El Santa Lucía mejora su unidad neonatal: el 10% de los partos ya son de prematuros

Estos días, el servicio, dirigido por José Luis Leante, cumple diez años desde que atiende a las personas más frágiles que vienen al mundo tanto en el área de salud de Cartagena, como la del Mar Menor: prematuros nacidos a partir de la semana 24 y con un peso a partir de los 500 gramos. Durante ese tiempo, de todos los nacimientos un 10% estás considerados prematuros y un 2% grandes prematuros, según los datos extraídos de la memoria de la unidad y dados a conocer por Leante este miércoles en el salón de actos del Santa Lucía.

Esos datos también indican que fueron atendidos 39 recién nacidos que necesitaron hipotermia terapéutica por cuadros de encefalopatía hipóxico-isquémica, un diagnóstico clínico que se origina con la falta de oxígeno y sangre en el cerebro inmediatamente antes o durante del nacimiento.

Para seguir mejorando la atención, fueron modernizados este año gran parte de sus incubadoras. Estas son tan sofisticadas que hasta llevan incorporado un puerto USB para ponerles a los niños sonidos suaves o susurros de sus padres, que les ayudan a relajarse. Además, están equipadas con un sistema que conectados al niño avisan a los enfermeros de cualquier contratiempo en su estado de salud.

La prioridad de este servicio es que el recién nacido esté el máximo tiempo posible en permanente contacto con sus progenitores, a pesar de su fragilidad extrema durante sus primeras semanas de vida. «El contacto beneficia su desarrollo y crea vínculos con sus padres desde el primer día», asegura el especialista. La actual dotación de la Unidad de Neonatología está compuesta por ocho puestos críticos, doce de cuidados intermedios y hasta ocho de cuidados básicos. Durante los próximos cinco años, el jefe de servicio se marca como objetivo seguir formando a los trabajadores para mejorar la atención. La atención domiciliaria de prematuros tendrá que esperar.

El silencio es casi absoluto, solo se escucha de fondo el sistema de respiración mecánica; la luz es tenue para no molestar y los cuidados, continuos y coordinados con decenas de maquinas conectadas a ordenadores de última generación. Ése es el ambiente en que vive estos días Maximiliano Andre, un niño que nació el pasado sábado con meningitis.

Llegó al mundo con 38 semanas y desde entonces, por precaución, está ingresado en la Unidad de Neonatología del Hospital Santa Lucía, donde sus padres Andrei, de 19 años, y Alexandra, de 27, no se separan de él. Saben que está en buena manos, por eso fueron derivados desde su hospital de referencia, el del Mar Menor, en San Javier, donde ella dio a luz.

«Está evolucionando bastantes bien. Se lo estamos notando cada día. No sabemos cuánto tiempo más tendremos que estar aquí, pero lo importante es que él esté bien», explicó este miércoles a LA VERDAD la madre. Ambos viven en San Pedro del Pinatar y cuando les dijeron que tenían que trasladar a Cartagena a su bebé para ingresarlo, se dieron un buen susto. Pero al ver las instalaciones del hospital supieron, nada más entrar y tener la primera conversación con los doctores, «que nuestro hijo estaba en las mejores manos», confesaron.

Están en una habitación individual y los padres pueden acompañar al niño en todo momento, hasta por la noche si lo prefieren, porque la unidad tiene preparadas estancias para el descanso de los progenitores. Esta semana es de los pocos bebés que están ingresados «afortunadamente», según el jefe de servicio, José Luis Leante.