La Reina de la Huerta infantil, Paula Cánovas, con su corte de damas, muy emocionadas.

El Bando Infantil triunfa en domingo

Los huertanos más pequeños lucieron sus trajes, bailaron jotas con realce e hicieron sonar sus postizas en el primer gran acto de las Fiestas de Primavera. Mucha gente se animó a presenciar la comitiva, en la que por primera vez los murcianos veían en la calle a la Reina Infantil, Paula Cánovas, y a su corte de damas de honor

M. C. RAMÍREZ

Lunes, 28 de marzo 2016, 00:31

El paisaje urbano de Murcia se llenó ayer de 'huertaneo'. Con el traslado del Bando Infantil al domingo, la tarde de este primer día de las Fiestas de Primavera vio cómo el centro empezó a lucir el color de los refajos y a escuchar el sonido de las castañuelas. Ya había ambiente de fiestas y las peñas se lanzaron a participar en un Bando Infantil que vio incrementada tanto su participación como el público que se arremolinó a un lado y otro de las calles del recorrido para ver el primer desfile de las fiestas. A las 17.30 horas partía la comitiva de la avenida General Gutiérrez Mellado y la tarde se convirtió en una exaltación del folclore gracias a la participación de decenas de niños que representan el futuro de las peñas huertanas.

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Dieciocho peñas sacaron a sus 'huertanicos' a lucirse en el Bando Infantil y presumieron de cantera mostrando sus bailes y sus maneras de moverse ataviados con el traje típico. Una banda de música abría la comitiva tocando 'La Parranda' y pasodobles variados creando ambiente festivo. Después, dos carros de la peña El Carro-Carruaje, cargados de niños y tirados por animales daban la nota costumbrista a la cabeza del desfile. De lejos sonaban ya las castañuelas de los integrantes de la peña El Trillo. Ellos encabezaron una larga lista de grupos con pequeños bailarines, que a golpe de guitarras y postizas (castañuelas) seguían, como podían, los pasos de las jotas y parrandas que sonaban por doquier.

Las niñas, más presumidas, lucían hermosos refajos. Muchos eran los reglamentarios de los grupos de bailes, pero también había muchos adaptados al gusto de cada huertana. El nerviosismo y la inquietud provocaron que algunos picos se descolocaran, que los lazos se deshicieran y que los moños se desmontaran un poco, pero la naturalidad y el desparpajo de las pequeñas compensaba cualquiera de los descuidos. Los niños, con sus zaragüelles, desfilaron orgullosos, bailando la mayoría y tocando sus castañuelas, con sus fajines apretados y sus esparteñas torcidas por el largo camino.

Si el atuendo era llamativo, más lo fue ver a los niños bailando. Contando pasos mentalmente y mirando de reojo a los compañeros para saber si la cosa iba bien. Los profesores daban las órdenes: «¡Todos en la fila!». Y ellos, obedientes, presumieron de folclore y de habilidad para sacar adelante jotas y parrandas con toda la profesionalidad del mundo. A un lado y otro del recorrido, muchos curiosos aplaudían con ternura el esfuerzo de los 'huertanicos'. También abundaron los padres cargados de bolsas para atender a los niños y con los móviles en alto para que no se les escapara ni un momento. Los asistentes recibieron, además, los obsequios que los niños llevaban en sus pequeñas cestas: caramelos, piruletas, monas con huevo, chocolatinas, etc. Los niños del público, algunos incluso con bolsas, los cogieron agradecidos. Muchos fueron los que aprovecharon para vestirse con el traje típico anticipándose al Bando de la Huerta de mañana.

Emoción en los ojos

La peña El Celemín, que celebra el reinado infantil, precedió orgullosa la carroza con la Reina y sus damas. En lo alto saludaba inquieta Paula Cánovas, sonriente y orgullosa por su cargo tras ser coronada de azahar el sábado. Iba acompañada de sus damas, catorce niñas que no podían dejar de sonreír, con sus pequeños brazos en alto. Era su primer acto oficial después de la Exaltación Huertana y la emoción se les veía en los ojos. Los participantes de El Celemín echaron los restos para acompañar a su Reina y no dejaron de animarla con vivas y aplausos.

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Antes desfiló otra carroza con las candidatas que no lograron alcanzar la corte de honor de la Reina. Aunque ilusionadas por poder ser protagonistas, las pequeñas sonrieron con cierta pena de no saberse ganadoras. Aun así pudieron lucir sus trajes y sus peinados huertanos y saludar con muchas ganas a todos los murcianos presentes en las calles, para sentirse damas por un día.

Tres carrozas cargadas de huertanos, ambientadas de manera costumbrista con su chamizo y sus hojas de parra, fueron el cierre del desfile. Desde allí, los integrantes regalaban caramelos y viandas a los asistentes y saludaban al personal. El cambio de día del desfile del Bando Infantil favoreció la presencia de público por ser festivo y consiguió que el primer día de las Fiestas de Primavera toda Murcia estuviera totalmente ambientada en el 'huertaneo' y con deseos de mucho folclore.

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