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«Me duele la mano de escribir»
Un millar de opositores menos de los admitidos se presentaron ayer a unas pruebas «larguísimas» para conseguir una de las 506 plazas de Secundaria o simplemente «conocer el examen»
Libro en mano y soportando un creciente calor sobre sus sienes plateadas, Fernando aguardaba pacientemente a que su esposa saliera de la primera parte del examen de las oposiciones a Secundaria, especialidad de Orientación. Maestro de Primaria jubilado, Fernando tenía bajo el brazo un bocadillo de tortilla aderezada con «un poquito de tomate restregado», envuelto en papel de aluminio y de tamaño considerable, con el que ayudar a su 'Geli' a sobrellevar el 'palizón' de la mañana. «Ella no me ha pedido nada, pero sé que le gusta el bocata de tortilla y que le vendrá bien en el descanso. Los 'intendentes' tenemos que adelantarnos a las necesidades», resumía este buen hombre, que formaba parte de una verdadera legión de acompañantes de aspirantes presente ayer en el campus de Espinardo, una de las sedes .
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Algunos de esos 'intendentes', como se autodefinía Fernando, pasaban el tiempo encerrados con el aire acondicionado en el coche con el que acercaron a sus familiares y amigos (para evitar los atascos de primera hora de la mañana, menos severos de lo esperado), y otros asumían las tareas propias de que mamá estuviera haciendo el examen, como pasear al crío en el carrito por las inmediaciones de la Facultad de Educación.
Una de las pocas anécdotas reseñables de la jornada de oposiciones en la Región, de hecho, la protagonizó el bebé de una de las opositoras, que ya empezado el examen no dejaba de llorar, sin que la abuela de la criatura pudiera calmar esa clásica 'pelotera' infantil en la que parece que se va a acabar el mundo. Para que su madre pudiera empezar la prueba, una de las organizadoras de la sede terminó dando el biberón (y calmando, y callando) al desconsolado infante en una zona más retirada del aula donde se llevaba a cabo el examen. Por lo demás, «normalidad absoluta» durante la jornada de oposiciones, según destacó por la mañana la consejera de Educación, Juventud y Deporte, Adela Martínez-Cachá, quien cifró en 4.873 los aspirantes que se presentaron a esta primera prueba, lo que representa un 83,7% y casi mil menos de los 5.822 admitidos. Uno de cada 9,6 opositores conseguirá plaza finalmente en esta oposición.
Mayoría en Inglés
Por especialidades, el mayor número de profesores se presentó en Inglés, con 948 aspirantes para un total de 136 plazas convocadas, lo que supone una plaza para cada siete opositores; 734 para las 56 plazas de Geografía e Historia, 506 en la especialidad de Lengua Castellana y Literatura (41 plazas), 454 en Matemáticas (39 plazas), 432 en Física y Química (60 plazas), 391 en Orientación Educativa (31 plazas) y 210 en la especialidad de Economía (19 plazas). Eran muchos también los que salían relajados porque solo habían acudido «para ver cómo era el examen y a conocer la prueba», como Mar y Andrea. Aunque también había opositores, como Ana, que salían «bloqueada» tras «un año preparando» este momento, que le había dejado «más o menos satisfecha».
Eso sí, la mayoría de los aspirantes en Inglés coincidían en la «dificultad» de la prueba, «más técnica» que otros años, «más específica para filólogos, con literatura, mucho léxico y semántica», resumía Paula, profesora en un centro concertado, y con dos textos (uno de Virginia Woolf y otro de Charles Dickens) a traducir (sin diccionario, claro) que a más de uno le hizo salir del examen «con un fuerte dolor de cabeza», reconocía Ana. No había mucho tiempo para respirar, porque en pocos minutos empezaban las pruebas teóricas. Algunos se perdían entre los pinos del campus para repasar. Otros buscaban a la desesperada un café (o incluso una caña) y otros asumían la realidad: «A estas alturas no me voy a poner a mirar nada», reconocía Luis. A Marta, por ejemplo, que también iba «a probar», le «dolía la mano de tanto escribir». Y aún le quedaban otras dos horas por delante.
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Resultados
A partir de mañana continuarán el resto de actuaciones de los diferentes tribunales, que se llevarán a cabo en institutos de Educación Secundaria de los municipios de Murcia, Cartagena y Molina de Segura. En estas sedes se custodiarán y se corregirán los exámenes y se citará a los aspirantes. Además, será en estas sedes donde se efectuarán todas las notificaciones oficiales de los tribunales, tales como listados de notas, plazos y citaciones individuales, además de la segunda prueba de la fase de oposición. Los resultados de la primera prueba comenzarán a publicarse por cada tribunal a partir la semana próxima. No existe una previsión de fecha común, dadas las diferentes características de la primera prueba para las diferentes especialidades.
La Consejería de Educación, Juventud y Deportes prevé que todo el proceso selectivo estará finalizado el 20 de julio, de forma que a los aspirantes que superen la oposición se les pueda asignar un puesto de trabajo como funcionarios en prácticas para el curso escolar 2018-2019.
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Por otro lado, más de 9.000 personas realizan hoy los exámenes de la oferta pública de empleo convocada por el Servicio Murciano de Salud (SMS) para cubrir 286 plazas de Enfermería, de las que 125 son de acceso libre y 161 corresponden al turno de promoción interna. Las pruebas se desarrollarán en el campus de Espinardo de la Universidad de Murcia, a partir de las diez de la mañana, en un único llamamiento. Para este examen se han habilitado 93 aulas de seis facultades.
En primera persona
Silvia Seoane
«Era largo y complicado»
Esta pedagoga, aspirante a una de las plazas de Orientación, se había «medio preparado el examen en los últimos meses», aunque ayer lo vio «largo y complicado». Irá a por todas «en las oposiciones de 2020».
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Ellen Van Gestel
«Yo venía sin presión»
Profesora en un centro concertado, Ellen salió sonriendo de la prueba de Inglés señalando las «diferencias» con otros años, con unas preguntas «muy específicas de Bachillerato». Ella, al menos, iba «sin presión».
Luis Sánchez
«He tenido poco tiempo»
Luis Sánchez, otro de los aspirantes a las plazas de Orientación, reconocía que su trabajo en un colegio le había dejado «poco tiempo para estudiar» durante el año. «Vengo para ver cómo es el examen».
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Marta Santos
«Iré a saco con las de Primaria»
«Empecé a estudiar con un temario de 2002, un poco desactualizado», reconocía sin perder el sentido del humor Marta Santos, empleada de unos grandes almacenes. «Iré a saco con las oposiciones de Primaria».
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