Dos encapuchados dan una paliza a un constructor cuando salía de su casa en Sangonera la Verde
El empresario, al que llaman 'El Artillero', tuvo que ser atendido en el hospital de varios traumatismos y heridas sangrantes
Lo estaban esperando. Esto es al menos lo que cuentan sus amigos y familiares. Paco dejaba ayer su domicilio de Sangonera la Verde, a ... primera hora de la mañana, para arrancar una nueva jornada de trabajo cuando tras salir del ascensor, en el rellano de su edificio, se topaba con dos encapuchados. El que te aguarda con la cara cubierta no lo hace precisamente para comunicarte una buena noticia, sino, cuando menos, para darte un buen susto. Inmediatamente, junto al cuadro de contadores, comenzaron a llover los golpes, propinados incluso con barras de metal. Paco no sabe bien cómo logró zafarse de esta brutal paliza, pero se llevó consigo varias heridas de consideración antes de desplomarse ya en la calle. Sus agresores tampoco dudaron entonces en poner pies en polvorosa.
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La escena que contemplaron los que pasaban por allí era dantesca, la de una persona desorientada y sangrando que precisaba de atención sanitaria urgente. Fue allí, en la parada de autobús ubicada frente a su vivienda, donde los servicios de emergencias del 112, pasadas las 8 de la mañana, le brindaban la primera atención. Alrededor, un buen número de allegados y conocidos se interesaba por su situación. Y es que, Francisco Javier López Aniorte, al que apodan 'El artillero', es una persona bien conocida de una pedanía murciana, en la que da trabajo a un buen número de sus vecinos.
'El Artillero' tuvo que ser trasladado al hospital con varios traumatismos; «no conocemos el motivo de esto», aseguraba su esposa
Denuncia en el cuartel
No en vano, López Aniorte, de 51 años y de formación aparejador, es, junto a su hermano, propietario de la constructora que inició su padre hace medio siglo, Musan SL, y que cuenta al menos con medio centenar de trabajadores. «Han hecho numerosas obras por el municipio y la Región de Murcia, tanto privadas, con viviendas por ejemplo en Espinardo, como públicas, ya que ha ejecutado para la Comunidad Autónoma colegios e institutos», comentaba a LA VERDAD un allegado. Parece claro que la intención de los agresores no era la de robarle, lo que lleva en estos casos a pensar en un ajuste de cuentas.
«No tenemos ni idea de cuál puede haber sido el motivo», comentaba su esposa a través del telefonillo del edificio, indicando que sería esa misma tarde cuando acudirían al cuartel de la Guardia Civil para interponer una denuncia. No obstante, ya por la mañana pudo verse a algún agente de la Benemérita por la zona, a escasos metros de la escena. «No creo que sea un tema de deudas; es una persona humilde y solvente, de las que pagan nóminas; que ha trabajado mucho y ha hecho mucho dinero, pero honradamente; ¡tiene de sobra para retirarse ya!, pero es que la envidia es muy mala», comentaba José Francisco Noguera, vecino de Sangonera la Verde, que reconocía haberse criado con los dos hermanos. «Al final, cuando pasan esta cosas, uno siempre tiene sus sospechas, pero tendrá que confirmarlas la Guardia Civil; de momento, que sepamos, no han pillado a nadie», comentaba Pepe, primo de la víctima, señalando que la noticia ha corrido como la pólvora por el pueblo. «Ha sido un susto, pero gordo; estamos todos conmocionados», añadía.
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Brechas y huesos rotos
A media tarde de ayer, y tras ser atendido en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, en El Palmar, Paco 'El Artillero' volvía a casa, acompañado de su familia. El parte sanitario de atención, el de primera hora, hablaba de traumatismos en cabeza, cara y cuello.
La imagen que dejaba por la tarde el agredido, según indicaban aquellos que habían podido verlo, mostraba dos brechas en la cabeza, una oreja partida y un hueso fracturado en el brazo. Atravesar una experiencia como esta suele dejarte un poso de inseguridad. Solo atrapar a los que lo hicieron puede ayudar a superarla.
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