El gran botánico cartagenero que supo divulgar la Constitución
El olvidado Agustín Juan logró con una obra de teatro éxito nacional en la difusión de la Carta Magna de 1812
Algunos la llamaban en la época «contrición» y otros, santiguándose al pensar en los impuestos, «contribución». Y no faltaban los duros de oído que la ... denominaban «constritución». Miren que es difícil. De todas esas formas se pronunciaba el término Constitución que, para el común de los españoles, era desconocido y acaso incomprensible.
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La aprobación de la Constitución de 1812, la célebre 'Pepa', ante las tinieblas generales sobre su articulado, animó a varios autores a escribir obras de teatro. Su única finalidad era difundir y explicar los postulados que defendía el texto legal.
Alguna de aquellas composiciones se hizo célebre y fue representada en toda España. La que alcanzó un mayor éxito estaba firmada por un ilustre cartagenero, Agustín Juan y Poveda (1770-1854), por cuyo texto conocemos esas confusiones del pueblo al pronunciar el nombre exacto.
Su utilidad fue inmensa. Ya el 'Semanario Patriótico' gaditano, un 6 de diciembre de 1812, advertía de que el teatro, aparte de ser «un ramo interesante de literatura, es también una de las atenciones más delicadas de la policía de las capitales y suele ser un instrumento muy poderoso en manos de la política».
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La magistrada Rosalía Fernández Cabezón en su obra 'La Constitución de Cádiz en el teatro español...' (2014) señala que muchos de esos textos apenas despiertan la atención de los críticos actuales. Y cita como principal ejemplo la obra de Agustín Juan '¿Qué es Constitución?', estrenada en Cartagena en julio de 1812.
Pero, ¿quién era este desconocido? Agustín fue en vida muchas cosas, entre ellas botánico, químico, escritor y traductor. Además de poseer una imponente biblioteca personal. Eso asegura el escritor Alberto Colao en un artículo publicado en 'El Noticiero' un 16 de diciembre de 1973: «La suya era la más nutrida biblioteca de la ciudad, y en ella se encerraba horas y horas dedicado al estudio».
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Lejos de ser jurista, curiosamente su formación fue en Farmacia y Botánica. Llegaría a ser catedrático en la materia y director del Real Jardín y Estudio de Botánica de Cartagena.
La publicación de su obra liberal sobre la Constitución quizá le granjeó alguna enemistad más tarde en el reinado de Fernando VII. Prueba de ello, según algún autor, es que fue trasladado a otro cargo menor: administrador de las fábricas de alumbre de Mazarrón.
Una ciudad de valientes
Cartagena, que jamás cayó en las garras napoleónicas, atesoraba entonces una compañía de teatro. El 26 de agosto de 1808, como señala Fernández Cabezón en su artículo 'El teatro breve al servicio de la propaganda antifrancesa' (2013), Agustín estrenó la obra 'España libre'.
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Se trata de la misma que eligieron los cómicos gaditanos para conmemorar el aniversario de Fernando VIII el 14 de octubre de aquel año. El autor ensalzó la valentía de la ciudad portuaria por ser una de las primeras que se sublevó contra el francés. Muchos años después, en el Trienio Liberal, seguiría representándose en muchos teatros de todo el país.
Agustín Juan no solo escribía teatro. Además, colaboraba de tanto en vez con las publicaciones periódicas locales. Entre las ediciones de la imprenta cartagenera de Pedro Ximénez figura alguna de carácter científico del autor, como las destinadas a las aguas termales de Archena y Alhama de Murcia.
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De hecho, en 1797 realizó el primer análisis de las aguas de este último manantial, según publicó muchos años después el sacerdote Sebastián Blesa en el diario 'Línea'. En 1815, Agustín fue elegido académico de la Real de Medicina y Cirugía de Murcia.
Agustín se casó con una colaboradora magistral: Catalina Pancracia Maurandy. Espléndida científica, el célebre botánico Casimiro Gómez Ortega impuso a cierto género de plantas el nombre de Maurandya.
El autor fue también de diversas traducciones de obras inglesas e italianas. Falleció en Mazarrón en 1854. El bibliógrafo Manuel Ovilo y Otero escribió a modo de epitafio que murió «lleno de años y méritos, aunque escaso de gloria y fortuna». Lo normal en estas tierras que habitamos gentes descomunales y olvidadizas.
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Pero no todos lo somos. El incasable y eminente Francisco Manuel García Costa, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Murcia y referente nacional en estas lides, ha investigado la figura del genial cartagenero, así como la apasionante historia de apoyo a las constituciones que siempre atesoró esta Región. En su opinión, la obra de Poveda se situó entre «las de mayor difusión de toda España».
El más popular Catecismo
El experto destacó en uno de sus discursos que Murcia nunca estuvo ajena al movimiento nacional «de difusión de los valores constitucionales». Ya en el bienio 1812-1814, encontramos varias reimpresiones en la capital «de los catecismos constitucionales más importantes de la época».
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Pero será tras la promulgación de la Carta Magna de 1837 cuando se edite el más famoso 'Catecismo', el que firmó el impresor Sebastián Hernández y Cerdán. Desde entonces se han sucedido los estudios, investigaciones y divulgación de la materia en la Región, impulsados sin duda tras 1915 con la creación de la Universidad de Murcia.
El último capítulo de la aportación regional a la defensa de la Carta Magna es la incorporación este curso, por iniciativa del Gobierno regional, de la asignatura 'Constitución española y Unión Europea' en una veintena de centros de Secundaria de la Región. Se da la circunstancia de que tanto Agustín Juan como el actual consejero de Educación, Víctor Javier Marín, impulsor de la pionera asignatura sobre la cuestión en toda España, provienen de Mazarrón. El primero, hijo adoptivo por elección de la villa y donde creció su prole. El segundo, hijo natural e igual de emprendedor.
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