Primeros retrasos en el proyecto del cuartel de la Guardia Civil de Cartagena al año del desalojo y derribo
En el solar de Ángel Bruna no hay actividad desde antes del verano y las familias de los guardias obligados a irse exigen conocer qué ocurre
Con el candado echado en el acceso a la parcela, sin rastro de las máquinas que hasta hace tres meses trabajaban en el solar, con ... pintadas en las vallas metálicas y los matorrales ya creciendo en la tierra. Ese es el aspecto que ofrece la parcela que ocupaba la casa cuartel de la Guardia Civil de Cartagena un año después del desalojo de los servicios oficiales y de las 86 familias que vivían en los antiguos bloques. Una orden del Ministerio del Interior les obligó a principios de agosto del pasado año a abandonar el complejo, que databa de 1965. Pocos días después, comenzó el derribo para dejar sitio a una nueva casa cuartel.
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Una inspección determinó que el complejo de edificios de la calle Ángel Bruna estaba afectado por graves daños estructurales como consecuencia de las características del suelo que los albergaba, la calidad de los materiales de construcción y también la falta de mantenimiento.
Las obras del nuevo acuartelamiento continúan paradas siete meses después del derribo del último de los once edificios que quedaba en pie. Después de esos trabajos, la intención era levantar con urgencia 96 viviendas y espacios para todos los servicios de la Benemérita. Estos están repartidos ahora por diferentes dependencias de Cartagena y La Unión, entre ellas, las del antiguo colegio Antonio Arévalo.
Sin información
Desde el pasado febrero nada se sabe del proyecto, ni siquiera las familias desalojadas. LA VERDAD ha preguntado reiteradamente al Ministerio del Interior y a la Guardia Civil en varias ocasiones. No hay respuesta. En la Delegación del Gobierno de Murcia tampoco tienen información sobre los planes de ese departamento estatal ni de cuándo podrían comenzar las obras. Remiten a Interior y al instituto armado.
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En su contexto
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32 millones de euros es el presupuesto aprobado el pasado año por el Consejo de Ministros de manera urgente para construir el nuevo cuartel de la Guardia Civil de Cartagena.
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96 viviendas son las que en un principio tendría el nuevo acuartelamiento, pero la rebaja del presupuesto de licitación hace temer a las familias que se quedarán en 65.
Quienes tratan de recabar información son las asociaciones profesionales, también con poco éxito. Lo único que han podido saber los directivos de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (Augc) es que el proyecto ha sufrido varias modificaciones en los últimos meses debido al encarecimiento del mismo, entre otras cuestiones por las características del terreno. Los técnicos de la Dirección General de la Guardia Civil realizaron las catas previas a la construcción y hallaron una alta salinidad, que obligaba a realizar una cimentación especial y más profunda. Eso trastocó los planes y provocó que el proyecto aumentara su precio considerablemente. Desde este colectivo, indicaron que la empresa encargada de construir las nuevas instalaciones solicitó un aumento del presupuesto por esa causa, que fue denegado.
Para aligerar el coste, se tomó la decisión de reducir el número inicial de viviendas, de 96 a 65. Esto ha desatado las críticas de las familias, que se sienten «engañadas», según una de las antiguas residentes, Isabel Rosique. «No sabemos qué está pasando, pero lo cierto es que desde hace meses no se ve nada en el solar y se rumorea que el problema es que no hay dinero», dijo. Han solicitado conocer el proyecto y que sea desbloqueado cuanto antes. Quieren saber cuánto tiempo más tendrán que esperar para recibir las casas. «Se nos acaba el tiempo y en año y medio tendremos que sacar nuestros muebles del almacén alquilado. A partir de ahí, tendremos que pagar. Esto no son formas de hacer las cosas», lamentó.
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Según Augc, en estos momentos el proyecto está en manos de la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado (Siepse). Esta empresa pública se encargará de ejecutar las obras del acuartelamiento en una fecha aún por determinar. Ahora, esta entidad lleva en marcha una veintena de iniciativas similares en toda España. En su página web, donde se especifica cada una de ellas, no aparece el cuartel de Cartagena, según pudo comprobar este diario.
Las 86 familias que fueron desalojadas hace un año aún están a la espera de conocer si serán beneficiarias de una de las viviendas que se construyan. La mayoría vive ahora de alquiler.
Quienes también tendrán que esperar para recuperar la antigua normalidad son los agentes que trabajaban en los diferentes servicios del acuartelamiento. El secretario provincial de Augc, Juan García Montalbán, reconoció que las dependencias provisionales que ocupan en otros sitios «están bien» por lo general. Pero que las del antiguo colegio Antonio Arévalo, donde están la jefatura y algunos servicios principales, está preparadas para aguantar un tiempo prudencial. «Si al final tienen que permanecer en ellas durante más años, las instalaciones se quedarán pequeñas y habrá que ampliarlas de alguna forma», señaló.
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Las dependencias
El nuevo cuartel, además de las viviendas, albergará todas las dependencias oficiales desplazadas y sus servicios correspondientes. También habrá una residencia para agentes que tengan que trasladarse a Cartagena por cuestiones laborales y para los hijos de los guardias que elijan la ciudad para estudiar en institutos o en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).
Una asociación de agentes alerta de que faltan patrullas en El Algar, Cabo de Palos y La Manga
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (Augc) denunció ayer en un comunicado la falta de agentes para patrullar a diario en El Algar, La Manga y Cabo de Palos. Ponen de relieve que en la Cuarta Compañía de Torre Pacheco, a la que además de esos pueblos pertenecen Los Alcázares y San Javier, solo hay entre dos y tres patrullas al día, algo del todo «insuficiente», para vigilar «miles de kilómetros cuadrados y una población que supera las 100.000 personas». Según ese colectivo profesional, se trata de una situación que es extrapolable al resto de la Región de Murcia.
Las consecuencias de esta escasez de personal son lógicas y habituales, criticaron esos guardias civiles en la nota. Aseguran que esta falta de efectivos provoca desde largas colas de denunciantes en los diferentes cuarteles afectados hasta un mal servicio al ciudadano. «En la mayoría de los avisos hay que desplazarse largas distancias y no existen patrullas suficientes, por lo que habitualmente se demora la asistencia entre treinta minutos y una hora, tiempo de respuesta no admisible para la seguridad», añadieron en el escrito.
A su juicio, esta situación ha provocado a su vez que las policías locales aumenten sus plantillas y sus medios para poder cubrir las carencias evidentes de seguridad. En Cartagena han sido creados servicios de patrullas marítimas, de perros detectores y de vigilancia de masas, entre otros.
Esta asociación ha solicitado en varias ocasiones una reunión con la Delegación del Gobierno para tratar la situación de las plantillas de la Guardia Civil en la Región, «pero no ha sido concedida», afirmó. «No nos parece adecuado que la representante del Gobierno no tenga en cuenta a las asociaciones profesionales que representamos a miles de guardias civiles», concluyó.
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