La nueva ordenanza para los quioscos en Cartagena sigue en estudio después de cinco años
El Ayuntamiento quiere dar otra vida a esos negocios y sus técnicos analizan cómo se ha actualizado la norma en otros municipios
El cierre este martes del quiosco de la calle Campos, esquina de la plaza de San Francisco, gestionado por la familia Pagán desde hace 89 ... años, ha sido la última de una larga lista de clausuras de quioscos en Cartagena. Este tipo de negocios empiezan a ser una 'rara avis', especialmente en el centro de la ciudad. La ordenanza que regula la explotación de los quioscos rojos de Cartagena data de los años 80 y lleva los últimos cinco inmersa en un proceso de actualización que parece no terminar nunca y que no hace si no aumentar la sangría de este tipo de negocios en el municipio, ya que de los cerca de setenta que mantienen la autorización, más de la mitad están en desuso.
El objetivo principal de la actualización de esta ordenanza es la revitalización de la actividad de estas casetas, de forma que aumente su rentabilidad con un catalogo de servicios más amplio. Es lo que han hecho con éxito en numerosas ciudades españolas en los últimos años.
Esta dilación ha llevado a los grupos de la oposición a preguntar en el pleno municipal en varias ocasiones. La edil de MC Mercedes Graña presentó una iniciativa en el pleno de la pasada semana que fue respondida por el concejal de Patrimonio, Pablo Braquehais. «Para poder aprobar el borrador contemplado en la ampliación de los usos de los quioscos con todas las garantías, y siguiendo el procedimiento, hemos pedido informes sectoriales que, una vez tengamos, llevaremos a Junta de Gobierno». Algo que contrasta con lo que contestó en febrero de este año a preguntas de la misma concejal. «Ya se ha iniciado, si todo va bien, en marzo pasará por Junta de Gobierno y por el pleno para su aprobación y entrada en vigor», afirmó.
Las razones por las que esta tramitación está llevando tanto tiempo no están del todo claras, aunque diversas fuentes mencionan la complejidad de discernir qué usos se incluyen en el nuevo texto y cuáles se quedan fuera. En cualquier caso, según confirmó el Consistorio, los servicios municipales trabajan, además de en su redacción, «en un análisis comparado de ordenanzas para valorar cómo se ha procedido en otras ciudades, como Granada o Málaga».
Una imagen más moderna
En lo referente a la imagen que deberán ofrecer los quioscos, tras la puesta en marcha de la nueva norma, fuentes municipales explicaron este martes que el objetivo que se han marcado con la nueva norma es el de «respetar la uniformidad de diseño en el casco histórico, pero abriendo la posibilidad a la instalación de modelos más modernos en todo el término municipal». Ese modelo se debería autorizar en un futuro y siempre debería estar sujeto al pliego de concesión correspondiente.
Del mismo modo, los mismos medios indicaron que los técnicos del Ayuntamiento «también se están planteando algunas modificaciones sobre el régimen jurídico de concesión, así como sobre el régimen de cesión, que no está contemplado en la actual».
Otros municipios como Madrid o Barcelona han sido capaces de dar una vida a los quioscos, rejuveneciendo desde el diseño exterior hasta las técnicas de venta. Ofrecer discos, artesanía e incluso café para acompañar la prensa se ha convertido en algo cotidiano en estas ciudades. Mientras tanto, estos quioscos rojos tan característicos de Cartagena continúan cerrando y dando paso a la degradación no sólo de los espacios, sino de un sector que necesita un cambio para volver a ser viables a largo plazo.
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Fuensanta Martínez Pagán Quiosquera
«Me da mucha pena dejar el quiosco, pero es el momento»
Fuensanta Martínez Pagán cerraba este martes por última vez un negocio que la ha visto crecer. El quiosco Pagán, primero en la Glorieta y después en la calle Campos, ha estado gestionado por su familia desde 1937 y algunos de sus mejores recuerdos están ligados a él. «Cuando era pequeña yo me venía con mi padre los sábados porque a mí realmente me gustaba esto. Ver las noticias, hablar con toda la gente que venía. Porque esto era el ocio entonces, la lectura y los dos canales de televisión que teníamos. Los sábados venía muchísima gente a recoger sus fascículos y revistas porque era el lugar de reunión. Yo me sentaba encima de los paquetes y me ponía a leer cuentos y tebeos. Guardo muchísimos buenos recuerdos de este quiosco y me voy con mucha pena».
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Un puesto de la plaza de España se arriesga a perder la concesión municipal por servir cafés y desayunos
Uno de los últimos quioscos en reabrir, situado en la plaza de España, podría verse obligado a cerrar tan solo tres años después de poner en marcha el negocio, por vender a sus clientes cafés y desayunos. Algo que ha abierto el debate sobre el uso que se puede dar a estos puestos, que están regulados por una ordenanza tan antigua que incluye las cuantías de las posibles sanciones en pesetas.
El hecho de que algunos quioscos sí puedan ofrecer estos productos y otros no supone para muchos un agravio comparativo que la nueva norma podría resolver. En este sentido, fuentes municipales indicaron este martes que «otro de los aspectos en estudio es si todas las actividades que se pueden ejercer desde estas instalaciones deben estar contenidas en esta ordenanza, bien en un título específico o serían objeto de otra ordenanza. Este sería el caso, por ejemplo, de los quioscos dedicados a la hostelería o restauración». Y finalizan explicando que «la ordenanza debe, además, recoger y facilitar la adaptación a los nuevos modos de consumo».
Otra de las quejas de los responsables de los quioscos se debe a la subida del precio de las concesiones que el Ayuntamiento cobra por la ocupación de superficie, que oscilan entre los 200 y los 300 euros anuales para los más veteranos, ya que cada diez años deben renovar sus licencias y con cada renovación se duplica el precio de la tasa.
El ejemplo de otras ciudades
Otros municipios como Madrid o Barcelona han dado una nueva vida a los quioscos, rejuveneciendo desde el diseño exterior hasta las técnicas de venta. Ofrecer discos, artesanía e incluso café para acompañar la prensa se ha convertido en algo cotidiano en estas ciudades, permitiendo a quienes gestionan estos quioscos mantener sus negocios y encontrarles una mayor rentabilidad.
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