Jorge Martínez Escribano: «El diagnóstico precoz en el melanoma es crucial, y estamos viendo retrasos»
«Hemos vivido un 'boom' de la teledermatología que ha agilizado mucho las consultas y ha permitido que no estén las cosas peor de lo que podrían», afirma el dermatólogo
Cuando el sol aprieta y muchos se apresuran a buscar el bronceado en las toallas, el dermatólogo del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca y ... director de la clínica Openderma, Jorge Martínez Escribano, saca su protector solar factor 50+ y se acomoda la gorra. Un comportamiento que ha inculcado también a su familia. Demasiados años viendo pasar por la consulta los estragos del exceso de sol en la piel. Esta tarde, a las 19.30, participa en la mesa redonda 'Melanoma y cáncer de piel', que organiza la Academia de Medicina y Cirugía de la Región, para hablar de este tipo de cáncer dérmico. El más agresivo.
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–Llega el verano y el coronavirus parece copar todas las preocupaciones de salud. ¿Estamos dejando de lado asuntos relevantes por la Covid?
–Yo creo que sí. Sin ir más lejos, esta misma semana hice una consulta telemática a una señora con un tumor en la piel de la pierna de un año de evolución. Inicialmente se le recomendó por parte de su médico de familia acudir al dermatólogo. Con la pandemia y al ser la típica lesión ulceral en la pierna, que puedes pensar que es de mala circulación, lo fue dejando. Y resulta que tenía un tumor que ha aumentado el tamaño más del doble. Estamos viendo gente con retraso en el diagnóstico por miedo a acudir a las consultas.
«Esta semana vi a una señora con un tumor en la piel de la pierna de un año de evolución»
–Demora y cáncer son malos compañeros.
–Por supuesto. Hay dos tipos de cáncer de piel, el primero es el de tipo melanoma, el típico lunar que se hace malo o uno que sale sobre piel sana, que puede comprometer a menudo la vida del paciente. Este es el prototipo donde el diagnóstico precoz es crucial. Un melanoma superincipiente, que está en la parte superficial de la piel, en la epidermis, se cura en el cien por cien de los casos, mientras que para el que tiene más de 4 milímetros de grosor, la supervivencia a cinco años baja al 50%. El otro cáncer de piel, el basocelular y epidermoide, no compromete tanto la vida del paciente, pero es muy frecuente. De hecho, el basocelular es el cáncer más habitual en el organismo.
–¿Cuál es la situación respecto al melanoma en la Región tras un año y medio de crisis sanitaria? ¿Están viendo más casos?
–Es pronto todavía para tener cifras y poder decir eso. Llaman la atención los casos de personas que podían haber venido antes y no lo han hecho por miedo a salir de su casa. Es algo que parece evidente, pero aún no tenemos cifras oficiales. Todo apunta a que está siendo así y que quizá vamos a seguir viendo melanomas de más grosor del habitual.
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–¿Puede decirse entonces que respecto a la detección del cáncer de piel el sector de la población más afectado ha sido el de mayor edad? Es casi una doble pandemia, después de haber sido los más vulnerables a la Covid.
–Les ha afectado más, sí. Y además son las personas que sufren más este tipo de patologías. Aunque también he de decir que hemos vivido un 'boom' de la teledermatología que ha agilizado mucho las consultas y ha permitido que no estén las cosas peor de lo que podrían estar.
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–La etapa de la vida donde se concentra el mayor riesgo respecto al sol, sin embargo, parece situarse en edades tempranas.
–Está demostrado que entre el 70% y el 80% de todo el sol que te va a dar en tu vida lo vas a recibir antes de los dieciocho años. Por eso es tan importante la prevención en las primeras etapas de la vida. La piel nos protege de agentes externos que pueden ser nocivos, como bacterias o virus, y también de la radiación ultravioleta del sol, que está demostrado que es la principal causa de cáncer de piel. La piel tiene memoria. Se generan pequeñas alteraciones en el material genético como consecuencia del daño producido por la radiación ultravioleta. A veces nuestro organismo es capaz de repararlo y a veces no. Algunos se van acumulando, y una quemadura sufrida a los 15 años puede manifestarse como un melanoma a los 40. La gota que colma el vaso puede ser el sol que tomes con 40.
–¿Qué medidas de prevención son más efectivas?
–El objetivo es evitar la quemadura. El melanoma se asocia con quemaduras agudas intermitentes. Tenemos que conocer nuestro tipo de piel para tomar el sol en mayor o menor medida. El sol te puede y te debe dar un poquito, porque hay que sintetizar vitamina D. Aunque en la Región de Murcia yo diría que sería suficiente con 20 minutos diarios en invierno y 10 en verano. Para evitar la quemadura, lo primero son medidas físicas, ponerte gorra, sombrero, gafas de sol... Y en zonas expuestas, protector solar, idealmente un factor 50+, y mantenerlo siempre, aunque te pongas moreno. Eso y evitar las horas centrales del día.
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–¿Qué recomendaciones hay que tener en cuenta para el diagnóstico precoz?
–La autoexploración es muy importante. Ponerse delante de un espejo de cuerpo entero con otro espejo de mano y revisar lunares y posibles cambios en la piel una vez al mes. Se pueden hacer fotos con el teléfono y seguir la regla ABCDE, que nos indica si un lunar en sospechoso. La 'a' hace referencia a que es asimétrico; la 'b', porque tiene bordes irregulares; 'c', porque tiene diferentes colores; la 'd' hace referencia al diámetro, porque suelen presentar un tamaño mayor a seis milímetros; y la 'e' es de evolución. Es decir, si has visto un cambio en la piel o en un lunar. De todas las letras, esa es la más importante.
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