Ricardo Martí Fluxá: «Como españoles, debemos estar orgullosos de los submarinos S-80»
«Es importante para nuestras empresas el aumento del gasto en Defensa; pero tener estabilidad a cinco años aún lo es más»
El diplomático Ricardo Martí Fluxá (Madrid, 72 años) preside desde 2020 la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae). ... La patronal de la industria militar representa a un centenar de sociedades que emplean a unos 58.000 profesionales –la mayoría técnicos de alta cualificación–, factura más de 13.000 millones de euros anuales y exporta el 70% de sus productos y servicios. Esta semana reunió a su directiva en Cartagena, donde tiene dos socios relevantes: el astillero Navantia y la empresa de tecnología submarina Saes. «Murcia es la cuarta región en exportación de materiales de defensa. Es fundamental. Hay un entramado de cadena de suministros realmente importante en torno a Navantia y a Saes», destaca quien también fue jefe de protocolo de la Casa de SM El Rey y secretario de Estado de Seguridad en el primer Gobierno de José María Aznar, entre otras muchas responsabilidades profesionales.
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–¿Cómo afronta el sector la actual coyuntura, con anuncios de ampliación del presupuesto militar, con una guerra en Ucrania pero, también con una crisis que golpea duro a toda Europa?
–Si hubiera que describirla con una palabra, diría que con esperanza. O con ilusión. Por primera vez hay un presidente del Gobierno que ha anunciado que va a duplicar los presupuestos de defensa en un periodo de cuatro o cinco años y en cantidades importantes. Además ha establecido la forma en que van a ir subiendo proporcionalmente. Para nuestras empresas, que son tecnológicas, es importante ese incremento. Pero aún es más conseguir estabilidad: tener una estabilidad presupuestaria, saber exactamente qué tenemos y qué vamos a tener en los próximos cinco años. Nuestras empresas son muy intensivas en I+D+i y no pueden estar un año tras otro sin saber qué va a pasar.
–El aumento del presupuesto de defensa está garantizado por los compromisos adquiridos en la cumbre de la OTAN de Madrid. ¿No lo ven suficiente?
–Por eso yo creo que el Gobierno está dispuesto a dar esa estabilidad presupuestaria, tan importante como el incremento de la cantidad. Evidentemente, cuanto mayor mejor, pero para nuestras empresas la estabilidad es absolutamente fundamental.
–¿Cómo cree que tomará la sociedad española ese incremento de los fondos públicos para gasto militar? ¿Falta cultura de defensa? ¿Ayudan la crispación política y la crisis económica?
–En nuestro entorno, Francia está orgullosísima de su política de defensa, desde los tiempos de De Gaulle. Y tiene una feria bienal de la industria de defensa que la preside el presidente de la República, van siete ministros y sale en portada de 'Le Figaro', 'Le Monde' y de 'Le Nouvel Observateur'. Aquí no hay ese orgullo. Y tenemos grandísimos ingenieros y patentes. La mitad de los aviones que vuelan por el mundo lo hacen con una turbina hecha en España, con patente española. Eso la gente no lo sabe. Y la empresa en cuestión lo aprendió a base de hacer aviones de combate Eurofighter. En nuestro móvil tenemos diecisiete cosas y media gracias a la industria de defensa. No hemos sido todavía capaces de sentir ese tipo de cosas. Espero que algún día lo seamos. En una economía tan generalista como la nuestra, es un auténtico orgullo y es importante que lo sepamos. Sí ha cambiado la percepción.
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–¿De que hay más riesgos?
–La sociedad española ha visto que hay una amenaza. Lo que está pasando en Ucrania nos afecta en nuestro propio bolsillo, en término de costes de energía y de materias primas que empiezan a fallar. Y esto está pasando en Europa.
Las frases
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La industria regional «Es fundamental. Hay una cadena de suministros muy importante en torno a Navantia y Saes»
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Política de Defensa «Es difícil pensar que un partido, por estar escorado, da menos importancia a la libertad de sus ciudadanos»
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Retos «Con Ucrania, la sociedad española ha visto que hay una amenaza y que nos afecta al bolsillo»
–¿Qué previsión de crecimiento tiene la industria militar?
–Tenemos grandes esperanzas. Veo que aparecerán grandes proyectos europeos. Cuando [Josep] Borrel nos presentó el plan estratégico para la defensa de Europa, hace unos meses, nos habló de invertir más e invertir mejor; de grandes consorcios europeos; de que poco a poco seamos capaces de trabajar los países de Europa para conseguir un único producto, como hemos hecho con Eurofighter. Tenemos que seguir trabajando en esto. Borrell decía que en Europa hay 14 carros de combate diferentes y en Estados Unidos, uno; aquí hay varios aviones de combate y en Estados Unidos, menos. Todo eso nos debe llevar a mayor racionalidad en la inversión. Los fondos europeos de defensa están aquí, independientemente de lo que tenga España en sus Presupuestos Generales, con la idea de crear una verdadera fuerza de defensa europea. Y nosotros tenemos que ser parte importante: tenemos vocación de serlo y podemos serlo.
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–El Campo de Cartagena está lleno de pymes involucradas en proyectos estratégicos como el de submarinos S-80 de Navantia. ¿Cómo van a evolucionar esas empresas? ¿Prevén alianzas, absorciones o fusiones?
–El 70% de las empresas de Tedae son pequeñas y medianas, con una vocación de tener una vida independiente. Muchas de ellas están encantadas de seguir en solitario: son familiares, con un trayecto previo, una proyección futura y que exportan. Muchas son referentes en países no solo de nuestro entorno, también de Suramérica y otros más lejanos. Yo creo que esto pervivirá, aunque hay otras que se acabarán asociando. No soy tan partidario de, como han hecho en otros países, una concentración en torno a grandes empresas tractoras con fusiones e integraciones. En ese aspecto, hay que dejar que cada uno elija el camino que quiere seguir; pero desde luego lo que sí es importante es tener una voz propia en España y en Europa, que es lo que hacemos desde Tedae. Insisto en que lo importante es tener una programación y tener una imagen clara de lo que queremos ser en España en la industria de la defensa y de la alta tecnología, en general, en cinco, diez o quince años.
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–Eso compete a la Administración. Con su experiencia, ¿cree que la habrá?
–Hay que tener una conciencia clara de lo que son políticas de estado, que van mucho más allá de legislaturas, que van mucho más allá de partidos, que van mucho más allá de ideologías. Todos los partidos, o al menos una gran parte de ellos, persiguen la seguridad y la libertad de los españoles.
–Pero no todos aceptan un incremento del gasto en servicios y tecnología militar. Podemos no está por la labor.
–Es muy difícil pensar que un partido, por estar escorado a un lado o a otro, da mayor o menor importancia a la libertad de sus ciudadanos. Piensan lo mismo. Es mucho más difícil llegar a acuerdos en temas como la educación en un país complicado como el nuestro, con varias sensibilidades, con varias lenguas. Pero en el tema de la seguridad y de la libertad estamos todos de acuerdo en lo mismo. Y para esto requerimos una industria de defensa. ¿Queremos tener un país con una industria tecnológica fuerte? Todo el mundo dirá que sí. Pues, promocionémosla. Ayudemos a que esto surja. Somos un grandísimo país en el campo del turismo, en el del arte o en la gastronomía. Todos los españoles estamos orgullosos de ello. Pues hagámoslo con la tecnología, en la que también somos buenos.
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–¿Qué papel juegan las universidades en la industria militar? ¿Falta especialización?
–Tenemos grandísimas universidades politécnicas. Me quedo impresionado del nivel de la de aquí. Sus titulados están tan bien formados que entran en empresas de la zona y, un poco más tarde, aparecen en Alemania, Suecia o en cualquier otro país. En España, en general, hay un nivel muy alto en el mundo politécnico. El problema que tenemos es que ahora no surgen tantas vocaciones para estudiar ese tipo de carreras.
–¿Y qué puede aportar la Formación Profesional? ¿Son necesarios más técnicos?
–Sí. La Formación Profesional entendida como un primer paso para la persona que quiere seguir estudiando e investigando, facilitando el paso entre grados. Los alemanes lo tienen resuelto con la formación dual: empiezan como los antiguos aprendices y acaban doctorándose. Los ingleses también lo hacen así. Aquí vendría muy bien, porque nos empeñamos en empezar por arriba y hay gente que acaba deprimida con una carrera que le cuesta siete años en unos momentos en los que quieres vivir, ganar dinero y salir de casa. Es una asignatura pendiente. Aunque hay zonas de España donde se está haciendo bastante bien, como en el País Vasco, Y aquí están en camino, por lo que he podido ver.
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–¿Cómo valora la evolución del programa de submarinos S-80?
–Tenemos que estar orgullosos de ello, como españoles y como profesionales dedicados a estos sectores. Que seamos capaces de poder desde los primeros estadios diseñar, fabricar, homologar y, espero también, que exportar un producto de esa categoría. Estuve con Navantia en Arabia Saudí con el tema de las fragatas y es espectacular lo que se ha hecho. Tenemos grandes empresas y grandes técnicos.
«Estamos en los albores de un nuevo mundo»
–Estamos en los albores de un mundo nuevo, superando etapas, como la de la política de bloques o esa del 'Fin de la historia...' de Fukuyama. Estamos frente a algo que no sabemos cuál será su resultado final. Me resisto a pensar que Estados Unidos va a desaparecer como gran potencia. La emergente que es China tiene una serie de problemas que no conocemos bien. Aparece una Corea tecnológicamente potentísima y estamos viendo que Europa ha reaccionado como un solo hombre frente a la agresión a Ucrania y ha revitalizado su propia idea. Estamos viviendo un momento de enorme confusión que en los próximos cinco o seis años se acabará resolviendo. Respecto a Ucrania, necesitamos un cese de las hostilidades para hablar y negociar, aprovechando que Rusia está particularmente débil. Tengo esperanza viendo la reacción brutal de la gente de la leva: si ya la propia sociedad rusa empieza a rechazar la guerra y a Putin...
–España está donde debe estar. Y en estas situaciones no puede haber cuestionamientos, hay que estar con el Gobierno. En esta situación, las decisiones que tome el Gobierno deben apoyarlas todos los partidos. Luego, cuando haya elecciones, se toman las decisiones oportunas.
–En determinadas situaciones de crisis es el deber.
–Había una lealtad total entre los grandes partidos. Pero mire: llegado el momento parece que todo tiempo pasado fue mejor. Yo creo que no. Es cierto que entonces todos sufríamos la falta de seguridad y de libertad de los españoles. Teníamos el terrorismo literalmente en la puerta de nuestra casa.
–Que estaba haciendo algo que realmente merecía la pena. Tuve la suerte de tener un apoyo absoluto no solo del Gobierno en el que participaba, sino también de todas las fuerzas políticas. Tenía la sensación de que cada paso que daba estaba bien seguido y bien apoyado. Y eso es hacer política: hacer lo que tienes en tu mano para ser útil a tus compatriotas y a tu país.
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