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Parque eólico de Portmán Golf.
Portmán Golf rechaza costear las obras y ve un daño histórico

Portmán Golf rechaza costear las obras y ve un daño histórico

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Lunes, 7 de enero 2019, 08:15

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La Comunidad Autónoma mantiene conversaciones con Portmán Golf, que a finales de 1988 compró a Peñarroya España las propiedades de esta multinacional en la Sierra Minera de Cartagena y La Unión. La compañía ha reivindicado su inversión de 95 millones de euros, en estos 30 años, y ha advertido de que «no se siente obligada a la restauración ambiental de la zona para subsanar consecuencias de una actividad minera realizada por terceros hace ya más de 50 años».

Estas tareas de extracción de mineral, apuntaron fuentes de la empresa a 'La Verdad', fue «autorizada, en su día, por la propia Administración», y Portmán Golf «tan solo trabajó en una superficie aproximada de 300.000 metros».

95 millones en sus 30 años

«Las balsas mineras que identificó el Instituto Geológico y Minero de España como peligrosas se habían originado antes de que Portmán Golf se creara [por los conocidos constructores Alfonso García y Mariano Roca]. Ni siquiera Peñarroya las realizó. Fueron creadas por otras mercantiles que trabajaron en la minería de interior, desde finales del siglo XVIII a mediados del siglo XX y, siempre, con la autorización de la administración correspondiente», añadieron en la compañía. También indicaron que «la Comunidad intervino en la restauración de las balsas de Llano del Beal conocidas como Marqués de Péjar y Los Pajarillos, con la aportación de tierra vegetal y la colaboración de Peñarroya en la plantación». La mercantil agrega que, ahora, «la mayoría de las concesiones mineras que tenía Peñarroya siguen a su nombre, ya que solo se realizó el traspaso a Portmán Golf de aquellas en las cuales se realizó un estudio de factibilidad y de las que Peñarroya tenía identificadas como rentables».

La compañía cartagenera, que también tiene actividad agroalimentaria, afirma que su inversión ha ido a «solventar los distintos problemas» de sus proyectos industriales y urbanísticos, «en aras al interés público y buscando siempre la paz social». Cita 36,6 millones de euros en maquinaria, sondeos, un complejo industrial, pistas y adecuación de la plantilla de trabajadores de Peñarroya. Y anota 18,5 millones en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).

La sociedad argumenta que «en ningún momento la actividad en la Sierra Minera le ha reportado beneficio alguno». Y, sobre Portmán, señala que perdió 3,5 millones en el cierre forzoso del Lavadero Roberto II, que construyó para «cortar el chorro o tubería que arrojaba los estériles a la bahía».

De Peñarroya a Portmán

Veinticinco años después, espera a que el Ministerio de Medio Ambiente cumpla su «compromiso» y acabe las obras de regeneración, para «poder hacer realidad» el objetivo de su «esfuerzo inversor: un desarrollo turístico en la bahía». La dirección de la mercantil quiso recordar «que la recalificación [urbanística], anunciada y prometida en reiteradas ocasiones, no se ha producido y, hoy por hoy, no es posible una explotación para uso residencial de la zona». La reclasificación, concluye, «sin duda permitiría a Portmán Golf recuperar parte de la importante inversión realizada».

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