El diario LA VERDAD apuntaba en una pizarra expuesta en la fachada de su sede, ante una multitud, los resultados del sorteo en 1932.
La Murcia que no vemos

«Hoy es el día en que todos nos hacemos ricos... o lo pensamos»

Los retrasos en el cobro de premios del Gordo, que se alargaba meses, indignó a generaciones de murcianos

Domingo, 22 de diciembre 2024, 07:37

No hay día en el año, sin duda para muchos, en que cualquier murciano no eleve sus ojos al cielo esperando que la fortuna le ... sonría con un Gordo de Navidad. Eso es, desde que el mundo es mundo y la masa de las pelotas del cocido se prepara a cuchillo, una verdad irrebatible.

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Pero no siempre sucede. Más bien, pocas veces ocurre. Ya lo advertía con no poco acierto el diario 'La Paz de Murcia' cuando a mediados del siglo XIX concluía: «Hoy es el día en que todos nos hacemos ricos... o lo pensamos». El pensamiento, como diría un antiguo jurista alemán, siempre está libre de aduanas. Y a la mayoría, añado yo, nunca les sonríe la fortuna de la Lotería Nacional.

Echando la vista atrás y buceando en los fondos del fantástico Archivo Almudí, es fácil concluir que esta tierra pocas veces ha sido agraciada con el primer premio que hoy se repartirá. Apenas supera la decena de veces en que Murcia ha sido agraciada, digo agraciada de verdad y no con números sueltos, con tan prestigioso premio.

Y miren que ya llevamos siglos con esta cantinela. La denominada Lotería Nacional arrancó su andadura un 10 de diciembre de 1763, por deseo del entonces Rey Carlos III. Tampoco inventaba nada el célebre monarca: la idea la copió de otro sorteo similar que se celebraba en Italia.

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El tío de la tiza, un redactor de LA VERDAD, escribía los números en la pizarra expuesta en la plaza Apóstoles en 1933. A la derecha: 'La Paz' anunciaba así el segundo premio en 1865.

El loable objetivo de Carlos III era recaudar fondos para la beneficencia. Al menos, así se desarrolló el sorteo en sus primeros años. Hasta que en 1811 decidieron cambiarle el nombre y la finalidad. Pasó a llamarse Lotería Moderna. Y lo hizo la Junta de Cádiz, enfrentada al gabacho por entonces. Había tiempo para todo. Porque cada cosa tiene su tiempo y, como diría un castizo huertano, los nabos en adviento.

Aquel invento duró también unas décadas. Sin embargo, pronto resultó evidente la incontenible afición de los españoles por salir de pobres mediante el décimo de rigor. Así que en 1867 fue suspendido el sorteo. La llamaban entonces Lotería Primitiva.

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Para la historia queda, como bien está contrastado, el primer premio que un Gordo deparó a la Región. Sucedió en 1846 en la localidad de Yecla. El número afortunado, según el equivocado sentir popular, no podía ser más feo: 4.457. Se repartieron 20.000 de las antiguas pesetas por cada serie.

Gordos, pocos

Aún retumban en la memoria popular los Gordos que la Región celebró en 1986 y 2001, entre otros más recientes. Así, también tocó en Fortuna en 1964, Cartagena en 1981, La Unión en 1988, Alcantarilla en 2002, Lorca en 2001, Molina de Segura en 2010 y en Cabezo de Torres, Cehegín, La Alberca y Torre Pacheco en el año 2012.

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La prensa de todas las épocas siempre fijó su atención en este sorteo de gran popularidad en estas fechas. A menudo, para lamentarse de la mala suerte de los jugadores murcianos. Ya en 1900, 'La Paz' señalaba que, «desde hace treinta y cinco años a que alcanza nuestra memoria en este punto, no ha correspondido ni una sola vez el premio mayor de Navidad».

Otra cosa son los segundos premios. En 1865, muchos murcianos celebraron la llegada de uno de ellos. «Ya era hora de que viniese aquí algún premio decente», suspiraba 'La Paz'. Lo mismo sucedió en 1882. Pero en aquella ocasión no todos, curiosamente, habían comprado décimos. El Gordo fue a parar a la oficina «de la Delegación del Banco de esta ciudad», como anunció 'El Diario de Murcia'.

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La noticia se produjo en plena jornada laboral, mientras los vecinos aguardaban en la cola para pagar sus impuestos. No imaginaban que, de rebote, también resultarían agraciados.

Tan grande fue la alegría entre los empleados que, de forma unánime y espontánea, decidieron aquel día no cobrar a nadie los atrasos de las contribuciones. Incluso, como también bromeaba 'El Diario', dedicaron parte del premio «a cubrir las cuotas de aquellos a quienes no les ha dado la gana de pagar».

Queda la duda, porque 'El Diario' no lo aclaró más tarde, de si aquella noticia fue una inocentada, ya que se publicó el 28 de diciembre. Aunque, de serlo, serían dos. El director del rotativo, José Martínez Tornel, anunció en la misma edición que su más acérrimo contrincante, 'La Paz', le había enviado dos capones como presente navideño.

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Pero Almazán, director de este periódico, respondió a la jornada siguiente que no era verdad, a pesar de que sí «había convidado» a Tornel en prueba del cariño que le profesaba.

Les toca a 'Los Pelaos'

Sí es cierto que aquel año cayó un quinto premio en Cartagena y el 24 de julio Murcia recibió un primer premio de 80.000 pesetas. En 1891 volvió el segundo premio, de forma discreta, en los décimos que compraron en Barcelona unos carreteros del barrio del Carmen conocidos como Los Pelaos. Y en 1908, a dos jóvenes de Algezares.

El siglo entró y los segundos premios también. Por ejemplo, el que repartió en 1906 la administración del Puente, en el Carmen. Fue un empleado de la funeraria quien se encargó de hacer participaciones del número 8.714 y distribuirlas, como publicó 'El Liberal', «entre sus amigos». Incluso se conserva una lista de ellos, donde figuran varios tartaneros, alguna verdulera y «todos gente pobre».

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El estudio de los datos revela que Cartagena ha sido, con mucho, más beneficiada por Navidad. Otro gran pellizco fue a parar a la ciudad portuaria en 1888, aunque 'El Diario' anunciaba casi un mes más tarde que «mañana probablemente se remitirán a Cartagena las 500.000 pesetas del premio».

Los retrasos en el cobro eran frecuentes. Al año siguiente, en enero, protestaban en 'La Paz' cómo «unas cuentas familias pobres» caravaqueñas «hasta la fecha no les hayan abonado un premio de 80.000 pesetas de la lotería de Navidad».

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Y lo mismo denunciaban en Murcia, donde esperaban cobrar otro premio de 4.000 duros. Por ello, el redactor animaba al delegado de Hacienda a que «dé al lotero el oportuno aviso, pues si bien entre los favorecidos los hay ricos, hay otros que no lo son y necesitan la cantidad que les ha regalado la fortuna».

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