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El histórico cierre del Puente Viejo termina de expulsar del Carmen el tráfico de paso
Los conductores evitan atajar por el castizo barrio, convertido en un circuito con circulación en fila de a uno, mientras la Gran Vía absorbe las retenciones
Un 'scalextric'. En eso ha acabado de convertirse el barrio del Carmen de Murcia tras el histórico cierre al tráfico del Puente de los Peligros, consumado finalmente este jueves. Defendió desde un primer momento el actual gobierno municipal que su Plan de Movilidad pretendía, entre otras cuestiones, evitar que el barrio del Carmen siguiera siendo «un lugar de mero paso» para conductores del municipio y de fuera de él. Es evidente que, el nuevo 'circuito' creado, con reducción de carriles y que se mantendrá tras el fin de las obras, no anima a utilizar las vías de este castizo distrito como un atajo en el acceso al centro de Murcia. Se entra por un sitio y se sale por otro, sin posibilidad de dar muchas más vueltas por sus calles, y eso ha eliminado el tráfico de paso.
La afluencia de vehículos registrada en la mañana de este jueves, sobre todo en relación a la constatada hace una semana, cuando se cerraron los carriles en sentido norte de la avenida Floridablanca, lo atestigua. «Está claro que mucha gente ha buscado rutas alternativas, porque esto ha estado relativamente tranquilo», señalaba Emilio desde su bar, el Flores, ubicado en el cruce del Rollo. Así lo indicaba hace unos días también el edil de Seguridad Ciudadana, Enrique Lorca.
De hecho, la nueva configuración ha dejado estampas de vehículos, casi a fila de a uno, que transitaban con cierta congestión, pero también con más fluidez de la que se podría presumir, sobre todo gracias a la presencia de un agente de Policía Local en cada esquina. No obstante, esto puede llevar a los conductores, a tener que cambiar sus rutinas, reservando algo más de tiempo para llegar a destino. «Yo me lo he tomado con tiempo, vivo en Guadalupe y vengo todas las mañanas a Murcia a traer a los niños al colegio a Carmelitas y a trabajar y la verdad es que la mañana estaba un poco perdida, incluso para llegar a mi garaje», explicaba Miriam, que reconocía, sin embargo, que no se ha encontrado con un tráfico especialmente denso en la autovía». «La carretera de Alcantarilla sigue fatal», comentaba en cambio Antonio, vecino del Carmen, destacando que se ha 'capado' una de las dos rotondas de acceso de la autovía A-30, a la que llegan los vehículos de Cartagena, para reducir posibles atascos.
Los cambios en el tráfico son sistémicos y repercuten en distintas zonas de la ciudad. La que ha sufrido posiblemente el mayor impacto del cambio del puente este jueves, en relación al incremento de la congestión, ha sido la Gran Vía. Sobre las 8.30 horas, una hilera de coches trataba de salir de esta arteria, ante el cuello de botella originado en la plaza Martínez Tornel, donde se encuentran con los vehículos procedentes de Plano de San Francisco y con varios pasos de peatones. «Algo más de afluencia sí hemos visto, pero iban avanzando», comentaban las dependientas de Sirvent.
También se ha incrementado el tráfico desde la semana pasada en vías como el Paseo Marqués de Corvera, la calle Cartagena y Torre de Romo. No se veían, por otro lado, especiales problemas en el puente del Hospital Reina Sofía, aunque a mediodía, se han sufrido atascos en Intendente Jorge Palacios y Teniente Flomesta, aunque no hay que olvidar que el jueves en día de mercado.
«La verdad es que la cosa se ha puesto un poco peor en hora punta esta mañana, pero es que aquí las retenciones las venimos sintiendo desde que arrancaron las obras, especialmente en avenida de la Constitución», comenta Alejandro, dependiente del estanco 24 horas de la plaza Circular. Él tiene que venir a trabajar cada día en coche de Espinardo porque, por sus horarios, el servicio actual de transporte público no responde a sus necesidades.
Y ese viene siendo, por el momento, uno de los principales talones de Aquiles del desarrollo del plan: se cierran zonas al tráfico y de acceso a la ciudad con un transporte público que no mejora sus rutas ni frecuencias y que no lo hará al menos hasta diciembre, si no se demora unos meses más, como reconocen técnicos municipales. No era extraño encontrarse este jueves con pasajeros desorientados que no encontraban su parada de autobús tras la desaparición de la Alameda de Colón. Ese era el caso de Madai en su vuelta a Alcantarilla, extrañada al ver la desaparición del tráfico en el Puente Viejo.
La otra gran incertidumbre vecinal sigue siendo la del aparcamiento. «No piensan en las familias que tenemos más de un coche; aquí sigue sin haber disuasorios, tampoco las nuevas zonas de residentes y nos cuesta mucho aparcar desde hace tiempo», lamentaba Antonio, vecino del barrio temiendo por «el futuro de los comercios». «Yo ya me posicioné en contra del cierre del Puente de los Peligros, pero una vez que nos lo han cerrado sin remedio, lo que me escama es que corten el tráfico y apenas haya aquí dos obreros y con la maquinaria parada, ¡si vas a molestar, hazlo rápido! Esto es innecesario», criticaba Charo, dependienta de Toballa Calzados, ubicada en la calle Canalejas, a apenas unos metros del Puente Viejo. «Están los turistas espantados de tantas obras», apostillaba.
No todo eran críticas, sin embargo, ante esta medida a pie de calle. «Es un gusto caminar por aquí, con menos ruido, coches y polución», comentaban María José y Federico, vecinos del barrio del Infante, sobre el histórico paso sobre el río, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). «Hay que retirar coches de la ciudad y más aún de esta zona, que funcionaba como autovía», defendían, aventurando que «a la larga lo vamos a agradecer».
Cierran mi Barrio proponen convertir la calle Proclamación en «el Alfonso X del Carmen»
Si ya teníamos una barrera natural con el río, con la que nos están poniendo ahora convirtiendo en una ciudad dormitorio, separada del centro del que siempre hemos formado parte». Así justificaba Jerónimo Jover, uno de los portavoces de la plataforma Cierran mi Barrio, la nueva propuesta formulada por este colectivo vecinal y de comerciantes que se opone al desarrollo del plan de movilidad formulado por el Ayuntamiento de Murcia en lo que respecta al Carmen. Jover proponía así convertir la calle Proclamación, que absorberá el tráfico eliminado de la Alameda de Colón, «en el Alfonso X de este barrio». Pide así la plataforma peatonalizar esta vía, para «amabilizar y hacer más atractivo al entorno», lo que implicaría restaurar el tráfico de vehículos privados desde el Puente Viejo, aunque peatonalizando parte de la plaza Camachos. Por otra parte, José Oñate, portavoz también de Cierran mi Barrio y presidente de la Asociación de Comerciantes del Carmen alertó de una importante caída de ventas en los establecimientos de este castizo barrio, que alcanzan en algunos casos «hasta el 70%». «El que viene a comprar de fuera lo hace en coche, no en patinete», apostillaba. En la misma línea, Javier Motje, dueño de una inmobiliaria, advertía del abandono de locales de «bastantes locales comerciales en la zona, antes de la llegada del verano y dadas las perspectivas».