Familiares y pacientes, en la sala de espera del Hospital Santa Lucía. Pablo Sánchez / AGM

Las primeras gripes y las esperas en centros médicos colapsan Urgencias del Santa Lucía

Las camas vuelven a los pasillos del hospital ante la falta de habitaciones disponibles en las plantas para ingresar a una veintena de enfermos

Antonio López

Cartagena

Miércoles, 8 de enero 2020, 14:02

Con el comienzo del año y la bajada de temperaturas llega el primer colapso del invierno en el servicio de Urgencias del Hospital Santa Lucía. Los primeros casos de gripe y las largas esperas soportadas por pacientes para que los vea su médico en los centros de salud y consultorios del municipio provocaron este miércoles los primeros atascos asistenciales. Alrededor de setenta personas tuvieron que esperar ayer en los boxes, en las salas de sillones, en las zonas de preingreso e, incluso, en los pasillos de Urgencias para ser hospitalizados.

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La alta presión asistencial ya se disparó el lunes. Desde entonces, los corredores del Santa Lucía han albergado a diario a pacientes en espera de ser reubicados en una habitación. Hubo momentos de hasta una quincena. Este miércoles por la noche, al cierre de esta ediciónn había una veintena de personas diseminadas por Urgencias, según informaron fuentes hospitalarias. Estas aclararon que se trata de pacientes que aguardaban a ser sometidas a alguna prueba diagnóstica. Y añadieron que si existían esperas era porque «se estaban gestionando los recursos disponibles».

Para evitar que esta situación fuera a mayores, la Gerencia del Área de Salud abrió el martes la Unidad de Preigreso y la U-25 de ese centro hospitalario. Se trata de zonas que prácticamente todo el año permanecen cerradas y que solo son abiertas en momentos de aglomeración de enfermos.

La Cuarta B del Rosell

Esas dos estancias están equipadas con 30 y 26 camas, respectivamente. La dirección, también estudia abrir la Cuarta B del Rosell, con otras veinte camas, al igual que ya hizo el pasado año por las mismas fechas. Según fuentes hospitalarias, el aluvión de personas es una consecuencia del fin de semana, porque bajan las altas, algo que hace que «se ralenticen todos los procesos más de lo deseable». En total han sido habilitados 56 puestos, para atender al creciente número de pacientes de los últimos días y a los que se espera que acudan a los servicios de Urgencias próximamente, debido a que el número de enfermos va en aumento. Sin ir más lejos, el martes fueron atendidas 523 personas, cuando en días anteriores la media estuvo en 360.

El gerente abre dos estancias con 56 camas y amplía la plantilla por la alta presión asistencial

Además, para minimizar estas situación, la dirección del centro sanitario ordenó a los responsables de los servicios médicos y quirúrgicos de mayor impacto en la hospitalización, como son los de Neumología, Cardiología, Neurología, Digestivo y Medicina Interna, a agilizar las altas de personas que estaban a la espera de recibir los resultados de algunas pruebas y que su estado no reviste gravedad.

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La mayoría de pacientes eran ancianos con gripe, problemas respiratorios y descompensaciones. Muchos de ellos habían pasado previamente por su centro de salud para ser atendidos por su médico de cabecera y se vieron obligados a ir al hospital para ser asistidos porque les daban citas para dentro de una semana. Se trata de una situación que se da cada vez con más frecuencia, sobre todo después de periodos vacacionales como el de Navidad.

La razón es que la Consejería de Salud no cubre todas las bajas, las vacaciones y los días de libre disposición de los facultativos de Atención Primaria. La consecuencia de ello es que la cartera de pacientes se reparte entre el resto de profesionales.

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Sesenta pacientes en un día

Es más: en la mayoría de las ocasiones, un médico asume toda la agenda de otro compañero. A esos pacientes hay que sumar los que llegan con alguna urgencia, para los que el centro de salud reserva, al menos, una decena de huecos en la agenda de cada profesional. Esto obliga al doctor a trabajar más, dedicar menos de cinco minutos a cada paciente y prolongar sus jornadas más de dos horas.

El colectivo Salvemos el Rosell denuncia que es una consecuencia de la falta de previsión

Si un día normal, un médico de cabecera atiende una media de 40 pacientes de su propia cartera, cuando falta algún compañero se ve en la obligación de reducir de los suyos y ver por lo menos a la mitad del cupo del ausente. Según fuentes medicas, tienen que atender a unas 60 o 70 personas. En algunos casos, los profesionales pasan consulta hasta las cuatro y media de la tarde.

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La Gerencia se ha marcado como objetivo «seguir trabajando para agilizar los tiempos de demora de nuestros pacientes así como ubicar a los usuarios que quedan pendientes y en tránsito de hospitalización lo antes posible y siempre pensando en su comodidad», indicó una portavoz.

Además de acelerar las altas, la dirección está coordinando todos los servicios hospitalarios «para optimizar todos los recursos». La plantilla de Urgencias también ha sido ampliada, para atender a los enfermos llegados en las últimas horas y habrá más contrataciones si la presión asistencial continúa al alza.

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Continúan las operaciones

A pesar de todo ello, el complejo hospitalario mantiene toda su actividad quirúrgica y de pruebas diagnósticas con total normalidad. Fuentes de la dirección añadieron que pondrán a disposición de los usuarios «cuantas camas y recursos sean necesarias, para seguir dando respuesta a la demanda asistencial».

Desde la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública Salvemos el Rosell indicaron que la saturación hospitalaria de los últimos días también es consecuencia de una falta de previsión que achacan a Salud, por no sustituir en Navidad a los médicos de familia que tomaron días libres. Decenas de pacientes que debían esperar más de una semana para ser atendidos por sus médicos empeoraron de salud, mientras que otros optaron por acudir a los hospitales contribuyendo a aumentar la presión asistencial.

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Sigue sin fecha la apertura total del consultorio de San Antón

Los vecinos de San Antón aún tendrán que esperar más de tres meses para poder usar la segunda fase de su centro de salud, donde serán abiertas una docena de consultas médicas. Las obras ya han acabado y solo falta que la empresa constructora haga oficial la entrega de las llaves a la Comunidad Autónoma, tras revisar la totalidad de las instalaciones. El inicio de la actividad estaba previsto para finales del año pasado. Tras ello habrá que equipar el edificio, algo que se llevará tres meses. Según fuentes de la Consejería de Salud, aún no hay fecha de apertura total de unas instalaciones cuya construcción comenzó hace más de tres años.

La primera fase de la edificación se llevó a cabo en una superficie de 518 metros cuadrados, que se distribuyen en una planta que alberga las consultas de pediatría, el área administrativa y otros servicios de apoyo. La segunda fase completará la dotación del centro sanitario con 13 consultas de medicina general y 12 de enfermería, además de servicio de fisioterapia, sala de extracciones, de curas y técnicas especiales (con una para cada uso), un área de atención a la mujer con sala de usos múltiples, zona de personal y aula de docencia. El centro de salud atiende a una población de aproximadamente 25.000 habitantes de San Antón, Urbanización Mediterráneo, Nueva Cartagena y Media Sala.

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