El Rosell de Cartagena sale reforzado de la pandemia con nuevos servicios y mejores quirófanos

En su agenda hay más incorporaciones, para aumentar el equipamiento del centro hospitalario. «Las anunciaremos más adelante», afirmó a LA VERDAD el gerente de esta área del Servicio Murciano de Salud (SMS), José Sedes.

La más avanzada es la de daño cerebral. Para dar los primeros pasos, Salud destinará 200.000 euros. Tras un accidente cerebrovascular, como un ictus, un tumor cerebral, un traumatismo craneoencefálico o una hipoxia, la vida cambia en un instante. Se pierden facultades y la capacidad de realizar actividades diarias. En este caso, el tiempo es crucial y una actuación temprana en las primeras 24 o 48 horas aumenta las probabilidades de que el paciente recupere ciertas habilidades, aprenda de nuevo a caminar y sea autosuficiente.

La intención es habilitar espacios para el médico rehabilitador y el logopeda, así como un gimnasio. En esta última estancia se llevará a cabo el tratamiento integral de los pacientes que sufran un accidente cerebrovascular que conlleve una afectación del funcionamiento cognitivo, emocional, conductual y físico.

Después le seguirá el de atención bucodental a pacientes oncológicos. Es una unidad con cirugía maxilofacial para la detección precoz del cáncer. «En este trabajarán de la mano nuestros especialistas de odontología de Atención Primaria con los del servicio de Maxilofacial, para atender a personas que puedan tener microlesiones malignas. La intención es darles una rápida respuesta», explicó Sedes a LA VERDAD.

La reforma del bloque quirúrgico será una de las grandes inversiones que ya prepara el Servicio Murciano de Salud (SMS), ya que incluirá, además, la modernización de equipamientos, tecnología y mobiliario de las 15 salas de operaciones del Hospital Santa Lucía. En estos momentos, según Sedes, los técnicos de la Consejería y los especialistas trabajan en el proyecto, que aún no está cuantificado económicamente. «Es una gran iniciativa de varios millones de euros», indicó. La actividad quirúrgica, tanto en un hospital como en otro, «no se verá afectada; seguiremos trabajando con normalidad», afirmó el gerente.

A lo largo de los dos últimos años de pandemia, el Rosell ha tenido una serie de cambios. Entre ellos, el aumento del número de camas en Medicina Intensiva hasta 43. Además fueron renovadas más de un centenar de camas, incorporados 106 sillones para los acompañantes de los pacientes e instaladas 120 taquillas. También ha sido renovada la zona de Urgencias, ampliada la sala de altas hospitalarias, los espacios del servicio de Rehabilitación y los de las consultas preanestesia.

Igualmente, ha habido mejoras en el equipamiento de los servicios considerados de soporte estratégico, como la Unidad de Diagnóstico por Imagen. Esto ha conllevado inversiones en la renovación integral de su equipo de resonancia magnética, con la incorporación del nuevo mamógrafo digital de última generación, así como de una nueva herramienta dotada de telesíntesis digital. También los laboratorios tienen ya un nuevo aparato para realizar PCR.

«La eficiencia energética ha mejorado con la renovación de las antiguas calderas del recinto por unas de nueva generación de gas, que permiten mejorar de manera importante el rendimiento energético», explicaron fuentes sanitarias. Estos trabajos facilitaron la instalación de una nueva climatización en el Bloque C.

Por otro lado, la Unidad de Medicina Preventiva entró en funcionamiento. Está dirigida a personas que, estando asintomáticas, quieren hacer una evaluación de su estado de salud y a aquellas con sintomatología, para hacer una revisión médica básica y diagnosticar y orientar su problema de salud.