El ex director general de Emergencias achaca su cese a «un error de político novato»

Tras su «repentino y sorprendente cese» del cargo como director general de Seguridad Ciudadana y Emergencias, Pablo Ruiz Palacios compareció ayer para dejar constancia de su desacuerdo con la decisión adoptada por su partido, que le parece «completa y absolutamente desproporcionada». De hecho, dijo haber pedido ya su baja como afiliado de Ciudadanos porque no comparte las formas de actuar del partido.

Ruiz Palacios dijo no tener nada de qué avergonzarse, que la foto de su asistencia al teatro fue solo «una cuestión de imagen, un error de político novato». Eso sí, volvió a pedir perdón y dejó claro que, «en ningún momento, desatendí mis obligaciones». Dijo desconocer «que estas eran las reglas del juego» y que «si se diera otra vez la circunstancia, actuaría de otra manera. Contaría con un asesor de imagen». Añadió que se ha llevado «un gran desengaño» y que, así las cosas, «esto es una política de 'postureo' en la que importa más una foto que el trabajo realizado y que el hecho de que hayamos salido sin víctimas de la peor alerta que ha vivido la Región».

Según explicó, su cese es una decisión que ha tomado la dirección de Ciudadanos desde Madrid, aunque no pudo responder a la pregunta de si la dirección regional de la formación naranja comparte dicha decisión. En concreto, Ruiz Palacios agradeció el apoyo que ha recibido de sus compañeros de partido Miguel Garaulet, Valle Miguélez, Ana Martínez Vidal y también del exmilitante Miguel López Bachero. Además, también agradeció expresamente al presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, «su sinceridad» en las declaraciones que hizo el martes, «porque dijo que, cada vez que había ido a la Dirección General de Emergencias, habíamos estado allí codo con codo, todos trabajando, que es la verdad». A la vicepresidenta de la Comunidad, Isabel Franco, la citó como una más entre las «300 llamadas y mensajes» recibidos estos días.

Especificó, además, que «desde ya» vuelve a incorporarse a su gabinete de abogados, ya que él no necesita «la política para vivir».