El cura condenado por abusos a menores, durante una sesión del juicio celebrado ante la Audiencia el pasado febrero. J. M. Rodríguez / AGM

El cura condenado por abusos afronta 5 años más de cárcel por tocamientos a otro niño

La justicia indagará en julio si Antonio L. Z. aprovechó su cercanía con el menor para meterse en su cama

Domingo, 12 de marzo 2023, 23:37

A Antonio L. Z. se le ha acabado el tiempo. Este sacerdote, al que la Audiencia Provincial acaba de imponer una segunda condena por abusar de niños, tendrá que rendir cuentas con la justicia –la terrenal, no la divina– desde la prisión. El tribunal ha hecho cuentas y considera que las penas de cárcel que ya tiene a sus espaldas por estos dos casos –y que suman 16 años y nueve meses de encierro– podrían llevarle a pensar en poner tierra de por medio y ante ese «elevado riesgo de fuga», prefiere que aguarde el resultado de sus batallas judiciales a la sombra.

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La sentencia que le ha llevado a despedirse de la libertad castiga los abusos que el sacerdote cometió contra dos menores. A uno de ellos, de menos de 13 años, le agarró el pene mientras se echaba una partida con la videoconsola en su casa, según recoge la sentencia. Al otro, un adolescente, le tocó también los genitales en varias ocasiones «para satisfacer su apetito sexual»

En San Pedro y Yecla

Este cura, nacido en la pedanía murciana de Monteagudo, estudió Formación Profesional de Mecánica del Automóvil antes de partir a un seminario en Medellín (Colombia), donde se ordenó sacerdote y vivió durante quince años, según reveló 'El Periódico de Yecla'. En 2006 regresó a la Región y entró en la Diócesis de Cartagena. Desde ese año hasta 2013 fue vicepárroco de la iglesia de San Pedro y, más tarde, se trasladó al Altiplano. Ejercía como párroco de la iglesia yeclana de San Juan Bautista y capellán del hospital Virgen del Castillo cuando se destaparon las denuncias de varios menores; los feligreses se echaron las manos a la cabeza y fue apartado.

Los casos de abusos que los tribunales están dirimiendo se corresponden con su primera etapa, en San Pedro. En mayo del pasado año la Audiencia ya le impuso una sonada condena –de hasta 7 años y nueve meses– por abusar de un niño de 13 años. Una pena a la que esta semana se ha sumado otra, de nueve años, por abusos a otros dos adolescentes. Una sanción que ha acabado metiéndole entre rejas y llevando a la Diócesis de Cartagena a emitir un comunicado en el que pedía perdón a las víctimas y les tendía la mano.

No acaba aquí, sin embargo, el frente judicial de este religioso que deberá sentarse en el banquillo otra vez el próximo julio. Según ha podido saber LA VERDAD, Antonio L.Z. afronta cinco años de prisión más –y otros seis de libertad vigilada– acusado de someter a tocamientos a otro niño, en este caso de apenas diez años. El fiscal, en su escrito de conclusiones provisionales, explica que aprovechando la relación de confianza que le unía al menor y su familia, supuestamente subía a la habitación del menor cuando este se encontraba durmiendo y le acariciaba los muslos, brazos y abdomen, besándole en esas mismas partes de su cuerpo.

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Estos hechos se repetían en otras estancias de la casa, como en la piscina o en el salón. El acusado, según sostiene la acusación en su escrito, les decía a este menor y a otros de su entorno que podían masturbarse con toda tranquilidad y que podían ir desnudos por la casa.

Este no es el único caso de supuestos abusos en el seno de la iglesia que la justicia murciana deberá desenmarañar en los próximos meses. También en julio la Audiencia tiene previsto sentar en el banquillo a un antiguo monitor del Seminario Menor de Murcia acusado de dos presuntos delitos de abuso contra un mismo niño cuando este solo contaba con 9 años. «Vamos a jugar; acuéstate, que vamos a dormir», recordaba la víctima que le había dicho P. M. G. un fin de semana de junio de 2011 cuando entró a su habitación del centro.

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«Una mano en los calzoncillos»

«Me desperté a medianoche y me encontré a P. abrazándome, con la pierna izquierda sobre mí. Tenía su mano izquierda dentro de mis calzoncillos y me acariciaba los genitales y el pene», relató la víctima durante la instrucción del caso, que será juzgado en apenas cuatro meses. El fiscal, según explicaron fuentes judiciales, reclama para él penas que suman diez años de cárcel por esos dos supuestos delitos de abusos, que él ha negado rotundamente.

Un juzgado de Instrucción de Cartagena ultima, además, la investigación contra el anterior cura de la iglesia de San Antón por presuntos abusos sexuales a una adolescente de su parroquia. Para este caso, según explicaron fuentes judiciales, aún no hay fecha.

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En los últimos meses, además, las miradas se han dirigido contra Joaquín Bascuñana, antiguo delegado de Gobierno en la Región de Murcia. Hasta cinco exalumnos del seminario marista de La Marina de Elche (Alicante), en el que él impartió clase, le acusan de supuestos abusos sexuales, según desveló 'El País'. Los denunciantes aseguran que Bascuñana siguió con ellos el mismo modo de proceder: los abordaba por detrás cuando estaban a solas, se subía la sotana, se la ataba con una cuerda y se frotaba contra ellos realizándoles tocamientos. Bascuñana fue profesor en esta institución religiosa entre 1970 y 1977. Los presuntos abusos se remontan a los primeros tres años del expolítico del PP como docente en el seminario, cuando los alumnos tenían entre 10 y 12 años y el profesor entre 19 y 22. El exdelegado del Gobierno lo ha negado con contundencia. «Juro por lo más sagrado que nunca en mi vida he tocado a un niño».

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