Dos personas caminan frente a la fachada del cine Máiquez, que estuvo en funcionamiento desde 1878 hasta 2004. ANTONIO GIL / AGM

Tres de los seis cines clásicos del centro de Cartagena se han reconvertido en otros negocios

El Alfonso XIII es ahora un gimnasio, el Carlos III acoge un establecimiento multiprecio y el Mariola, una tienda de ropa

Domingo, 12 de octubre 2025, 09:05

Todavía quedan muchos cartageneros que recuerdan con añoranza los cines que antaño llenaban de vida el centro de la ciudad y que, en las últimas ... dos décadas, fueron cerrando sus puertas y abocando a los cinéfilos a las salas multicine de los centros comerciales.

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Algunos de ellos, como el Alfonso XIII, el Mariola o el Carlos III, tuvieron la relativa suerte de transformarse en otro tipo de establecimientos, que van desde un gimnasio a tiendas de ropa o de todo en general, pero otros como el cine Máiquez o el Central permanecen cerrados a cal y canto, como si estuvieran suspendidos en el tiempo, aunque repletos de herrumbre y desconchones.

Tal día como hoy

  • Cine Alfonso XIII Sala 1. Shaft. Sala 2. La Celda.

  • Cine Mariola X-Men.

  • Cine Máiquez Sala 1. Virgen de los sicarios. Sala 2. El Portero.

  • Cine Carlos III El Bar Coyote.

  • Teatro Circo La Comunidad.

  • Cine Central Astérix y Obélix contra el César.

La clausura de estos espacios de ocio que congregaban a mucho público, especialmente los fines de semana, contribuyó a la degradación de algunas zonas de la ciudad que todavía, después de haber pasado veinte años, no han conseguido avanzar. Es el caso de la calle San Vicente tras el cierre del cine Máiquez, que no ha conseguido reinventarse y a la que no ayuda el mal estado en el que se encuentra este antiguo edificio.

Preguntado sobre esto, Alfonso Santos, el último proyeccionista del Teatro Circo y el mayor experto en los cines clásicos de Cartagena, explicó que «yo visité el edificio del Cine Máiquez hace años y ya estaba bastante mal, con la pantalla descolgada y filtraciones de agua, pero es verdad que los cines daban mucha vida y también mucha seguridad a las calles».

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El último cine clásico de Cartagena fue el Alfonso XIII, que cerró en 2006 tras 25 años en funcionamiento y se mantuvo con la persiana echada hasta que en enero de 2023 el local fue recuperado por la empresa Basic Fit, que cambió las butacas de las dos salas por máquinas de musculación y cardio.

Otro de los que más tarde cerró fue el Teatro Circo, para cuya reforma el Ayuntamiento ha adjudicado ya el proyecto y la dirección de las obras, cuyo cine terminó siguiendo la estela del resto, pese al empeño de Alfonso Santos. «Yo puse mi granito de arena para mantenerlo abierto más tiempo. A veces pagaba alguna pequeña reparación con invitaciones para el cine», bromeó Santos.

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A pesar de su amor incondicional al cine, se mostró convencido de que el mayor problema de estos establecimientos fue la falta de liquidez. «Los cines clásicos de Cartagena se cerraron porque no eran rentables, igual que los del resto de España. Un negocio que funciona no se cierra. Yo entré con 12 años de aprendiz y me jubilé como gerente y, en los últimos tiempos, era completamente insostenible. El Teatro Circo fue el último de los cines clásicos en cerrar y fue porque tenía programación municipal».

Para Santos, el ejemplo más claro de lo que costaban las antiguas salas y lo que cuestan las actuales está en las plantillas. «El Cine Central tenía 43 empleados trabajando y los que hay ahora en los centros comerciales son entre dos y cuatro empleados. Pero es que, además, antes eran una o dos salas y ahora hay nueve. La recaudación no es la misma con nueve salas que con una, de todas formas ganan casi más dinero con las palomitas y los refrescos».

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  1. La rehabilitación prevista para el Central sigue acumulando retrasos

Además de la reforma del Teatro Circo, otro de los proyectos más esperados para los antiguos cines del centro de la ciudad es la rehabilitación del Cine Central. Una actuación que continúa acumulando retrasos desde que fuera anunciada por el Gobierno regional, tras hacerse con el inmueble en 2016.

El último de los escollos es el recurso presentado contra el contrato para la dirección de la obra sobre el que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales debe dictaminar desde finales del pasado mes de agosto, aunque desde la Consejería de Cultura esperan que se resuelva lo antes posible.

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La propia alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, reconoció en aquel momento que, con este último recurso, «ya van siete, uno por cada paso que se ha dado», y calificaba la situación de «desesperante».

Las obras salieron a licitación por un importe de 5,4 millones de euros y en diciembre del año pasado se calculaba que tardarían 30 meses en convertir este espacio en un centro polivalente de actividades culturales con espacios para teatro, cine, exposiciones y conciertos, además de salas de ensayo musical, despachos para asociaciones culturales y una terraza transitable. Además, incluyen la restauración de las fachadas protegidas, la eliminación de elementos impropios y la construcción de una nueva cubierta, que optimizará los espacios interiores.

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Cabe recordar que el Cine Central fue uno de los primeros cines clásicos en echar la persiana en Cartagena ya que el cierre se produjo en el año 2000 y, desde entonces, no ha vuelto a albergar ningún tipo de negocio, lo que da una idea del deterioro en el que se encuentra el inmueble.

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