Urbanismo alega que la cartografía sobre inundaciones en Murcia usa una «técnica desfasada»

Según fuentes municipales, situaciones como estas se están dando en zonas como el Barrio del Progreso, a pesar de que, antes de la publicación de los nuevos mapas de la Confederación, el Ayuntamiento contaba con unos datos de inundabilidad más benévolos en ciertas áreas. De hecho, mientras que estas premisas iniciales hubieran permitido edificar, tras aportar los pertinentes estudios hidrológicos, con apenas unas correcciones como «un bordillo o evitar un rasante», las de ahora impiden que se pueda construir un sótano o hacen inviable todo el proyecto.

Por ello, la junta de gobierno municipal aprobó ayer el informe de alegaciones que remitirá a la CHS frente a la última cartografía publicada por el organismo de cuenca, después de que el periodo para su presentación se ampliara en mes y medio, terminando este lunes. Las principales consideraciones municipales se centran, por tanto, en la «técnica» empleada por la Confederación para alcanzar las mediciones y conclusiones presentadas, la cual se considera que podría estar «desfasada».

«Nos hemos encontrado con graves discrepancias en los datos, al comparar los que presenta para ciertos puntos la Confederación y aquellos con los que contábamos nosotros en relación a licencias otorgadas y expedientes iniciados», detalló el edil. De esta manera, la Concejalía de Urbanismo reporta que hay zonas en las que, en caso de intensas precipitaciones, el agua no debería llegar a una altura de más de 10 cm, según sus cálculos, mientras que con el modelo del organismo de cuenca el calado alcanzaría el metro y medio. Puntualizó Guerrero, además, que tampoco están de acuerdo con «el concepto de lluvia del que parte la CHS», ya que no se corresponde con cómo se producen las precipitaciones «normalmente». «Contempla que llueva en todo el término municipal a la vez», explicó.

Por ello, el Consistorio solicita elaborar un nuevo mapa de flujos, que sería ya el tercero desde 2016, «teniendo en cuenta los datos y experiencias que pueden ser aportados por los técnicos municipales». La primera cartografía, que fue publicada en 2016, tuvo una primera corrección justo antes del verano, ante las peticiones de diversas administraciones y colectivos vinculados al desarrollo urbanístico, que vieron cómo se prohibía la edificación en buena parte del término municipal.

Esta modificación, lejos de ofrecer un cambio sustancial, dejó hasta un 60% del casco antiguo afectado por el mapa de riadas e incluyó ramblas como las de Churra y Espinardo. Sin embargo, dejó fuera otras áreas en El Raal y El Malecón. Posteriormente, la declaración de alta inundabilidad, que permite edificar viviendas con restricciones, alivió la situación de incertidumbre y permitió, por ejemplo, que las licencias de obra concedidas en el municipio hayan alcanzado las 1.487 hasta septiembre de este año, frente a las 1.687 de todo 2021 y las 828 de 2020.

«Pese a ello, siguen existiendo problemas con los usos comerciales o los grandes desarrollos», indicó José Ramón Blázquez, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios, que presentará también «una enmienda a la totalidad de la cartografía». «No puede ser que se empleen como referencia periodos de retorno de fuertes lluvias de 500 años, cuando en la mayoría de países se utiliza el de 100 años», zanjó.