El exceso de calor en la Región se intensifica por el cambio climático

Entre las décadas de 1970 y 1990, el confort térmico en el sureste español desaparecía la primera semana de julio, pero ahora esa sensación insoportable de calor se ha adelantado hasta la segunda y tercera semana de junio. «Al aumentar la sensación térmica, hay mayor incomodidad a la hora de aguantar las elevadas temperaturas», explica David Espín, investigador posdoctoral de la Universidad de Murcia (UMU), quien ha liderado un estudio sobre el exceso de temperaturas en las zonas costeras de Murcia y Alicante.

En lo que va de siglo, la combinación de un aumento de la temperatura media en la Comunidad (hasta 0,6 grados por década), la reducción de la humedad relativa en el ambiente y una disminución de la velocidad del viento han provocado que Murcia registre por primera vez el umbral de 'calor excesivo', según del Índice de Confort Climático (ICC) empleado para el estudio, y que revela «una mayor pérdida del bienestar térmico en las últimas décadas», señala Espín.

Las condiciones cada vez más complicadas de soportar el verano han entrado en una nueva fase durante los estíos de 2021 y 2022, aclara el científico, doctorado en Geografía, que está realizando una estancia investigadora en el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. «Hemos detectado un pico, una nueva tendencia que nos llama la atención. Un salto de escala que nos dice que las condiciones en la costa regional han sido muy duras».

Estas condiciones «cada vez más cálidas», explica, «son las más difíciles de soportar en las últimas décadas». El estudio abarca el registro de temperaturas en la comarca del Campo de Cartagena y la costa sur de la Región de Murcia en los últimos 60 años. En este tiempo, se ha producido un aumento de 38,7 días de las condiciones de 'calor excesivo', es decir, la época con temperaturas asfixiantes nos acompaña hasta un mes más al año que hace décadas.

Esto, en el caso de la Región, implica que el confort térmico por la subida del termómetro comienza a perderse a finales de mayo y en la primera quincena de junio, antes incluso de llegar la estación del verano (en 2022 comenzó el 21 de junio). Por otro lado, el final de este periodo se ha extendido hasta finales de septiembre y principios de octubre, entrado ya el otoño.

El calor termina por hacerse intolerable cuando la Región alcanza el pleno mes de julio, cuando la temperatura media aumenta a un ritmo mucho más elevado que en otras épocas del año. Junto con esto, David Espín recuerda que la menor humedad y viento en la costa ha terminado por disparar «la sensación de bochorno» en estos últimos años. En el periodo más reciente estudiado (2012-2022) para esta investigación, se ha descubierto que el umbral de mayor malestar por calor se alcanzó por primera vez en la segunda semana de julio en el litoral sur de la Región, apunta el investigador en su estudio, en el que ha participado Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante.

Los datos empleados se obtuvieron de 14 estaciones meteorológicas situadas en zonas costeras o cerca del litoral en los territorios de Murcia y Alicante. Tres de estos observatorios corresponden a la red principal de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), entre ellos el del aeropuerto de San Javier, pero también se han empleado estaciones del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (Imida).

«Se está produciendo un confort térmico en invierno en el litoral. La temperatura aumenta rápidamente en noviembre y diciembre», detalla David Espín. Con la expansión del verano debido al exceso de calor que perdura más allá de los meses centrales de esta estación, el calentamiento global también trae unas temperaturas «más suaves» en los meses donde más frío debería hacer. Desde principios de siglo, el indicador que calcula el confort térmico en la Comunidad delata un aumento del mismo en invierno, especialmente en el último mes del año. «Se obtienen umbrales menos fríos y más confortables», explica el investigador.

La Aemet establece que para que haya confort climático, las temperaturas no deberían rebasar los 25 grados en verano y los 20 en invierno. La agencia de Meteorología había establecido que en los últimos 20 años la Región ha experimentado un incremento medio de las temperaturas de dos grados centígrados, siendo el verano de este 2023 uno de los más calurosos registrados hasta la fecha. Todo indica que estas estadísticas no irán más que a peor.