Las excedencias para el cuidado de familiares se disparan hasta junio en la Región de Murcia
Hasta 925 trabajadores de la Comunidad se acogen a esta fórmula en el primer semestre, un 46% más que en el ejercicio anterior y por encima de la media española
A muchas personas no les queda más remedio que renunciar durante un tiempo a su actividad laboral, pese a la pérdida de ingresos económicos y ... el esfuerzo personal que supone, para dedicarse en cuerpo y alma a atender a los suyos. Y esa tendencia va a más, tanto por la mayor concienciación social como por las carencias existentes todavía en servicios públicos para atender a los más mayores y otros colectivos dependientes, así como a la población infantil. En la Región de Murcia, las excedencias por cuidado familiar dadas de alta por la Seguridad Social en la primera mitad del año se elevaron a un total de 925, lo que supone un 46,36% más que las tramitadas en el mismo periodo del pasado ejercicio.
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Un salto muy importante que se sitúa incluso por encima de la media española (45,52%), aunque en niveles similares a los de los años previos a la pandemia. En todas las comunidades autónomas se registra un repunte, pero las principales subidas se dan en Cantabria (72,8%), Galicia (68,6%) y Canarias (61,2%). Mientras que los índices más modestos son los de Aragón (32,72%), Cataluña (33,18%) y Navarra (33,28%).
Carencia de plazas públicas
«Con la subida de las hipotecas y la cesta de la compra, que es lo que se lleva, fundamentalmente, el sueldo de los trabajadores, llega un momento en que la gente no puede permitirse ya pagar determinados servicios como hacían hasta ahora», señala la secretaria de Organización y Comunicación de CC OO-RM, María Jesús Gómez.
Y es que las plazas y ayudas públicas disponibles no cubren muchas veces las necesidades reales. De ahí que, por ejemplo, cada vez más padres se planteen «qué sale más rentable, ya que supone menor gasto dejar de trabajar, y a cambio pasar más horas con los hijos», añade. Y de forma parecida ocurre en los mayores, agravado por la escasez de centros, lo que obliga a afrontar los cuidados en el ámbito de la familia. Gómez apunta, incluso, a un «repunte mayor de excedencias tras finalizar el curso, ya que muchos no pueden pagar una escuela de verano».
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Prestación nacimiento y cuidado de menor
9.018 prestaciones
por nacimiento y cuidado de menor hubo en la Región en el primer semestre, con un gasto de 55 millones.
Aunque el problema es de mayor envergadura con las personas dependientes, ya que el desarrollo insuficiente de medidas y recursos establecidos en la Ley de Dependencia es un otro factor que condiciona la subida de las solicitudes de excedencia.
Cualquier trabajador puede solicitar excedencia para atender a hijos o menores acogidos, así como para el cuidado de otros familiares. Hay que tener en cuenta que los tres primeros años de excedencia en el caso de los menores tienen la consideración de periodo de cotización efectiva a efectos de las prestaciones por jubilación, incapacidad permanente, muerte y supervivencia, maternidad y paternidad. También se considera a efectos de esas prestaciones, el primer año de excedencia para el cuidado de otros familiares.
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Otro aspecto a tener en cuenta es la excesiva feminización con las excedencias, ya que por cada hombre se contabilizan 8,4 mujeres. «Una diferencia que cuesta reducir, porque se avanza lento en la igualdad», hace hincapié.
«Teníamos claro que queríamos atender nosotros a los niños»
Juan Hernández Piñera (43 años), profesor de Biología en el IES Vega del Argos de Cehegín durante los últimos cuatro años, aunque el próximo curso impartirá clases en el instituto de la pedanía murciana de Beniaján, es uno de los ciudadanos que se acogió a una excedencia profesional este 2023 para la crianza de su hijo, de catorce meses, tras completarse los periodos de permisos de paternidad y maternidad que ha tenido junto a su mujer. Elvira (42 años), veterinaria de Salud Pública en Orihuela.
«Teníamos claro que queríamos atender nosotros al bebé en su primer año de vida, al igual que hicimos en su momento con nuestra hija, que tiene tres años y medio, aunque entonces fue su madre quien cogió la excedencia. Así que en esta ocasión esperamos a que ella agotara la segunda parte de su permiso para darle yo el relevo final con una excedencia desde mayo a junio», indica Juan.
De ese modo, han podido darle continuidad juntos a la crianza, sin tener que recurrir a guarderías o a la búsqueda de ayuda externa. «Porque estábamos concienciados en poder estar el mayor tiempo posible con los niños para que desarrollen el apego familiar. De hecho, hemos preferido que tras el verano sigan al cuidado de una abuela», algo que reconoce «es una suerte». También son conscientes ambos de la situación de privilegio que tienen gracias a su desahogada situación económica, «al trabajar los dos», a la hora de aparcar por un tiempo la profesión pese a ver reducidos los ingresos económicos.
Sobre el proceso de tramitación de la excedencia asegura que se resolvió de forma «sencilla», en todo caso «pondría el pero un poco en la falta de información oficial, ya que tienes que buscarla más tú», puntualiza, pero destaca en ese sentido la labor de ayuda de los sindicatos. Sobre el hecho de haberse acogido él a esa concesión, algo que es menos común en los hombres, concluye que «ambos tenemos clarísimo nuestro papel de igualdad a la hora de la responsabilidad con los hijos».
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