Yo al curro y tú a la playa

El calor no es un impedimento para muchos jóvenes de la Región, que aprovechan las vacaciones para trabajar y costearse así sus carreras

Domingo, 10 de julio 2022, 07:20

No da abasto a servir cañas, poner tapas y atender comandas, pero cada vez que siente estrés mira hacia el mar de la playa de ... Nares y consigue respirar un aire fresco que bambolea su larga barba de hipster. Y se relaja. «Aprovecho para trabajar cuando todo el mundo está de vacaciones. Me gusta porque conozco a gente y además me saco un dinero para costearme mis estudios», explica Pablo Valero López, de 22 años, que está preparándose una oposición para poder acceder a la Academia de la Guardia Civil de Valdemoro.

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Camareros, socorristas, monitores, agentes de vigilancia y músicos son algunos de los trabajos más demandados de cara a la época estival. Las playas se refuerzan con más contrataciones para que a los vecinos y turistas no les falte de nada mientras están de vacaciones.

Las cifras

  • 7.300 personas trabajan en la Región durante los meses de verano en actividades relacionadas con el ocio y el entretenimiento, según UGT.

  • 10% es el incremento de nuevos contratos de cara a la época estival en el sector de la seguridad, según las estimaciones de Aresmur.

  • 440 es la cifra de socorristas y voluntarios de Cruz Roja que trabajan en las playas y en las embarcaciones de Salvamento Marítimo.

Según datos aportados por el secretario general en Murcia del sindicato UGT, Antonio Jiménez, «solo en la hostelería trabajarán este verano más de 37.000 personas. Y en el sector de las actividades de ocio y de entretenimiento, la cifra de afiliados a la Seguridad Social asciende a unos 7.300; de ellos, unos 2.800 son monitores de playas y escuelas». Añade que «el problema es que en sectores como la hostelería es necesario un convenio colectivo modernizado, que se ajuste a los salarios de otros acuerdos de provincias limítrofes. Necesitamos un cambio de modelo productivo, ya que si queremos ofrecer más calidad a los turistas, hay que mejorar las condiciones de trabajo».

En cuanto a la contratación de socorristas para las playas del litoral murciano, en este 2022 el Plan Copla despliega a 310 efectivos en 87 zonas de baño. Aunque esta temporada los socorristas no son de Cruz Roja, la organización humanitaria confirma que tiene 130 voluntarios trabajando en las embarcaciones de Salvamento Marítimo. Y en el caso del sector de vigilancia, la presidenta de la Asociación de Empresas de Seguridad Privada de la Región (Aresmur), Encarna Ortiz Asensio, señala que «este año hay unas 2.000 personas contratadas para la época estival en urbanizaciones, piscinas y bares de copas. El 10% de esa cifra son nuevos empleos para julio y agosto. Las empresas están ahora desbordadas».

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Camarero, pero su aspiración es convertirse en guardia civil

Pablo Valero López

Pablo Valero López sirve una cerveza en el chiringuito de Nares, en Mazarrón. pablo sánchez / agm

La historia del mazarronero Pablo Valero es singular. Este joven estudió hasta Bachiller, pero después empezó a trabajar para costearse su formación, pues su sueño es ser guardia civil. Estuvo en una empresa de alimentación, después en la lonja del Puerto, pero siempre acababa los veranos detrás de la barra. «Yo quiero ser guardia, como mi padre», afirma mientras prepara unas marineras en Nares. «Trabajar en julio y agosto para mí se ha convertido en una costumbre, y lo llevo bien. Curro cinco días a la semana y cobro unos 1.100 euros al mes, que me servirán para prepararme la oposición», relata. Para Pablo, lo más duro del estío son «el calor y las aglomeraciones», aunque se queda con la parte positiva: «Aquí conoces a mucha gente».

Monitora de vela en una escuela de deportes náuticos

Maribel Cano

Maribel Cano, monitora de vela en La Manga, esta semana. j. m. rodríguez / agm

Los turistas no le dan a la monitora de vela Maribel Cano ni un respiro en la orilla de La Manga. En la escuela de deportes náuticos MasKite, recibe en julio «el triple de gente que cualquier otro mes, y en agosto, multiplicado por cinco». Este año no ha comenzado con tanta fuerza como en los dos veranos anteriores, pero Maribel nota que «cada vez más los clientes planifican menos, llegan a preguntar a última hora y lo quieren todo ya».

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Mientras los bañistas se refrescan con espuma de cerveza en los chiringuitos, a pocos metros Maribel hace frente a largas jornadas de trabajo. «Hay días que empiezo a las 10 de la mañana y sigo hasta las 8 de la tarde, con clases de dos horas y descansos cortos, que a veces no te da tiempo ni a comer», explica. Le compensa «el agradecimiento de la gente» y el horizonte de «esas vacaciones en noviembre».

Farmacéutica de profesión, enseñar a jugar con el viento y el mar no se parece en nada a su trabajo del resto del año en la farmacia familiar. Lo que más echa de menos en estos días de intenso trabajo, con el calendario invertido al de la mayoría de los trabajadores, es salir a solas al atardecer con la tabla de paddle surf frente a la costa de Calblanque.

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Los protagonistas

  • Marina Blaya, socorrista y monitora «Trabajar en verano es algo que no me cansa; para mí, que me guste lo que hago es una auténtica bendición»

  • Pablo Valero, camarero «Llevo desde que cumplí los dieciocho pasándome los veranos detrás de una barra; currar en julio y agosto es una costumbre»

  • Maribel Cano, monitora de vela «Hay días que empiezo a las diez de la mañana y acabo a las ocho de la tarde con descansos cortos; a veces no me da tiempo a comer»

  • Sergio Duque, vigilante de seguridad «En mi trabajo hay que tener mucha mano izquierda y paciencia; al final el cuerpo se acaba adaptando al horario»

Socorrista, pero quiere tener su propia escuela de verano

Marina Blaya Lorente

Marina Blaya Lorente, en la piscina del complejo mazarronero La Media Legua, donde trabaja como socorrista. pablo sánchez / agm

Marina Blaya tiene 20 años y es socorrista y monitora en el complejo deportivo La Media Legua, en Mazarrón. Allí se pasa las mañanas enseñando a los más pequeños a nadar. «Estudié Ténico Superior en Enseñanza y Animación Sociodeportiva, pero en septiembre empezaré a hacer el Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAF)», cuenta. La monitora lleva trabajando cada verano desde hace cuatro años. «Me saco unos 900 euros al mes currando de 9 a 15 horas. Eso me servirá para pagar la matrícula, pero lo mejor de estar aquí, cuando todo el mundo está bañándose en la playa, es que aprendes mucho de los enanos. Si tienes un mal día, ellos te lo alegran y te enseñan que hay que ser feliz», añade. De cara a un futuro, a Marina le gustaría poner en marcha una escuela náutica y un campamento de verano. «Pero ante todo quiero ser profesora en un colegio o instituto; la enseñanza es mi verdadera vocación. Trabajar en verano no me cansa, porque para mí que te guste lo que haces es una bendición».

Encargado de seguridad en la fiesta nocturna en Maccäo

Sergio Duque

El vigilante de seguridad Sergio Duque, a las puertas de la discoteca Maccäo, en San Javier. j.m. rodríguez / agm

No se le hace largo el verano a Sergio Duque, vigilante de seguridad de la empresa Horus, que presta servicio durante las noches de verano en la discoteca Maccäo, de San Javier. Para velar por la fiesta dentro de un orden, mantiene el tipo uniformado, con defensa y grilletes al cinto desde medianoche hasta las 7 de la mañana. Cuando sus dos hijas, de 6 y 7 años, se levantan para ir a la playa, Sergio ya se ha repuesto con un café y se deja llevar por el sueño.

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Estira los largos días de verano para darse algún baño en el mar y volver al trabajo «fresco y con todos los sentidos despiertos». «El cuerpo se adapta al horario», asegura.

Profesional de la seguridad durante 10 años, es su primer verano en la discoteca al aire libre de San Javier, donde comprueba que el punto fuerte de la fiesta es de 3 a 7 de la madrugada. «Tienes que tener mucha mano izquierda y paciencia porque la gente está relajada, y eso sí, tener mil ojos», explica sobre las funciones del vigilante, que «debería estar en todos los locales y eventos para dar tranquilidad al público».

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