Fallece Joaquín García Yelo, expresidente de los regantes del Trasvase

Recién cumplidos los 95 años este mes de enero, el corazón de José Joaquín García Yelo (Abarán, 1927) dejó este domingo de latir. Persona muy conocida y querida en el municipio, García Yelo fue el último alcalde franquista de Abarán, cargo que ocupó desde 1970 a 1979. Gobernó en unos años muy difíciles y la moderación y discreción fueron sus principales señas. Además, la figura de este abaranero será recordada por su extensa labor al frente del Sindicato Central del Trasvase Tajo-Segura, del que fue su primer presidente, gestión que desempeñó desde 1985 hasta 2007 y que le permitió, entre otras cosas, participar en la elaboración del informe sobre el Plan Hidrológico Nacional.

Voz y persona de mayor experiencia y conocimiento en el asunto del agua a nivel regional y nacional, García Yelo recibió a lo largo de su vida distinciones como la Encomienda de Número de la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario de manos del Rey Juan Carlos en 1987; la Medalla de Oro del Sindicato Central de Regantes en 1992; la Medalla de Oro de la Comunidad por su defensa del Trasvase y de los regadíos en 2001; y la Medalla de Oro de la Federación Nacional de Comunidades de Regates por su larga trayectoria, su capacidad de trabajo y de diálogo en 2002. También fue pregonero de las fiestas de Abarán en 2001 y reconocido con el premio 'Los Mejores' de LA VERDAD.

El abaranero Joaquín Gómez Carrasco, presidente de la Asociación Provincial de Exportadores y Productores de Uva de Mesa (Apoexpa), se deshizo en elogios hacia su persona: «Es el principal referente de los agricultores murcianos y fue imprescindible en el avance del Trasvase Tajo-Segura, e hizo la despensa de Europa en cuanto a regadíos se refiere».

La familia ha jugado un papel fundamental en la vida de este hombre conocido en el pueblo como el 'Nene de Don Antonio'. Casado en segundas nupcias con Gloria Guillamón Templado, con la que contrajo matrimonio el 7 de marzo de 1964 en la iglesia de San Pablo, deja siete hijos y doce nietos.

Su hijo mayor, Joaquín, destacaba este domingo desde el Tanatorio de Cieza el respeto y admiración que sus descendientes profesan a su figura. «Nos ha marcado la vida a todos y atesoraba varias virtudes como la inteligencia, el esfuerzo, el respeto, el saber estar y no perder nunca la compostura», señaló.

Su entierro se celebra este lunes, a las once de la mañana, en la parroquia de San Pablo, a escasos 50 metros de su residencia. Descanse en paz.

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