Ecologistas en Acción exige una auditoría a los campos de golf de la Región de Murcia por el «descontrol» con el agua
La organización asegura que se está destinando un bien público como es el agua a un uso recreativo
LA VERDAD
Viernes, 23 de agosto 2024, 17:55
Ecologistas en Acción ha denunciado «la falta de control sobre el origen del agua utilizada para regar campos de golf» y ha demandado una auditoría detallada a las 22 instalaciones existentes en la Región. Según explica la organización ecologista, en la Región de Murcia «se disparó la construcción de campos de golf como reclamo para la venta de urbanizaciones, lo que, junto a otros impactos sobre el territorio, la biodiversidad y el paisaje, ha agravado la grave escasez de agua». Así, inciden en que los 22 campos de golf equivalen al abastecimiento humano de más de 200.000 habitantes. «Pese a que la normativa en la Región obliga a que se rieguen con aguas depuradas, la mayoría de los recursos hídricos proceden de las aguas subterráneas, como se ha mostrado con la reciente operación de la Guardia Civil al destapar numerosos pozos ilegales para el riego del campo de golf de un resort en Lorca», añaden.
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Para Ecologistas en Acción, en la Región «se pretende justificar la autorización de los campos de golf obligando a que se rieguen exclusivamente con recursos procedentes de la depuración de aguas residuales, habitualmente la depuradora adscrita a la propia urbanización del campo de golf». Sin embargo, esta autorización del golf sobre la base del uso de aguas residuales depuradas «es mero maquillaje: las urbanizaciones no generan el suficiente volumen de aguas residuales depuradas que necesitan los campos de golf, que asciende a unos 500.000 metros cúbicos anuales para un campo de golf de 18 hoyos».
Además, explican que las autorizaciones se realizan contando con las aguas depuradas correspondientes a una ocupación plena de la urbanización y con el máximo de habitantes los 365 días del año, «lo cual no es en absoluto realista».
Para Ecologistas en Acción, se está destinando un bien público como es el agua a un uso recreativo, «cuando existe escasez hídrica que afecta a otros muchos usos, todos ellos más prioritarios».
Los ecologistas tienen claro que la realidad es que «en la Región la mayoría de los campos de golf no se abastecen de los caudales de las depuradoras ligadas a sus respectivas urbanizaciones». Se trata de un «agua de papel» que, en la práctica, o bien no existe, o bien constituye una parte mínima de las necesidades hídricas de los campos de golf, «los cuales en general se están regando ilegalmente con aguas subterráneas». El resultado final, continúan, «es la proliferación de campos de golf con el único objetivo de vender mejor las urbanizaciones a las que están asociados».
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