La Policía Local de Cartagena pone una multa cada dos días a los dueños de mascotas infractores

«Solo aprendemos y acatamos normas cuando nos tocan el bolsillo. Si se multase a cada persona que no recoge los residuos, la gente sería más cuidadosa y no habría tanta suciedad en las calles. Hay que tener en cuenta la probabilidad de caídas en personas mayores y niños por un resbalón, así como los perjuicios que pueden causar a personas en sillas de ruedas», advirtió Pepe García, residente en la Alameda de San Antón.

La referida ordenanza de bienestar animal, que regula las obligaciones de higiene, trato, control y comportamiento de los propietarios con los animales y con el entorno urbano y sus conciudadanos, entró en vigor el año pasado. Esta nueva normativa encareció las sanciones mínimas de 50 a 100 euros en un intento por mantener la limpieza y estética de calles, plazas y jardines. Pero los vecinos coinciden en que «no se está aplicando con la dureza que se debería».

Según fuentes municipales, en 2021 la Policía Local interpuso 43 denuncias a los propietarios de mascotas durante la campaña de control, inspección y vigilancia para garantizar el cumplimiento de la ordenanza de protección y tenencia de animales de compañía.

De estas, solo tres corresponden con no recoger las excretas de los animales. En 2022, se interpusieron 269 sanciones, de las que 107 tienen su razón de ser en que los animales de compañía estaban sueltos por la calle. Mientras que las 162 restantes responden a infracciones de la ordenanza, aunque no se precisó las que corresponden a no recoger los excrementos.

La normativa prohíbe abandonar las deposiciones de los animales de compañía sobre aceras, solares, parterres, zonas verdes o terrazas, estén o no destinados al paso o estancia de los ciudadanos. Según recoge el texto, los responsables del animal deberán retirar los excrementos que podrán depositarse dentro de bolsas cerradas, en papeleras y contenedores de recogida de residuos sólidos urbanos. De lo contrario, se expondrán a multas máximas de 1.500 euros.

Por primera vez, se incluye un rango sancionador similar para los orines que afecten a farolas y otros elementos del mobiliario. Los propietarios podrán librarse de la sanción si lo diluyen en agua para evitar daños.

Ante las quejas vecinales por los residuos animales, que según las voces más críticas son más visibles en unas zonas que otras, la Policía Local defiende que tanto las campañas especiales como la vigilancia ordinaria se efectúa en todo el municipio por igual, sin distinciones entre el casco urbano, los barrios y diputaciones.

Las sanciones graves llegan a los 6.000 euros y las muy graves a los 30.000. La gradación dentro de cada categoría se establece en función del daño causado al animal y la reincidencia.