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Subida y bajada de maletas en la rotonda de entrada a Ronda Norte, en Murcia, este viernes. Guillermo Carrión / AGM

La Región de Murcia lidera el crecimiento de Blablacar para ahorrar y ante la falta de infraestructuras

La plataforma tiene aquí 240.000 adeptos, el 16% de la población: «No he cogido un tren en la vida»

Daniel Vidal

Murcia

Domingo, 26 de junio 2022, 07:14

El taxista detiene el vehículo frente al portal, sube el equipaje al maletero y pregunta a los pasajeros: «¿De vacaciones? ¿A la estación de trenes? ¿ ... A la de autobuses?». Frío, frío. «Nos lleva a la plaza Circular de Murcia, que sale desde allí el 'blablacar' a Madrid». Las aplicaciones para compartir coche se han erigido en los últimos años como una alternativa real al transporte público. Ahora, con la escalada imparable del coste de los carburantes hasta precios abusivos, han terminado por popularizarse entre los viajeros plataformas como Carpooling, Amovens y sobre todo BlaBlaCar, que lleva más de 13 años operando en España y que se ha convertido en el líder absoluto del sector del consumo colaborativo.

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También en la Región de Murcia, donde la empresa cuenta con casi 240.000 clientes, lo que supone el 16% de la población. De hecho, la Región es la comunidad autónoma donde más creció el número de usuarios de BlaBlaCar entre 2018 y 2021, con un incremento superior al 80%. Más del doble que en regiones como Madrid, Castilla y León, Cantabria y Andalucía.

La rotonda de entrada a la ciudad de Murcia hacia Ronda Norte, conocida durante muchos años como plaza de Castilla, ha sido rebautizada ya por algunos conductores y pasajeros como «la plaza del 'blablacar'». Aquí hay una parada de autobús en la que, poco antes de las dos de la tarde de este mismo viernes, era del todo imposible que pudiera parar ningún autobús. El espacio estaba invadido por vehículos particulares, maletas de todos los tamaños y pasajeros de ida y vuelta.

Una parada repleta de besos y abrazos de despedida y reencuentros emotivos. Como una pequeña estación improvisada al aire libre, en el centro de la ciudad, aunque sin trenes ni autocares. «Esto es una exageración», interviene Carmen, observadora de lujo de la realidad desde su puesto de vendedora de cupones. «Aquí la Policía se pondría las botas». Sobre todo los jueves por la tarde y los viernes a mediodía, cuando el fin de semana comienza a desperezarse y las opciones para viajar se ven limitadas por unas cuentas corrientes que no dejan de menguar.

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El ahorro económico que supone compartir coche es el principal motor que mueve a los miembros de esta comunidad. Pero hay otros muchos, algunos de ellos asociados a ciertos 'baches' por los que atraviesa la Región. «Es que tampoco tenemos AVE», protesta Antonio Hinojosa, que ha pasado unos días con la familia y ahora vuelve a Madrid parara seguir preparando los exámenes de Administración y Dirección de Empresas. Volverá pronto porque «hay ganas de playa». Y lo hará también por esta vía. Antonio va de pasajero en el coche de Lucía Pedraza, que ha disfrutado unos días con su novio en Pilar de la Horadada. Lucía se estrena este año como conductora después de utilizar la aplicación como pasajera. «Es mucho más cómodo viajar así que en autobús o en tren», zanja.

Celeste echa un vistazo a 'Taco', la mascota de Guillermo, su conductor hasta Madrid. Guillermo Carrión / AGM

58 viajes a Málaga

A las promesas incumplidas en torno a las obras de la alta velocidad hay que sumar ahora el corte de la línea ferroviaria entre Murcia, Lorca y Águilas y los trastornos en el trayecto a Madrid. Por no hablar de las inexistentes conexiones con Andalucía. Coger un tren directo de Murcia a Málaga, por ejemplo, sigue siendo imposible a día de hoy. Si uno se empeña, hay que pagar 80 euros como mínimo para hacer dos transbordos, tirarse todo el día de viaje dando una vuelta por media España y llegar al destino con la espalda doblada y un cabreo supino.

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En BlaBlaCar había 58 viajes disponibles entre Murcia y Málaga para este viernes, todos directos y con precios que oscilan entre los 17 y los 35 euros. A una media de dos salidas cada hora. El jueves había 142 viajes disponibles entre Murcia y Madrid, con un precio medio de unos 25 euros por trayecto. La mitad que el tren más barato. Así, es hasta lógico que haya gente, como Francisco José Cánovas, de 26 años, que no haya cogido un tren «en la vida».

En primera persona

  • Astrid Durán (Librilla) «Soy vegana, animalista y ambientalista, y esta me parece una idea brillante para reducir la contaminación»

  • César Rodríguez (Murcia) «Es más barato y mucho más ágil. El transporte público no permite las facilidades que sí ofrece BlaBlaCar»

  • Tamara García (Madrid) «Lo mejor es la flexibilidad. Y es todo muy fiable, porque está basado en las experiencias y opiniones de los usuarios»

  • Fran Cánovas (La Unión) «Salen todos ganando. El conductor se paga la gasolina y los pasajeros ahorran mucho dinero. Solo veo ventajas»

El autobús tampoco lo utilizó mucho en su época de estudiante, y reconoce que lo cambió pronto por BlaBlaCar. «Para ir a la universidad todos los días tenía que coger un autobús desde La Unión a Cartagena y allí, otro a Murcia. Un billete me costaba 1,20 euros y el otro más de cuatro euros. El viaje en coche compartido, directo de La Unión a Murcia, eran cuatro euros. Y siempre paraba cerca de mi destino final».

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Otro de los 240.000 usuarios de BlaBlaCar en la Región de Murcia es César Rodríguez, de 29 años, que lleva utilizando este servicio desde hace más de una década. Por aquel entonces, este técnico de logística mantenía una relación a distancia con una chica de Madrid y descubrió «una forma más ágil y más barata» de desplazarse a la capital. El primer año compartió coche «más de 50 veces». Después se compró su propio vehículo y siguió utilizando BlaBlaCar «para compartir los gastos de los desplazamientos, pero también para ser un poco más conscientes de que, optimizando los viajes en el coche, podemos ser un poco más respetuosos con el medio ambiente», admite. Por si todo esto fuera poco, «también conoces gente y el trayecto se hace más ameno. Hay buen rollo en el 99% de las veces. Siempre es una buena experiencia», resume.

Carantoñas de despedida antes del viaje. Guillermo Carrión / AGM

Motivos para utilizar BlaBlaCar hay tantos como tipos de usuarios y preferencias durante el viaje. Que se lo digan a Guillermo Iglesias, madrileño de 27 años y conductor -nivel avanzado- en la aplicación, que este fin de semana tiene una boda en Asturias y que valora especialmente, además del «dinero que te ahorras», la «seguridad que te aporta en la carretera la compañía en el coche, porque evita que te duermas».

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Este funcionario que trabaja desde hace años en la Región de Murcia siempre tiene una plaza reservada para su perro, Taco. «No te preocupes, que obedece a todas tus órdenes», informa el conductor a Eva, la pasajera que compartirá la parte trasera del vehículo con el can durante casi cuatro horas. Ella, encantada. «Viajar en BlaBlaCar me parece una manera muy buena de luchar contra los precios especulativos de los transportes públicos, que son demasiado altos. Es otra forma de organizarnos a nivel económico», apunta mientras se acomoda en su plaza.

Del tabaco al reguetón

Tamara García es madrileña, como Guillermo. Durante los últimos años ha viajado a la Región de forma habitual para visitar a sus abuelos, que tenían casa en San Pedro del Pinatar. Sus abuelos murieron hace un tiempo, pero Tamara sigue unida a esta tierra, donde tiene un buen puñado de amigas a las que visita siempre que puede. «Y siempre en BlaBlaCar», apunta. ¿Por qué? «Sobre todo por la flexibilidad en los horarios. Hay un montón de opciones y un montón de usuarios que salen a distintas horas, y así es más fácil elegir el horario que más se adapta a tus necesidades. No tienes que adecuarte al tren o al autobús, que siempre ofrecen menos opciones».

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Togarma, Antonio, Elena y Lucía, justo antes de partir hacia Madrid desde Murcia, el miércoles por la tarde. MArtínez Bueso

Tamara trabaja como 'cazatalentos' y recuerda que muchas veces hay que hacer malabares en las empresas para coger un tren o un autobús a tiempo. «Cosa que no ocurre con BlaBlaCar, que ofrece muchas más posibilidades». También en lo que se refiere a las 'estaciones' propiamente dichas, «porque en BlaBlaCar puedes buscar el viaje que salga más cerca de tu casa y el que te deje más cerca de tu destino. Con el tren y el autobús solo tienes una estación para elegir».

Pero el concepto de la flexibilidad en este tipo de plataformas va mucho más allá de los horarios o las 'estaciones' al gusto del consumidor. Aquí se puede seleccionar hasta el tipo de conductor (y su destreza al volante) y la clase de pasajero con el que compartir el viaje. Del nivel principiante al embajador. Todo ello basado en las opiniones del resto de usuarios, cada uno con su perfil y sus preferencias. Desde los que «hablan por los codos» a los que solo hablan «cuando se sienten cómodos», pasando por los amantes de las mascotas, los alérgicos a los ácaros, los fumadores, los veganos y los melómanos.

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Hay quien no tolera el humo de un cigarrillo y también los que no soportan el reguetón. Todo eso se puede confeccionar al gusto del viajero como el que se configura un menú en la hamburguesería. «Fumamos antes de salir, ¿no?», pregunta Lucía Pedraza a sus tres pasajeros. Cada uno de ellos pagará 24 euros por el viaje, de los que Lucía recibirá algo más de 20.

Francisco José Cánovas cree que los viajes en BlaBlaCar «se hacen más cortos» que en transporte público, que es «muy impersonal». Un 'blablacar', por el contrario, «te empuja a relacionarte con los demás, porque el espacio es más reducido y también conoces a la persona con la que vas a viajar porque ya has contactado previamente con ella». Al final, a juicio de Cánovas, «gana todo el mundo. El conductor se paga la gasolina y el pasajero ahorra un dinero». Y la empresa, claro, se lleva un pellizco con sus 'gastos de gestión'.

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Conectividad y sostenibilidad

Itziar García, responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de BlaBlaCar, explica que, «aunque el ahorro sigue siendo el principal motivo para compartir viaje, hay otro motivo que cobra mucha importancia: la conexión punto a punto». En este sentido, todas las localidades de la Región de Murcia han tenido conexión directa en BlaBlaCar en lo que llevamos de 2022. Incluida Ojós.

Precisamente, uno de los principales objetivos de la compañía ahora mismo es «conectar cualquier localidad española, por pequeña que sea. Porque, donde hay una carretera, hay un 'blablacar'», resume García. Para ello, la empresa trabaja desde hace años con «algoritmos de paradas inteligentes e inteligencia artificial».

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Otro de los motivos de mayor peso para compartir coche es la sostenibilidad. «Evitar asientos vacíos. El coche compartido, solo en Europa, ahorra anualmente la emisión de 1,6 millones de toneladas de dióxido de carbono», destaca García. Y prácticamente todos los usuarios con los que ha hablado LA VERDAD exhiben esa conciencia 'verde'. Pepa Gurucharri, de 60 años, recalca mientras espera su 'blablacar' a Granada que esta manera de viajar es «más ecológica». Astrid Durán, de 35 y vecina de Librilla, también aplaude la utilidad de la aplicación para «reducir la huella de carbono».

Con todo y por si hubiera alguna duda, el director de Operaciones Iberia de la compañía, Florent Bannwarth, subraya que «gran parte del incremento en la oferta de asientos en BlaBlaCar se debe al aumento del precio de los carburantes. En los 13 años que llevamos operando en España, nunca habíamos observado datos de publicaciones como los obtenidos en los últimos tres meses». El coche compartido se ha posicionado como una alternativa habitual para desplazarse punto a punto y que permite, además, ahorrar parte de los costes asociados al viaje, ofreciendo a los usuarios una forma de viajar económica y eficiente».

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Por ello, esta aplicación sigue registrando récords históricos de publicaciones desde marzo. De hecho, tres de los cuatro meses con más viajes en su historia han sido marzo, abril y mayo. «Y todavía está pendiente de contabilizar junio, en el que probablemente se alcance un nuevo récord», confía el directivo de BlaBlaCar. A su vez, Itziar García también subraya que «el volumen de actividad de los últimos meses está incentivado por el incremento del precio del combustible».

Una escalada que va aparejada al aumento del número de usuarios de la aplicación y que parece no tener fin. «Además, en lo relacionado con los conductores y, en comparación con la época prepandemia, seguimos viendo un 50% más de nuevos conductores semanales que en 2019», en gran medida motivados por el ahorro que supone esta manera de viajar frente al disparatado 'rally' alcista del precio del carburante.

Echando cuentas

Astrid Durán entró por primera vez en la plataforma hace casi una década. «No teníamos coche y lo utilizábamos para viajar a Asturias a ver a mis suegros». Ella y su marido Alejandro compraron después un vehículo en el que apenas quedaban plazas libres, porque los perros de la pareja ocupan toda la parte trasera, y BlaBlaCar «lo hemos tenido un poco abandonado». Hasta ahora, claro. «Estoy pensando seriamente volver a utilizar la aplicación. Tengo que trabajar tres días a la semana en Torre Pacheco y son casi 140 kilómetros al día entre ida y vuelta desde Librilla. Según está el precio de la gasolina, esto es mucho dinero al cabo del mes». Solo hay que echar cuentas.

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