Imanol Uribe: «Euskadi ha pasado página muy rápido»

«Huyo de la política como de la peste en esta película». Lo dice Imanol Uribe (San Salvador, 1950), cineasta que ha vuelto a rodar, contra su propia determinación, una cinta sobre los efectos de la violencia etarra. «Dije que no lo haría, pero ahora sé, como James Bond, que nunca hay que decir nunca jamás. Esta historia se me cruzó y me obligó a retractarme», explica. Se titula 'Lejos del mar', se estrena el viernes y con ella un Uribe «sorprendido por la rapidez con la que se ha pasado página en el País Vasco» cierra la trilogía que abrió con 'La muerte de Mikel' (1984) y que siguió con 'Días contados' (1994).

Es una historia de arrepentimiento y rencor. Una película seca, dura, dolorosa y sin concesiones en torno al fortuito encuentro entre Marina (Elena Anaya) y Santi (Eduard Fernández), un etarra arrepentido que asesinó al padre de la mujer, militar, cuando ella tenía ocho años y que acaba de dejar la cárcel gracias a la doctrina Parot tras cumplir 22 años de pena.

«También en el cine menos es más», dice Uribe, veterano director que ha armado «una historia de emociones y sentimientos muy hondos y dolorosos». Una cinta descarnada y despojada, sin paños calientes, con clamorosos silencios, en la que prescinde de la música y en la que nada es superfluo. Transcurre en unos parajes tan desolados como el alma de sus protagonistas, el desierto almeriense donde el etarra arrepentido da con su huesos huyendo de su pasado.

Cuando el cine aborda los efectos de la violencia desde clichés cómicos, cuando arrasan en taquilla '8 apellidos vascos' y sus emulaciones más bufas, Uribe apuesta por una manera de narrar «que busca lo esencial». «Es bueno que se hagan distintas lecturas de un asunto como el de la violencia. Con el alto el fuego quedó un vacío que, observado desde el humor, produce efectos esplendorosos», dice. «¿Quién iba a decir que una película como '8 apellidos vascos' sería la más taquillera de la historia del cine español? No tengo nada en su contra, pero la reacción me parece desmedida», dice Uribe. Su punto de vista es radicalmente opuesto y asegura que su película es «una tragedia griega».