La acusada de matar a su marido en San Pedro al descubrir una infidelidad afronta hasta 25 años de cárcel

Sofía, que se encuentra en prisión provisional desde el momento del crimen, hizo el 20 de marzo de 2019 una llamada que le cambiaría la vida para siempre. Unos días antes había revisado el móvil de su marido, Esteban, en busca de respuestas y había encontrado un número que se repetía con asiduidad. Según explicó en sus declaraciones, al otro lado de la línea una mujer le reveló una supuesta infidelidad de su esposo, que trabajaba en Madrid como conductor de Uber. El hallazgo de ese presunto lío llevó a la pareja, según sostiene la Fiscalía, a mantener el 21 de marzo una fuerte discusión en su vivienda de San Pedro del Pinatar.

En el descansillo de su edificio y cuando Esteban se disponía a marcharse de nuevo a Madrid, el matrimonio se enzarzó en un acalorado rifirrafe que el propio Esteban grabó con el teléfono móvil con la intención, al parecer, de obtener pruebas en caso de que su esposa decidiese denunciarlo. La grabación, a la que LA VERDAD ha tenido acceso, será una de las pruebas clave en la vista que se celebrará ante la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, en Cartagena. En esa conversación, la acusada trata de convencer a su esposo de que vuelva a entrar en la casa y que le deje el teléfono porque encontró «cosas». Tal y como se ve en las imágenes, el hombre hace el ademán de marcharse en varias ocasiones, pero Sofía intenta impedírselo agarrándolo de la mochila y derramando un bote de lentejas que este planeaba llevarse a la capital.

«Ya verás lo que me voy a hacer por tu culpa», le advirtió entonces Sofía, adentrándose en la cocina y agarrando un cuchillo de grandes dimensiones. La defensa, en este punto, sostiene que la acusada entró en un estado de «grave arrebato emocional» y que estaba decidida a cortarse las venas con el arma, interviniendo su marido para impedírselo. La acusación particular –que ejerce la abogada Ana Belén Martínez– afirma, sin embargo, que Sofía «provocó un forcejeo manifestando que se iba a cortar las venas pero sin intención de hacerlo» sabedora de que eso llevaría a Esteban a reaccionar. En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía asegura que cuando Esteban se acercó a ella para evitar que se autolesionara, se inició un forcejeo entre ambos en el transcurso del cual Sofía, «con la intención de quitarle la vida o, al menos, aceptando el resultado que su acción pudiera causar», le clavó el cuchillo en el cuello.

La defensa, en este punto, sostiene que la mujer le causó esa herida de forma accidental, alertando de inmediato a los servicios de emergencias y a su propia suegra. La acusación particular, sin embargo, tratará de convencer al jurado de que el ataque de Sofía fue algo premeditado –y por tanto constitutivo de un delito de asesinato–. Esta parte sostiene que la mujer, tras conocer esa supuesta infidelidad, había hecho a su esposo venir de Madrid preparando todo para encontrarse con él a solas en la vivienda, aprovechando que los niños estaban en el colegio y ella había pedido el día libre para no acudir al trabajo.

Tras consumarse el ataque, Sofía telefoneó al 112 explicando que había apuñalado a su marido. Inicialmente la mujer mantuvo que había acuchillado a su esposo para defenderse cuando él trataba de pegarle. Más tarde, Sofía varió su versión y admitió que el acuchillamiento –sea intencional o no– se produjo cuando Esteban trataba de impedir que se lesionase.

Más allá de la petición de prisión, las dos acusaciones hacen hincapié, asimismo, en la necesidad de que la procesada se mantenga alejada de los dos niños, de 7 y 13 años, que tuvo junto a la víctima y que actualmente se encuentran bajo la guardia y custodia de los abuelos paternos. El Ministerio Público demanda que a Sofía se le imponga la prohibición de acercarse o comunicarse con sus hijos en un plazo que exceda en una década el tiempo que permanezca entre rejas. La acusación particular va más allá y solicita que se le retire la patria potestad de los menores.