El regreso de Fernando Garrido, un revolucionario vanguardista
Fernando Garrido Tortosa (1821-1883) emerge de las páginas de la historia como un icono indiscutible de la lucha por la libertad y la justicia ... social en el siglo XIX en España. Nacido en Cartagena, este multifacético personaje dejó un legado imborrable como político, escritor, pintor y sociólogo, siendo recordado por muchos como un incansable revolucionario.
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Desde temprana edad, Garrido demostró un espíritu inquieto y una profunda convicción en las ideas socialistas y republicanas federalistas. Su compromiso con la causa de la libertad lo llevó a enfrentarse constantemente al poder establecido, resistiendo persecuciones y encarcelamientos por su activismo político y sus escritos.
El París de la revolución de 1848 fungió como un imán para Garrido, quien se vio atraído por las efervescentes ideas socialistas que allí florecían. Fundó el periódico 'La Organización del Trabajo', donde abogaba por las doctrinas socialistas de Fourier.
Incansable en su misión de difundir las nuevas ideas, Garrido continuó fundando periódicos, enfrentando la efímera existencia impuesta por las autoridades. Su compromiso con el socialismo lo llevó a enfrentar largos períodos de prisión en Madrid, seguidos de exilios en Londres y Lisboa, refugios de revolucionarios europeos en aquellos tiempos turbulentos.
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A pesar de los obstáculos, Garrido persistió en su labor, publicando una serie de obras que abordaban temas políticos, sociales e históricos desde una perspectiva crítica y progresista. Su defensa de la república federal y su activismo socialista lo convirtieron en una figura destacada en la escena política española del siglo XIX.
La llegada de la Restauración lo obligó a exiliarse una vez más, esta vez en Lisboa y París, aunque logró regresar a España en 1879. Su legado perdura en sus obras, como 'El último Borbón' e 'Historia de las clases trabajadoras', que siguen siendo referencias importantes para comprender el período histórico en el que vivió.
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El fallecimiento de este cartagenero en 1883 marcó el fin de una vida dedicada a la lucha por un mundo más justo y equitativo. Aunque su nombre pueda parecer olvidado para muchos, su legado sigue vivo en las páginas de la historia y en el recuerdo de aquellos que valoran el sacrificio de quienes dedicaron su vida a la causa de la libertad y la justicia social.
Legado e influencia política
Fernando Garrido, más que un mero personaje histórico, emerge como un titán de las ideas políticas y sociales en el siglo XIX, cuyo legado trasciende las fronteras de su ciudad natal, Cartagena, para influir en figuras prominentes como Karl Marx y Friedrich Engels.
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Se dice que Marx, el teórico del comunismo moderno, leyó y consideró los escritos de Garrido como una influencia en su propio pensamiento político. La defensa de Garrido del socialismo y su análisis de la realidad social y política de su época resonaron profundamente en Marx, quien vio en él a un aliado en la lucha por la emancipación de los trabajadores.
Por su parte, Engels, también pudo haber sido influenciado por las ideas de Garrido. Su compromiso con la causa del socialismo y su participación activa en la difusión de estas ideas en Europa lo convierten en un precursor importante del movimiento obrero y del pensamiento socialista.
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Recordado y reconocido
En las actas capitulares del 30 de abril de 1920, quedó reflejado el reconocimiento a este cartagenero por parte de la ciudad que lo vio nacer, tras un extenso escrito del historiador Antonio Puig Campillo y próximo al centenario de su nacimiento, el Pleno del Ayuntamiento aprobó por unanimidad este reconocimiento a Fernando Garrido consistente en comprar todas sus obras escritas para conocimiento de sus vecinos, denominar a la Alameda de San Antón como Paseo Fernando Garrido y colocar un retrato suyo en el salón de sesiones del Palacio Consistorial.
Con el tiempo, este reconocimiento quedó en el olvido ingrato al que Cartagena suele aplicar a sus hijos ilustres. La Alameda de San Antón sigue llamándose así, sus libros desaparecieron y su retrato se guardó. Incluso una placa conmemorativa que en el pavimento de la Alameda existía se extravió.
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Pero se puede y se debe rectificar. Por eso este próximo día 30 de abril, al cumplirse los 104 años de aquel acuerdo plenario, el Ayuntamiento de Cartagena ha decidido restituir su retrato pintado por el maestro Vicente Ros a las paredes del Palacio Consistorial y volver a colocar la placa en su sitio.
En resumen, Fernando Garrido debe ser recordado y reconocido en Cartagena como una figura cuyo legado trasciende las fronteras de su ciudad natal. Su valentía, su compromiso y su visión de un mundo mejor lo convierten en un símbolo perdurable de la lucha por la justicia social y la libertad y es bueno que su retrato, una placa conmemorativa en la Alameda y el Colegio de Canteras que lleva su nombre, perpetúen en nuestra ciudad la figura de este hijo que sin serlo predilecto ni adoptivo es un orgullo para Cartagena.
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