Vecinos y empresarios reclaman una mayor influencia en el Consorcio de La Manga

La Comunidad participó como ente consorciado hasta el año 2012. Desde entonces, tanto el Consorcio de La Manga como los colectivos que trabajan en la localidad han demandado su reingreso para aumentar el presupuesto con el que afrontar las deficiencias existentes y reforzar la colaboración entre administraciones.

Desde la Consejería de Turismo defienden que, pese a no integrar el Consorcio por los reajustes económicos derivados de las crisis, el Instituto de Turismo de la Región de Murcia (Itrem) colabora «activamente» en los proyectos de desarrollo turístico a solicitud de la entidad y de los ayuntamientos.

En virtud de los convenios de colaboración, aseguran que se han movilizado inversiones por valor de casi 16 millones de euros, que han permitido remodelar las plazas Bohemia y del Zoco, así como la constitución de zonas infantiles, la construcción de la rotonda del Caballito y la ampliación de aparcamientos.

Por otra parte, desde el Itrem han realizado actuaciones formativas orientadas al sector turístico y hostelero como principales ejes de dinamización local.

El presupuesto aprobado por el consejo general del Consorcio La Manga para 2025 asciende a 401.150 euros, financiados, principalmente, por los ayuntamientos de Cartagena y San Javier, que aportarán 199.575 euros cada uno. Estos han incluido una partida de 40.000 euros para bonificar el transporte público a mayores, estudiantes y personas de movilidad reducida.

A su vez, las asociaciones y colectivos de La Manga demandan tener mayor influencia en este ente y en sus decisiones, porque conocen las necesidades reales de los cerca de 13.000 vecinos censados, que supera los 200.000 habitantes en época estival.

En el consejo general del Consorcio, presidido por la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, hay representantes de ambos ayuntamientos, de Hostecar, de la Estación Náutica Costa Cálida, de las asociaciones vecinales de La Manga, Cabo de Palos y Los Belones, así como el alcalde pedáneo de La Manga, José Guerrero Sánchez. Todos ellos tienen voz y voto, a excepción de los colectivos vecinales que tienen un solo sufragio.

La sensación generalizada en La Manga es la falta de inversión, que acaba mermando la calidad de los servicios e infraestructuras de una de las joyas turísticas de la Región de Murcia, para la que el encanto se apaga tras el colapso veraniego. Un ejemplo recurrente es el oxidado y roto mirador del Galúa, obra de 2019 realizada por la Consejería de Fomento e Infraestructuras.

Todos los colectivos consultados por LA VERDAD coinciden en el papel «mediador» del Consorcio en un caso particular de competencias administrativas, pero consideran que podría ser más «eficiente» si ambos ayuntamientos estuvieran «más comprometidos en desarrollar acciones concretas en La Manga». Por ello reclaman unificar los servicios públicos de ambas zonas, desde mantener la misma estética en el mobiliario urbano a tener operativos los lavapiés de las playas de las dos áreas para evitar «agravios comparativos».

«Debería tener mayor presupuesto para realizar pequeñas inversiones propuestas desde el consejo general que contribuyan a desestacionalizar el turismo», remarcó el presidente de la asociación de comerciantes de La Manga y Cabo de Palos, José Espinosa, quien espera que en esta nueva etapa su colectivo tenga representación en la entidad.

Entre las reivindicaciones suscritas por las asociaciones figuran las conexiones, el sistema de alcantarillado que provoca inundaciones con las lluvias y olores fecales, la accesibilidad universal, la falta de aparcamiento y el caos de tráfico en verano, así como la temporalidad turística.

«Hay aceras y paseos inacabados, lo que dificulta el tránsito de personas con movilidad reducida», reivindicó el presidente de la asociación vecinal La Manga Norte, Paulino Regadera, quien lamenta que en la zona «no hay otra cosa que hostelería» por la falta de planes económicos dinamizadores.

En este sentido, la representante vecinal de La Manga del Mar Menor, Marisol Fernández, añadió que es necesario un «giro en la estrategia turística para que La Manga no dependa solo de los meses de verano. El resto del año deberíamos fomentar más servicios que atraigan turistas y favorezcan la actividad constante».

La situación del transporte público es compleja todo el año. En verano, los tiempos de espera «son largos» y la «falta de un sistema para consultar el tiempo de llegada del transporte es un problema añadido». En invierno, las frecuencias «se reducen más».

En el complejo marco administrativo de La Manga y con cada envite que sufre el Consorcio, como la reciente destitución de Víctor González como gerente y el nombramiento de Esperanza Nieto en su lugar, afloran con más fuerza los sentimientos segregacionistas liderados por la comisión proayuntamiento Entre Dos Mares.

En la actualidad recaban apoyos para unir en un mismo consistorio los pueblos de La Manga, Los Belones, Las Barracas, Los Carriones, Cabo de Palos, Cala Flores, Cala Reona, Playa Paraíso, Playa Honda, Mar de Cristal, Islas Menores y Los Nietos, mientras preparan un informe de viabilidad económica sobre el Consistorio que reivindican.

Las asociaciones que criticaron la destitución de González defienden ahora que no tienen nada en contra de Esperanza Nieto, pero sí de la forma en que se ha prescindido del gerente saliente que permanecerá durante un par de meses en el organismo para trasladar a Nieto los proyectos en marcha.

Fuentes vinculadas a los últimos cuatro años del ente consorciado sostienen que este «carece de capacidad económica y competencias para abordar la mejora de los servicios». Entre los avances de esta etapa destacan la modificación de los estatutos para que el ente tuviera un fin turístico, además del administrativo propio de cada Ayuntamiento con una ventanilla única para facilitar a los vecinos sus trámites municipales.

Valoran también la puesta en marcha de planes estratégicos de turismo, la incorporación de programas basados en productos específicos para incentivar las visitas en temporada baja, así como convenios con universidades y operadores pese a las malas comunicaciones de la zona. En este tiempo, el organismo público también ha creado eventos propios, comerciales, culturales y deportivos, sin apenas presupuesto.