La CHS obliga a replantear la recuperación del meandro del Vivillo para evitar inundaciones en Murcia

Concluyen, sin embargo, estudios posteriores que estas actuaciones no fueron óptimas, no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también en lo que se refiere a los aspectos puramente hidrológicos, ya que la configuración actual del cauce no es precisamente la más adecuada para amortiguar posibles crecidas.

Tiene entre sus objetivos la propuesta de restauración del antiguo Meandro Chico del Vivillo, localizado décadas atrás en la pedanía de Rincón de Beniscornia, mejorar el drenaje de las terrazas fluviales en caso de inundación. No obstante, aún no se ha aprobado el proyecto definitivo, que está redactando en estos momentos la Urbanizadora Municipal (Urbamusa), y ya se ha hecho necesaria la introducción de cambios en él. Así, la Junta de gobierno municipal ha tenido que conceder una prórroga a esta empresa pública a la vista de las conclusiones, recomendaciones y exigencias recogidas por el informe solicitado a la CHS, institución con competencia exclusiva en el dominio público hidráulico.

Señala el organismo de cuenca en este documento que, ante el riesgo de desbordamientos, es necesario replantear la intervención, excluyendo de ella las parcelas agrícolas ubicadas al sur del cauce, para no afectar a la mota de aquella margen, que seguirá a la altura actual.

Esta circunstancia ha llevado al Consistorio a concertar una reunión la semana próxima con la Fundación Biodiversidad, que gestiona la concesión de las ayudas europeas que ha recibido la iniciativa, para la puesta en común de la nueva propuesta. No obstante, fuentes municipales aclaran que, pese a este pequeño retraso, el proyecto final debería estar concluido antes del final del año, momento en el que podría iniciarse el proceso de contratación. Seguiría quedando margen suficiente para su ejecución, la cuál tiene como fecha límite diciembre del año 2025. Hay que recordar, así, que el proyecto tiene un coste de 1.758.062 euros, de los cuales, un total de 1.670.158 euros han sido financiados a través de los fondos Next Generation.

En total, y a través de esta iniciativa, que bebe del trabajo desarrollado por expertos de la Universidad de Murcia (UMU) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), la Concejalía de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente pretende actuar sobre una superficie de algo más de 81.700 metros cuadrados para la recuperación y restauración fluvial del antiguo meandro Chico del Vivillo como cauce principal del Segura.

Estos trabajos permitirán restablecer los 260 metros del paso natural del río en ese punto, que fue alterado en este tramo al rellenar con tierra la antigua curvatura del cauce, eliminando la diversidad morfológica de sus orillas, en las que se apreciaba un lecho del río con rápidos, arenales, remansos e islas, según explican fuentes de la Concejalía. Los informes recogen de esta manera que la elevación de las motas desconectó el cauce habitual del tramo con su llanura aluvial.

La actuación mejorará las condiciones ambientales del ecosistema fluvial, recuperando el bosque autóctono de ribera. Además, se acondicionarán las terrazas y se consolidarán los elementos de protección para reducir el riesgo de inundación. Y es que se estima que, a la pérdida de biodiversidad que supuso este cambio, se sumó también el riesgo considerable de desbordamientos ante las grandes crecidas del río.

De esta manera, «si el agua llega a rebasar el límite de las motas –especialmente en la zona norte–, se desborda y anega las grandes áreas correspondientes a la llanura aluvial original del río». Sin embargo, una vez pasada la crecida, la elevación de las motas dificulta también el regreso del agua al cauce, dificultando el drenaje de las terrazas de inundación.

Hay que recordar, asimismo, que la restauración de este meandro del río Segura permitirá crear en esta zona, ubicada entre las pedanías Rincón de Seca, La Raya y Rincón de Beniscornia, la primera playa fluvial del municipio –que debía ubicarse en la zona sur–, algo que no es fácil de ver a esta altura de la vega, aunque la posibilidad del baño quedará supeditada a análisis posteriores sobre la calidad del agua o la fuerza de arrastre del caudal. Por tanto, las exigencias de la CHS implicarán que la playa se traslade a la margen izquierda –localizada al norte–, donde sí se recuperará la curva.

Destacan también desde la concejalía que las actuaciones incluyen el establecimiento de itinerarios para generar un entorno lúdico para la ciudadanía abierto al río, en un lugar ya frecuentado habitualmente, de por sí, por ciclistas y senderistas. En este plan de ensanchamiento del río, que conllevará una modificación en sus caudales originarios, se prevé el establecimiento de ciertos elementos dentro del lecho del Segura.

El objetivo es incentivar la movilización de sedimentos y la creación de nuevos hábitats: islas, pozas poco profundas para mejorar el flujo subterráneo y pequeños rápidos que las acompañan, formados por acumulaciones de materiales pétreos. Tres décadas han pasado desde el encauzamiento del río, tiempo suficiente para aplicar lo aprendido desde entonces.