a defensa. Probablemente, el ejército europeo tenga cierto sentido, pero para eso hay que darle a la UE más competencias.